Un pírrico triunfo de Sergio Massa que no tapa la debilidad económica

Con el dólar blue a $418 y el contado con liqui a $423, Sergio Massa cerró una jornada negra para los mercados con un pírrico triunfo político con la renuncia de Antonio Aracre, el fugaz jefe de asesores de Alberto Fernández. Pero no es otra cosa que una señal más de la debilidad por la que transita la economía, donde la instalación de un rumor puede generar histeria en los mercados.

Apenas se recalentaron los dólares paralelos, el rumor que surgía desde usinas económicas y políticas era la versión que se estaba instalando de que Massa renunciaba al Ministerio de Economía. Al poco tiempo, desde el entorno del tigrense le ponían nombre: Aracre.

“Instalaron el ruido de la salida de Massa y la entrada de Aracre y el mercado reaccionó”, explicaban cerca de Massa. Desde diferentes despachos el mensaje era el mismo. Textual. En el quinto piso del Ministerio de Economía buscaban un responsable político para cortarle la cabeza. Y horas después lo consiguieron.

La que una vez más quedó en offside fue la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, quien más temprano había salido a desmentir a un periodista que había difundido que desde Rosada surgió el rumor de la salida de Massa y la llegada de Aracre a Economía. “Desconozco cuáles serían las altísimas fuentes porque no es ninguno de los altísimos funcionarios a los que consulté. Pero en la Casa Rosada ni filtramos ni desmentimos inventos periodísticos. Más allá de la novela que algunos medios crean…”, expresó en Twitter la vocera.

“La salida de Aracre solo evidencia de dónde salió la opereta”, asegura una de las fuentes consultadas, apuntando directo al ex CEO de Syngenta como el propio responsable de generar el rumor. Era desde la Rosada.

Mientras tanto, en público, Massa se mostró ajeno a las disputas palaciegas pero también a hacer alguna mención sobre los mercados convulsionados. En cambio, prefirió seguir con su agenda que es más de presidente (o candidato) que de ministro de Economía. Recibió a los dos gobernadores electos de Neuquén y Río Negro, cuando ni siquiera Alberto Fernández lo hizo hasta ahora. La excusa económica era que el eje de la reunión estaba puesto en “energía y economías regionales”, cuando lo cierto es que con ninguno de los dos puede resolver nada en concreto ahora ya que seguirán siendo senador (Alberto Weretilneck) y diputado (Rolo Figueroa) hasta cuando asuman en diciembre y ni siquiera se sabe en ese momento dónde estará el propio Massa.

Los rumores sobre la salida de Massa de Economía son moneda corriente ante cada cimbronazo. “Los que dicen eso no lo conocen a Sergio”, replican cerca suyo. La lectura que hacen es clara: una renuncia anticipada no solo generaría un descalabro económico aún mayor (la jornada de este martes es una prueba de que con el rumor se puede alterar el mercado) sino que también dejaría en una situación irremontable a sus aspiraciones presidenciales. De todas formas, el ministro viene poniendo la mira en el funcionamiento político del gobierno y el Frente de Todos, advirtiendo que si le ponen trabas en el camino u otros funcionarios se meten en el manejo económico podría terminar dando un paso al costado. Esta vez, la traba que apareció en el camino fue Aracre, pero Massa le torció el brazo y dejó a Alberto Fernández sin su jefe de asesores.