El drástico cambio en la vida de Walter Bento a un año de su detención
Durante más de una década llevó una vida de lujos y privilegios. Hoy, es un detenido más en el penal de Almafuerte y padece en carne propia las privaciones dispuestas por el Poder Judicial.
Walter Bento pasó de ser una de las personas más poderosas de Mendoza a estar detenido en el penal de Almafuerte. La taba del exmagistrado se giró el 8 de noviembre del 2023 cuando el Jury de Enjuiciamiento determinó su destitución como juez y perdió los fueros que lo mantenían fuera de prisión. Ese día, de forma inmediata, la Policía Federal que tantas veces recibió órdenes del juez de instrucción procedió a esposar a una de las figuras más influyentes de la última década en el territorio provincial. El 8 de noviembre ocurrió lo impensado: Walter Bento quedó privado de su libertad.
Un año se cumplió esta semana desde que el Tribunal Oral Federal N°2 dispuso ejecutar la prisión preventiva para el presunto líder de una asociación ilícita que se habría dedicado durante años a cobrar coimas a cambio de beneficios procesales. Al menos esa es la hipótesis del Ministerio Público que en las próximas semanas desplegará sus acusaciones en los alegatos de la causa más caliente de la historia de Tribunales Federales. Lejos quedaron los viajes al exterior, los parques de diversiones de Disney y las comodidades de su lujosa vivienda en el Barrio Palmares con su enorme cava de vinos, su gimnasio personal y sus costosos vehículos.
A lo largo de estos 365 días el exjuez ha vivido en carne propia las penurias que muchas veces llegaban en forma de expedientes a su escritorio. Walter Bento padeció las condiciones inhumanas de la U-32 de Tribunales Federales de las que había escuchado en tantas oportunidades. Pero lo que más le debe haber chocado al exmagistrado en este año tras las rejas es la denegatoria del tribunal a concederle el beneficio de prisión domiciliaria. Sobre todo, que no le permitan asistir a su hijo discapacitado en este contexto complejo en el que está envuelta su familia.
Walter Bento ha dividido su estrategia procesal en dos caminos. O al menos así se percibe en las audiencias. Por un lado, el exmagistrado apunta a desacreditar la investigación del Ministerio Público Fiscal afirmando que se trata de una causa armada por el fiscal Dante Vega en base a especulaciones y testimonios falsos orquestados por el propio investigador. Pero paralelamente, Bento ha desplegado a través de su defensa un sin fin de recursos para seguir el proceso en su domicilio.
Lo viene pidiendo desde principios del año pasado pero con mayor ahínco desde que su esposa, Marta Boiza, se quebró la tibia y el peroné el 13 de julio al increpar al periodista Jorge Caloiro en Palmares. Boiza debió ser trasladada al hospital Lagomaggiore y desde entonces ha tenido que someterse a distintos tratamientos por la infección de la herida. Sus hijos Nahuel y Luciano Bento aseguran que no están en condiciones de atender a su hermano Facundo y el exjuez pide reiteradamente que le otorguen la prisión domiciliaria para poder asistirlos. Pero al igual que él dictaminó en reiteradas oportunidades ante pedidos similares, el tribunal le rechazó sistemáticamente sus planteos. Solamente le permitieron una salida extraordinaria entre el 14 y el 17 de octubre, día que volvió a Almafuerte.
Esta semana el Tribunal Oral Federal dispuso la excarcelación de uno de los presuntos integrantes de la asociación ilícita. A Francisco "Chato" Álvarez ya le habían concedido la domiciliaria pero esta semana recuperó su libertad debido a que llevaba 2 años y 11 meses detenido sin condena. Probablemente otros imputados hagan planteos similares y algunos sean escuchados. El caso de Bento es diferente. No solo porque los fueros lo resguardaron hasta el 8 de noviembre por lo que lleva menos tiempo detenido que el resto de los imputados. El caso de Bento en realidad es distinto porque mientras estuvo en libertad intentó entorpecer en más de una oportunidad la investigación poniéndola en riesgo e incluso alimentó el riesgo de fuga al tramitar pasaportes españoles.
En ese sentido, todo indica que Bento seguirá detenido hasta conocer el veredicto del Tribunal Oral Federal N°2 integrado por Gretel Diamante, Eliana Rattá y Carolina Pereyra. El juicio oral comienza a llegar a su etapa definitoria. Los alegatos comenzarían antes de fin de año y la sentencia podría conocerse a principios del 2025. En total son quince los casos de cohecho que se investigan en los cuales la magnitud de las pruebas varía. El Ministerio Público Fiscal ha intentado demostrar que los diferentes actores de la presunta asociación ilícita abordaban a detenidos y sus familiares para ofrecerles "soluciones mágicas" a cambio de dinero. En concreto, beneficios procesales para que vuelvan a sus hogares o recuperen su libertad.
Para sostener la acusación contra Walter Bento como líder de esa supuesta asociación, la fiscalía intenta demostrar que los ingresos familiares declarados no alcanzan para justificar el patrimonio millonario que poseen los Bento. En otras palabras, que los viajes, vehículos, inmuebles y comercios los compraron con dinero malhabido. Mientras desfilan los testigos y los imputados declaran para defenderse, Bento escucha atentamente, toma notas en la silla del acusado y se prepara para rebatir los argumentos de la fiscalía. Pero sea cual sea la decisión que tome el tribunal, a esta altura su poderosa estrella ya se ha apagado.