Congreso

Ley ómnibus: la intimidad de una negociación que se definió con un anuncio sorpresa

El oficialismo quiere sesionar el martes después dos semanas de muchas negociaciones. Aciertos y errores en la primera prueba de fuego para La Libertad Avanza.

Antonio Riccobene
Antonio Riccobene domingo, 28 de enero de 2024 · 07:00 hs
Ley ómnibus: la intimidad de una negociación que se definió con un anuncio sorpresa
El oficialismo quiere sesionar el martes para cerrar este capítulo. Crédito: Télam Foto: Noticias Argentinas
Ley ómnibus: la intimidad de una negociación que se definió con un anuncio sorpresa
Menem El oficialismo quiere sesionar el martes para cerrar este capítulo. Crédito: Télam Foto: Télam
Ley ómnibus: la intimidad de una negociación que se definió con un anuncio sorpresa
Pichetto Miguel Pichetto cruzó a el ministro Caputo por no ir a explicar el proyecto. Crédito: NA Foto: Noticias Argentinas
Ley ómnibus: la intimidad de una negociación que se definió con un anuncio sorpresa
Caputo Santiago Caputo fue uno de los elegidos por Milei para negociar. Crédito: NA Foto: Noticias Argentinas
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Si La Libertad Avanza no debuta el próximo martes en el Congreso con un estrepitoso fracaso en la ley ómnibus será por la voluntad de Miguel Pichetto y Rodrigo De Loredo, jefes de bloque de Hacemos Coalición Federal (HCF) y UCR, y por el anuncio sorpresa del ministro Luis Caputo que lo cambió todo.

A pesar de las permanentes amenazas e insultos que recibieron del presidente, Javier Milei, y del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, estos espacios estuvieron siempre dispuestos a colaborar, al punto que firmaron un dictamen en el que no estaban los puntos que desde la Casa Rosada les habían asegurado que sí iban a estar.

Cuando la negociación entre la oposición colaborativa y el Gobierno iba camino a estancarse, el ministro Caputo sorprendió con el anuncio de que eliminaba todo el capítulo fiscal de la ley. Esta decisión fue bien recibida por el sector de la oposición dispuesta a acompañar, aunque algunos, por lo bajo mantienen sus reparos. "Se da por descontado que implica retenciones, pero hay que ver si ley de Pesca, Biocombustibles e Hidrocarburos también se retiran", dijo una diputada de la UCR.

El oficialismo, por falta de experiencia y rechazo al diálogo político, cometió errores que a cualquier otro gobierno le podrían haber costado muchísimo más caro. Quizá, lo más representativo del desorden político que impera en la Libertad Avanza es el doble comando en la negociación. Los gobernadores llegaban a un acuerdo con Guillermo Francos en la Casa Rosada, pero esto no se trasladaba al Congreso, donde Martín Menem y Santiago Caputo, la voz de Milei en las negociaciones, recibían a delegaciones de diputados.

“Lo que (Rogelio) Frigerio acordaba con Francos tardaba en llegar al Congreso. Entonces Menem no sabía qué se había arreglado y no podía ponerlo sobre la mesa para negociar”, comentó a MDZ una fuente parlamentaria que siguió desde el día uno las conversaciones para la aprobación de esta ley. Así fue que los seis puntos que el martes al mediodía acordaron sumar al dictamen no aparecieron en el momento de la firma.

Lo que no se vio de la firma del dictamen de la ley ómnibus

Esto generó una tensión hasta último momento. Ya era miércoles a la madrugada y todavía no se sabía si el gobierno tenía dictamen de mayoría con el proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. Faltaban cuatro firmas que no aparecían. Germán Martínez caminaba por la sala 2 del Anexo A con el reglamento de la Cámara baja en la mano y aseguraba que si el oficialismo no se juntaba 57 firman ningún dictamen era válido porque se necesitaba que la mitad más uno de los integrantes del plenario firmaran al menos un dictamen.

Pasaban los minutos y la tensión crecía. El jefe del bloque oficialista, Oscar Zago (LLA) iba y venía con el teléfono en la mano. Los llamados iban entre la Casa Rosada y el despacho de Martín Menem. Pero esta vez fue Nicolás Massot, hombre clave en el bloque de Pichetto, el que evitó el fracaso libertario. Llegó junto con Oscar Agost Carreño, Agustín Domingo e Ignacio García Aresca para poner su rúbrica y patear el problema para más adelante.

