Sociedades preexistentes

Por qué Unión por la Patria le gana a Juntos por el Cambio en la calle

La mayoría de los integrantes de Unión por la Patria tienen un pasado en común y un futuro que los arropa, a diferencia de Juntos por el Cambio, que ya no ocultan que los socios no se soportan más.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare lunes, 9 de octubre de 2023 · 13:12 hs
Por qué Unión por la Patria le gana a Juntos por el Cambio en la calle
Axel Kicillof y Sergio Massa junto al ahora exiliado político, Martín Insaurralde Foto: Facebook Martin Insaurralde

Algunos creen que los peronistas son tan indolentes que para mantener el poder no se fijan en los detalles. Lamentablemente para Unión por la Patria ya hay una catarata de situaciones que lo ponen como una fuerza siempre proclive al delirio y la desconexión. "No sé cuándo nos convertimos en un partido que quiere ser parte de la élite", se quejaba, días atrás, un funcionario histórico que combina sus tiempos entre los trabajos municipales y provinciales.

Sin embargo, esto no los distrae en la idea de ganar la elección. Diferente es el caso de Juntos por el Cambio, que parece estar atravesando por un lock out de campaña por parte de sus principales dirigentes territoriales. Hasta el propio Miguel Ángel Pichetto, con razón, se quejó que no lo convocaran para trabajar en la previa del debate siendo él uno de los especialistas parlamentarios más lúcidos que tiene la fuerza.

Unión por la Patria se basa en una actitud primordial para mantenerse en la pelea electoral. El fingir demencia. Dicen no ser parte de un Gobierno que no ha resuelto ningún problema, empeoró todos los datos de inseguridad, inflación y vació de expectativas económicas el futuro inmediato.

Ni Sergio Massa fue el presidente de la Cámara de Diputados que no pudo sacar ni una mínima Ley de Alquileres y luego sucedió al ministro de Economía, Martín Guzmán, mientras que cientos de sus personas de confianza manejaban resortes vitales del Gobierno en todas las otras áreas del poder central y provincial. Inclusive durante el año que lleva a cargo de la economía argentina, el valor del dólar se triplicó con relación al que registraba cuando echaron a Guzmán.

Desde hace dos años Cristina Fernández de Kirchner dice que este Gobierno no es el suyo pero no sacó a ninguno de sus referentes de ningún ministerio a cargo de Alberto Fernández, tan despotricado que no pueden tomarlo como base para ninguna campaña.

Máximo Kirchner sigue peleado con Axel Kicillof porque no lo reconoce como jefe. No es el único. Nadie cree en sus virtudes estratégicas. Tampoco lo hacen con el gobernador, pero a éste le deben tener un mínimo respeto porque es el que dispone del dinero que, a su vez, le delegaba con muchísima holgura el defenestrado Fernández.

Lo bombardearon tanto que ahora no pueden usar muchas de las medidas aplicadas por Fernández

Massa es el resultado de la descomposición del Frente de Todos reconfigurado en Unión por la Patria. Ahora se discute si no hubiera sido mucho mejor haber realizado una interna entre Daniel Scioli y "Wado" de Pedro, desechada por el apuro final del ministro y candidato, preocupadísimo porque si no estaba en la grilla presidencial todo volaba por el aire. Algo de razón tenía. Si siendo el representante presidencial del oficialismo el dólar roza los $900 pesos, qué hubiera pasado si no lo fuera…

En este marco, los intendentes fuerzan discusiones e intentan que sus ideas sean escuchadas en el búnker de campaña nacional y provincial, dominada por los amigos de ambos candidatos y sin mucha conexión con el mundo exterior de las otras tribus del peronismo.

Uno de los pocos jefes comunales que ha expresado algunas ideas y reclama, en privado y en público, que se hablen de los temas que le preocupan a la gente es Ariel Sujarchuk, el jefe comunal de Escobar, quien ahora decidió no darle ningún subsidio o asistencia social a las personas que estén involucradas en hechos de narcotráfico. Fue el mismo que hace 40 días, cuando se sucedieron los saqueos en el noroeste del conurbano, impulsó la quita de todas las asistencias que le daban desde el Estado Nacional, provincial y municipal a quienes participaron de esos dramáticos episodios. Sus ideas son escuchadas por Massa y Kicillof, pero no incide mucho más que eso.

Gabriel Katopodis, por su parte, ha implementado “paros activos” en su ministerio de Obras Públicas para “concientizar” sobre la importancia que tiene la infraestructura estatal en la economía y en la generación de trabajo, algo que, sostiene, Javier Milei eliminará. Sin embargo, sufrió un mal trago ante una simple repregunta que le formulara Alejandro Fantino con relación a la pobreza y la inflación.

Todas las discusiones y aspiraciones personales de los dirigentes que conviven en Unión por la Patria quedaron supeditados para después del 22 de octubre o, en su defecto, para cuando termine el balotaje. Ellos eligen creer, y está bien.

Al contrario, Juntos por el Cambio no tiene campaña ni voceros que se sumen a trabajar para que su candidata sea electa. Los radicales se fueron, fingen falta de memoria y los locales partidarios están casi cerrados. Perdió la dupla Horacio Rodríguez Larreta - Gerardo Morales y los boinas blanca desaparecieron. La interna bonaerense también los dejó incómodos por acompañar a la “derecha” de la propia alianza que integran.

Grindetti - Fernández, una fórmula muy atada a lo que le pase a Bullrich 

Los territoriales hacen campaña creyendo que serán ellos los que puedan sobrevivir. Acostumbrados a que metódicamente todas las semanas eran asistidos con material y trabajos de encuestas, ahora se sienten a ciegas, lejos de la toma de decisión y como agentes inorgánicos de una campaña a la que no los convocan.

Para peor, Néstor Grindetti no es un referente que convoque. Todo lo contrario. Aparece casi como expulsor y, las últimas declaraciones sobre los escándalos de “Chocolate” Rigau y Martín Insaurralde fueron para el asombro por su liviandad. Algunos sostienen que quiere cuidar las formas ante una eventual decisión de los amigos del exintendente de Lomas de Zamora de apoyarlo por la tirria que le tienen a Kicillof.

Los dirigentes han perdido cualquier punto de contacto entre sí y el futuro. Se ven en otros espacios a partir de 2024 y, a diferencia del peronismo kirchnerista, ya asumen que están fuera del balotaje. Esto es lo más grave y representativo de por qué la sensación existente es que Javier Milei ganará la elección y el interrogante empieza a ser si será en primera o segunda vuelta.

Mientras tanto, esta semana volverá a haber un nuevo encuentro para ver hasta dónde puede haber un acuerdo para unificar campaña opositora bonaerense. Y con eso vuelve la duda. ¿qué actitud tiene Mauricio Macri sobre Patricia Bullrich?... Los operadores que quieren que Carolina Píparo baje su nivel de visibilidad para favorecer a Grindetti. ¿Será solo eso?, las dudas abundan cada vez que se abren puertas insondables para el resto de los humanos. 

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