Elecciones 2023

La Rioja: empezó el operativo para unificar a la oposición y ganarle a Quintela

El gobernador no tiene la mejor relación con la Casa Rosada y Cristina Kirchner lo tiene en la lista negra. La gestión tiene denuncias de todo tipo y hubo reuniones para empezar a delinear una estrategia en común. Renovar cargos e ir por la Gobernación, el norte al cual apuntan.

Pedro Paulin
Pedro Paulin viernes, 27 de enero de 2023 · 09:02 hs
La Rioja: empezó el operativo para unificar a la oposición y ganarle a Quintela
El gobernador escracha jueces de la Corte.

Ricardo Quintela empezó a comprobar los últimos días que los buenos tiempos en que arrasaba en encuestas y la oposición partida tenía que obedecer se terminaron en La Rioja. Hay rebelión en la granja, hay miembros del "quintelismo" que ponen en duda su liderazgo y que saben que en Casa Rosada el presidente empezó a mirar de cerca el envío de fondos que nadie sabe dónde están. Hay recriminaciones internas y como contraparte de eso, una incipiente ingeniería electoral que empieza a masticar una idea: si se unen, sacan a Quintela y el peronismo deja de gobernar. 

Felipe Álvarez es un aliado de Horacio Rodríguez Larreta que aspira a ser gobernador o renovar banca, como el ex ministro de Defensa, Julio Martínez, hoy en el Senado con ambición de renovar. La consultora Opiniones y Tendencias lo posiciona como el opositor con mayor imagen positiva. También se anota Martin Menem, alfil libertario de la provincia que sueña con ganarle a Quintela en una embrionaria carrera política, con baja imagen negativa pero alto desconocimiento. Todos tienen sus ponderaciones y costos a la hora de querer ser quien entierre la eternidad peronista, con un aditamento: quieren que la Capital, donde duermen el 54% de los riojanos, siga siendo opositora. Hoy en manos de Inés Brizuela y Doria, radical anti quintelista, todos quieren que renueve y evitar que el secretario de la Gobernación y "cadete" como lo llaman, de Quintela, Armando Molina, sea el nuevo intendente. 

En La Capital, Quintela sueña con postular a su ex mujer y ex ministra, hoy diputada Gabriela Pedrali, para asegurarse la fidelidad que no genera Molina. Son demasiadas denuncias y una vida lujosa que no suma como candidato en una provincia donde los chicos que no comen son cada día más y los fondos nacionales son miles de millones. Ahí iría entonces Pedrali para dejar su banca en manos de la gremialista local Claudia Allegri, militante furiosa.

La corrupción en La Rioja es explícita y está legitimada. Los funcionarios baten récord de compra de camionetas, todos los parientes están metidos en el Estado y eso enoja a la oposición, que empezó a cuajar la idea de unirse para ganar y terminar con el feudo violento de los camisas rojas y los fondos que no aparecen. 

Hubo llamados para amalgamar miradas distintas pero en pos del objetivo común: terminar con lo que ellos definen como "una dictadura" de Ricardo Quintela. En rigor de verdad, la democracia riojana es de muy baja intensidad. Quintela maneja la Legislatura con mayoría automática de dos tercios, es decir, no tiene por qué haber debate y se hace lo que el gobernador quiere que se haga.

No hay jueces adversos, nunca, jamás hubo un fallo en contra de Quintela y metió en un trámite exprés a su ahijada como presidente del Máximo Tribunal, algo inédito en la historia moderna. Controla todo el mapa de medios salvo Radio Fénix, financiada por un exvicegobernador adversario. Controla todos los sindicatos de volúmen con dinero no comprobado su origen.

Una provincia donde la democracia está débil, en terapia intensiva, y que pone a prueba los egos opositores: si no se unen por no ponerse de acuerdo, simplemente ratifican la idea de ser oposición por oposición, no para lograr que los riojanos no vivan más en "dictadura".

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