Miguel Pichetto cruzó a el ministro Caputo por no ir a explicar el proyecto. Crédito: NA

Lejos de valorar el gesto que tuvieron de firmar un dictamen redactado e incompleto, el ministro Caputo no tuvo mejor idea que salir a amenazar a los diputados. Dijo que si no aprobaban todos los artículos de la ley ómnibus, iban a seguir recortando fondos provinciales. El mensaje fue el motivo ideal para revivir las históricas diferencias que Pichetto tuvo con Caputo. Estas van, por lo menos, desde 2015. El exsenador le habría advertido a Mauricio Macri que si mantenía al “Messi de las finanzas” en el rol del ministro iba a conducir al gobierno cambiemita al fracaso.

“El ministro Caputo que no tuvo la valentía de venir al Congreso, tiene que dejar de apretar a los gobernadores y tratar de buscar acuerdos con los gobiernos provinciales en lugar de amenazarlos”, escribió Pichetto en Twitter y un rato después su bloque anunció que no seguirá las negociaciones.

La ley ómnibus desde adentro

Claro, no lo hizo sin antes ir más de dos veces por día a visitar a Martín Menem a su despacho en el primer piso del Palacio Legislativo. Allí también estuvo con Lule Menem, una especie de asesor sin cargo del presidente de la Cámara, de quién también es su tío segundo.

Pichetto también conversó con Guillermo Francos y Santiago Caputo. “No hay forma que se apruebe la suba de retenciones a los productos agropecuarios”, advirtió el exsenador en una de esas conversaciones. “No lo vamos a sacar, necesitamos recaudar porque no hay plata, como dice Javier”, respondió un alto funcionario de la Casa Rosada, según pudo reconstruir MDZ.

Un momento más incómodo vivió Massot. Cuando desde el Gobierno insistieron en que no podían ceder con la suba de retenciones y el ajuste a los jubilados, él le propuso a los funcionarios que revisen la planilla de gastos tributarios, popularizada “separata” por Sergio Massa, en la que se ven una serie de exenciones y beneficios impositivos que representan el 4,5% del PBI. Así le alcanzó una carpeta con ese detalle a Santiago Caputo. “Eso no sirve para nada”, le dijo con soberbia el joven dirigente y le devolvió la planilla, sin haberla leído.

Santiago Caputo fue uno de los elegidos por Milei para negociar. Crédito: NA

Las negociaciones también siguieron en el clásico café porteño de La Biela. El miércoles se reunió un grupo de diputados colaborativos, entre los que estaban Pichetto, De Loreno, Silvia Lospennatto, Cristian Ritondo y Diego Santilli. Allí fijaron una postura bastante clara: no ir a una sesión sin tener en claro qué se iba a votar y cómo finalmente iba a quedar el dictamen.

Mientras esto ocurría, Martín y Lule Menem estaban en la vereda de enfrente reunidos en la casa de Tomás Figueroa, el secretario parlamentario de la Cámara de Diputados. En un momento, según relataron fuentes del encuentro, Menem se acercó a la reunión de los exsocios de Cambiemos y aceptó postergar la sesión y seguir negociando.

De poco sirvió ese acuerdo. Miguel Pichetto decidió cerrar la negociación luego de la amenaza que los diputados recibieron de Luis Caputo, y anunciaron que verán en el recinto qué votan y qué no. Con la eliminación del capítulo fiscal, ya no quedan dudas que acompañarán al Gobierno, pero no será una ley ómnibus, quedó una pequeña parte de aquel pilón de hojas y hojas con los que Federico Sturzenegger se había fotografiado.

Así las cosas, el gobierno llega a una nueva semana en la que sabe que no podrá dilatar más el tratamiento de esta ley que hace solo 17 días empezó a trabajar en comisiones. El martes es la fecha que suena con más fuerza. Ya con el camino allanado, luego del anuncio de Caputo, el gobierno se encamina a tener su primera media sanción en la Cámara de Diputados.

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