Crisis institucional

Fernández, sin resistencia, a merced de Cristina y los gobernadores. ¿Cómo termina?

"Cristina se está riendo... Lo volvió a dejar en ridículo al presidente. Él dijo que no iba a desacatar el fallo de la Corte y los gobernadores fueron, lo apretaron, y aflojó". Así, una de las personas que más conoce el poder definió el desacato. Y agregó: "Es una guerra entre mafias".

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare jueves, 22 de diciembre de 2022 · 21:30 hs
Fernández, sin resistencia, a merced de Cristina y los gobernadores. ¿Cómo termina?
Foto: Télam

La decisión del Gobierno nacional a cargo, en lo formal, por Alberto Fernández, no es otro episodio más en el cada vez más peligroso y ascendente conflicto entre el Ejecutivo y la Corte Suprema de Justicia que, durante el transcurso de esta semana, vio afectada la autonomía del Poder Judicial al haber sido rechazado por la intervención del viceministro Juan Manuel Olmos en la negociación que habían acordado con la Asociación Judicial de la Nación un aumento escalonado de la masa salarial del sector.

“Esto no pasó jamás”, le dijo a MDZ una fuente de inobjetable conocimiento en el mundo judicial, legislativo y que ha pasado, también, por el Poder Ejecutivo de la Nación. “No hay plata, entonces, van recortando de todos lados. ¿Por qué crees que se cayó la sesión de ayer en Diputados”, disparó, ante el asombro de este periodista.

Al parecer, la nueva moratoria previsional, que venía impulsando La Cámpora a través de Fernando Raverta, fue boicoteada por el propio oficialismo. “La sesión ya estaba planificada, acordada, y de pronto, Germán Martínez (el presidente del bloque del FDT) presentó el proyecto de ley de alquileres para debatir en el recinto… Eso, y decir muchachos, no quiero que votemos, es lo mismo”, se sinceró.

Al ser un gobierno sin conducción, donde todos se desconfían, y ante un presidente sin autoridad, al que cada vez le pesa más respetar una idea, ya no la palabra, el kirchnerismo camporista juntó a todos los gobernadores peronistas, menos los de Santa Fe y Córdoba, para presionar a Fernández y que este desacatara el fallo de la Corte Suprema de Justicia que le restituye los fondos quitados de manera abrupta e inconsulta al Gobierno de la Ciudad en medio de la tensión con la Policía Bonaerense de 2020.

Ese fue, también, el final del pretendido y jamás nacido albertismo, que consistía en mantener buenas relaciones con los gobernadores y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y así gestionar las presiones cotidianas de Cristina Fernández de Kirchner, recordadas en su carta abierta donde expresó que le pidió 18 reuniones que jamás concedió.

La necesidad de ajustar que tiene el ministro Sergio Massa para cumplir con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional también termina afectando a los gobernadores que habían aceptado el bono que le dio a cambio de conseguir financiamiento de las cuentas provinciales, que están abarrotadas de plata inmovilizada y a plazo fijo, menos la Provincia de Buenos Aires.

La “pelea es a muerte y acá no tienen nada que ver Clarín o el Gobierno de la Ciudad. Le tocaron la cola a la Corte y listo, acá tenes”, reveló la misma fuente que no se metió en la justicia o no del fallo dado a conocer ayer por el alto tribunal, todos de origen federal, sino que describió lo que puede desencadenar en una "crisis institucional sin precedentes..." 

¿Están buscando la acefalía o la crisis del gobierno?, preguntó MDZ. 

"Parece que le gusta que lo lleven a las patadas... Él es el presidente de las tres copas", ironizó la misma fuente. "El problema de Cristina no es ganar o perder una elección... Sino que van presos", agregó.

El antecedente más cercano en la que una decisión de los supremos afectó al Ejecutivo de manera tan directa fue en los días previos a la asunción de Mauricio Macri a la Presidencia, en 2015, cuando los cortesanos le restituyeron los fondos retenidos arbitrariamente a San Luis, Santa Fe y Córdoba, lo cual le provocó un profundo perjuicio al futuro presidente. Esa causa hacía más de una década que esperaba una sentencia.

Casualidades o no, meses después, por decreto, Macri designó a los jueces Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti, que terminaron siendo aprobados por la Cámara de Senadores, como correspondía.

Para graficarlo, un exministro dijo que “esta es una pelea entre mafiosos. No hablamos del derecho ni del deber, sino de plata. Lisa y llanamente”. Para esta fuente, la “Corte es un organismo reactivo, no activo. No hace nada si no le hacen. Responde, pero no ataca”, graficó.

La figura del presidente quedó nuevamente damnificada. El lunes, ante la posibilidad de un fallo de estas características, había declarado que jamás desacataría un fallo judicial, que si la Corte hace la denuncia penal correspondiente, podría provocar una sentencia de prisión en su contra. “Se lo llevaron puesto los gobernadores con Cristina detrás… No puede parar ni un colectivo ya”, reveló alguien que trabajó muy cerca de él y renunció hace dos años. Los amigos del Grupo Callao, que había armado Santiago Cafiero, no lo reconocen al hombre que los aglutinaba y los guiaba.

En un comunicado oficial que lleva la firma de Fernández y la mayoría de los gobernadores peronistas y el de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, radical aliado del oficialismo, estos sostienen que “en un fallo inédito, incongruente y de imposible cumplimiento, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sin fundar el modo por el cual construye dicho monto, decide aumentar ese porcentaje al 2,95; es decir, le otorga a la Ciudad de Buenos Aires más de 180 mil millones de pesos adicionales a los que ya percibe”.

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