Opinión

Principios y valores, la riqueza de una doctrina perenne y actual

La Doctrina Social de la Iglesia tiene su base en un conjunto de principios y valores. La Doctora María Alejandra Muchart es la titular de la Democracia Cristiana y opina en MDZ.

Alejandra Muchart viernes, 26 de mayo de 2023 · 09:06 hs
Principios y valores, la riqueza de una doctrina perenne y actual
Todos los valores sociales son inherentes a la dignidad de la persona humana. Foto: Foto: MDZ

Los principios son parámetros fundamentales de discernimiento y guía para la acción social, en todos los ámbitos. Los valores que promueve expresan aspectos del bien moral que los principios se proponen conseguir. Todos los valores sociales son inherentes a la dignidad de la persona humana y son esencialmente: la verdad, la libertad, la justicia, el amor. Vivir en la verdad tiene un importante significado en las relaciones sociales: la convivencia de los seres humanos dentro de una comunidad es ordenada,
fecunda y conforme a su dignidad de personas, cuando se funda en la verdad.

La libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de la dignidad de cada persona humana. Por ello, toda persona humana tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Pero la libertad no debe considerarse como un ejercicio arbitrario e individualista de la propia autonomía personal: la plenitud de la libertad consiste en la capacidad de disponer de sí mismo con vistas al auténtico bien.

La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. Un relieve cada vez mayor ha adquirido la justicia social, que es una exigencia vinculada con la cuestión social, que hoy se manifiesta con una dimensión mundial; concierne a los aspectos sociales, políticos y económicos y, sobre todo, a la dimensión estructural de los problemas y las soluciones correspondientes. La caridad (amor) es el criterio supremo y universal de toda la ética social.

Movimiento de mujeres.
Foto: Democracia Cristiana.

Ninguna legislación logrará persuadir a hombres y pueblos a vivir en la unidad, en la fraternidad y en la paz; ningún argumento podrá superar el apelo de la caridad. Sólo la caridad puede animar y plasmar la actuación social para edificar la paz, en un mundo cada vez más complejo y problemático. Los valores de la verdad, de la justicia y de la libertad, nacen y se desarrollan de la fuente interior de la caridad. En cuanto a los principios, el primero es la dignidad de la persona. Toda la doctrina social se desarrolla a partir del principio que afirma la inviolable dignidad de la persona humana.

Esto es, además, el fundamento último de la radical igualdad y fraternidad entre los hombres, así como de sus derechos. La raíz de los derechos del hombre se debe buscar en la dignidad que pertenece a todo ser humano La fuente última de los derechos humanos no se encuentra en la mera voluntad de los seres humanos, en la realidad del Estado o en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios, su Creador. El bien común. Es el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección. No consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto del cuerpo social. Es “el bien de todos y de cada uno”.

Movimiento de mujeres.
Foto: Democracia Cristiana.

La subsidiaridad. Conforme a este principio, todas las sociedades de orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda respecto a las menores. De este modo, los cuerpos sociales intermedios pueden desarrollar adecuadamente las funciones que les competen, sin deber cederlas injustamente a otras agregaciones sociales de nivel superior. La solidaridad, por último, es un principio social según el cual las “estructuras de pecado”, que dominan las relaciones entre las personas y los pueblos, deben ser superadas y transformadas para el bien de toda la comunidad.

Y es también una virtud moral: es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos. En conclusión, la Doctrina Social de la
Iglesia se basa en un conjunto de principios y valores que buscan promover la dignidad humana y el bien común. Estos principios incluyen la dignidad de la persona, el bien común, la subsidiaridad y la solidaridad. Los valores que se promueven son la verdad, la libertad, la justicia y el amor.

Vivir en la verdad, tener libertad responsable, buscar la justicia social y actuar con caridad y solidaridad son las claves para construir una sociedad más justa y fraterna. La Doctrina Social de la Iglesia es una doctrina perenne que se adapta a los nuevos desafíos sociales y puede contribuir a resolver los problemas mundiales actuales. La democracia cristiana busca aplicar los principios de la doctrina cristiana en el ámbito político para crear un sistema justo, solidario y democrático.

María Alejandra Muchart

* María Alejandra Muchart, Abogada, Magister. Presidente Partido Demócrata Cristiano- CABA.

 

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