Javier Milei evitó la dolarización y apuntó contra la "casta" con éxito
El candidato de Libertad Avanza no quiso hablar de la estrella de su plan y apuntó al equipo económico de Patricia Bullrich. Con pocas críticas a Sergio Massa, explicó las ideas para bajar la inflación.
Javier Milei tuvo un debate presidencial más tranquilo del que esperaba. No dijo la palabra "dolarización" que lo instaló a nivel nacional los últimos meses, aceptó la presencia del histórico gremialista Luis Barrionuevo en su armado electoral con su apoyo, no pidió disculpas al Papa por sus dichos, aludiendo que no era candidato, y volvió a demonizar la "casta" política que lo atacó a su juicio sistemáticamente. El histrionismo le permitió contestar aún cuando no podía hablar por respetar las reglas del primer debate presidencial, que se cumplieron a rajatabla.
Milei logró que el debate transcurriera en un intenso mano a mano con Sergio Massa, una estrategia más que evidente, incluso que algún mal pensado podría creer que estuvo prediseñada por ambos equipos: ignorar a Patricia Bullrich. El economista ignoró algunas de las banderas que más le sirvieron para imponer un criterio en la elección anterior. Sus críticas a Patricia Bullrich fueron duras, en especial con respecto a su plan económico que encabezado por Carlos Melconian fue poco explicado por la candidata de Juntos por el Cambio, en especial el caso del que hacer con las Leliqs en caso de ser Gobierno.
Javier Milei estuvo mucho más cómodo de lo esperado, no fue traicionado por los nervios, evitó las interrupciones y sólo miró a su equipo cuando se sintió acorralado por alguna crítica. Tuvo un comportamiento superador a quienes han participado en otras ediciones de debates. Su rival más claro, Sergio Massa, le apuntó directamente por la incapacidad de llevar a cabo sus ideas, y lo instaló como el ferviente enemigo de las medidas impulsadas por el actual ministro de Economía y candidato.
Milei impuso sus ideas para terminar con la llamada "casta" a pesar de contar con la estructura de Barrionuevo, prometió renovar el sistema político y aplicar su criterio de estigmatizar a los candidatos como responsables del presente del país. De hecho, logró aunar a todos los candidatos como representantes del fracaso a pesar de que el candidato cordobés, Juan Schiaretti y Miriam Bregman, no han tenido hasta ahora relevancia nacional en sus cargos políticos.
Las preguntas que incomodaron al economista fueron sobre la figura de Jorge Bergoglio y el sistema de vóuchers para las escuelas. Sergio Massa logró pinchar su figura al exigirle un pedido de disculpas al Sumo Pontífice y lo enmarcó como el protagonista de la pérdida total del sistema de educación pública nacional. Milei lo planteó como el modelo a seguir como leading case de éxito, pero no convenció y quedó en una nebulosa.
Primer debate para un candidato inicial que logró domar sus nervios, explicar algunos ejes esenciales de su campaña y exhibir las flaquezas del resto, que hicieron el esfuerzo entre Sergio Massa y Patricia Bullrich de dejar en claro el peligro que genera un cambio de paradigma para dar vuelta la página en lo que se supone, todos buscan: recuperar el rumbo del país.