El Gobierno le bajó el tono a la polémica y defendió los dichos de Aníbal Fernández

En la ya clásica conferencia de prensa de los jueves en Casa Rosada, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, intentó bajarle la espuma a las declaraciones que realizó el ministro de Seguridad Aníbal Fernández, quien destacó que si la oposición gana las próximas elecciones "las calles van a estar regadas de sangre".

Ante la pregunta de rigor, Cerruti declaró que ella "no hubiera dicho lo que dijo" Aníbal Fernández y agregó, para tirar la pelota para el lado de la oposición, que "quien dijo lo que había que dinamitar todo fue Macri. Quien dijo que se tengan que morir los que se tengan que morir tanto en la pandemia como ahora con las patologías congénitas fue Milei".

"Los que están anunciando un país donde se mueran los que se tengan que morir porque se van a salvar aquellos que tienen asistencia privada son Macri y Milei. Están haciendo demasiado escándalo sobre una frase. Ellos son los que están anunciando tempestades", sumó Cerruti.

De esta manera, la portavoz de Alberto Fernández hizo referencia a las frases emitidas el miércoles por el expresidente Mauricio Macri y el diputado nacional Javier Milei, quienes expusieron en la Sociedad Rural Argentina.

Mauricio Macri hizo referencia a una hipotética victoria de Juntos por el Cambio, por lo cual en caso de volver al poder, la coalición debería "dinamitar todo o semidinamitar todo".

Esta declaración de Mauricio Macri encendió la polémica y llevó a Aníbal Fernández a declarar que "las calles van a estar regadas de sangre" en caso de una vuelta del macrismo al poder.