La eterna espera del último concurso que se hizo en el Poder Judicial

Ingresar como empleado al Poder Judicial es algo que miles de mendocinos anhelan. En los últimos días, 51.594 mendocinos se anotaron en el concurso de ingreso para 200 puestos con un sueldo inicial de 130 mil pesos y una jornada laboral de 6 horas. Pero hay ciudadanos que esperaron más de siete años entre que rindieron su concurso y, finalmente, entraron a trabajar como auxiliares a la Justicia.

Aunque parezca mentira, en los últimos meses han convocado a trabajar a aspirantes que se presentaron a rendir en el año 2015. Personas que ya daban por caída esa posibilidad y siguieron adelante con sus vidas, recibieron el llamado con la oferta laboral. Y la enorme mayoría no dudó en aceptarlo.

En diciembre del año pasado, 43 mendocinos ingresaron al Poder Judicial, de los cuales 42 son aspirantes que rindieron concurso años atrás. A pesar del paso del tiempo y de los cambios que eso implicó en su situación personal, dijeron que sí a la posibilidad de sumarse.

Los números son categóricos y ratifican algo que se vuelve a confirmar con la enorme cantidad de inscriptos para el próximo concurso: trabajar en el Estado -y sobre todo en el Poder Judicial- es un deseo de miles de mendocinos.

De 447 ciudadanos que rindieron concursos entre los años 2015 y 2017, solamente 52 renunciaron al ser llamados para ingresar. El resto, aceptó cuando le llegó la propuesta y un puñado sigue esperando que le suene el teléfono para ofrecerles una oportunidad. Según los datos oficiales, entre el 2021 y el 2023 se nombraron 173 administrativos de los cuales 13 son ordenanzas y el resto auxiliares que llevaban años esperando e inculso ya habían perdido expectativas de que eso finalmente ocurriera.

Acomodos por la ventana

En parte, el aletargado ritmo de convocatoria se explica cuando se tiene en cuenta que durante años existió un mecanismo "trucho" mediante el cual se acomodaba en la planta del Poder Judicial a allegados al poder que no habían rendido concurso. La famosa familia judicial. 

MDZ denunció hace tres años esa práctica espuria que tenía como partícipes necesarios a los propios jueces de la Corte y autoridades del Ministerio Público. La maniobra era sencilla y eficaz. Primero se nombraba a ordenanzas y maestranzas a dedo porque esos cargos no necesitan concursarse. Luego se le asignaban a ese ordenanza tareas administrativas y por último, para darle un manto de transparencia a un mecanismo a todas luces injusto, se le tomaba un examen a ese empleado para ratificarlo en el puesto administrativo.

De esa manera, jueces acomodaron familiares, amigos e incluso parejas. Todo ello en perjuicio de quienes llevaban años esperando que los llamaran de acuerdo al orden de mérito del concurso que aprobaron. 

Al menos en el ámbito de la Suprema Corte, esa vieja práctica se ha dejado de lado y se dio prioridad a las personas que concursaron para ingresar al Poder Judicial. Como corresponde. Agotada ya esa lista, se decidió convocar a un nuevo concurso para el cual se anotaron más de 50 mil mendocinos. Si tienen suerte, los que aprueben no tendrán que esperar años para tener su primer día de trabajo.