Aprobado en Diputados

Presupuesto 2023: otra vez ganó la política, otra vez perdimos todos

Sergio Massa había coordinado el envío de fondos a distintas áreas para lograr quórum y avanzar. Javier Milei no se presentó al debate. Gustavo Santos y el enojo en su bloque.

Pedro Paulin
Pedro Paulin miércoles, 26 de octubre de 2022 · 12:00 hs
Presupuesto 2023: otra vez ganó la política, otra vez perdimos todos
Foto: HCDN

La política negoció durante casi 30 horas y salió ganando, para no perder la costumbre. Se aumentaron impuestos, se recortó dinero para primera infancia y salud, se crearon nuevos impuestos, se aplicó discrecionalidad para los que están más cerca del oficialismo, se enriquecieron los riojanos oficialistas y empobrecieron los porteños opositores, algunos pegaron faltazos para irse de viaje, otros a pesar de tragedias familiares cumplieron con su obligación y se sentaron a trabajar y finalmente hubo quienes directamente creyeron que no sentarse a negociar, en el sano sentido de la palabra, y buscar evitar el quórum, es parte del debate democrático del Congreso. Es lo que hay.

Silvia Lospenatto les había avisado en el grupo de WhatsApp que quería decir algo antes de irse. El enojo con Gustavo Santos era notorio en los diputados del PRO que habían evitado dar quórum y se enteraron de que Martín Lousteau y sus representantes harían los deberes para que pueda haber comienzo de sesión. Así aparecieron entonces los fondos de miles de millones para las universidades, la métie de Emiliano Yacobitti, amigo personal y habitual hombre fuerte a la hora de recaudar en épocas electorales donde las cajas de Estado son agua en el desierto para muchos políticos.

Así, la UBA que orbita sobre Yacobitti se hará de 120 mil millones de pesos el año que viene, cuando para todo el país habrá 700 mil millones de pesos. Beneficios que se lograron y que generaron la pavloviana presencia del radical antes del kick off parlamentario. Lospenatto avisó y tomó la palabra para poner blanco sobre negro: “Es solamente un minuto, la verdad es que queríamos agradecerle y también contarles que la diputada Camila Crescimbeni que hace menos de un mes perdió a un hijo, que está en licencia por maternidad de su otro bebé que está internado, vino hoy a cumplir con su función, mientras muchos diputados se fueron a dormir, la diputada vino a cumplir con su función”, remató. 

La política estuvo otra vez por debajo de lo esperado y demostró que la crisis de liderazgo en la oposición y el oficialismo está intacta. En Juntos por el Cambio no hubo una reunión de bajada de línea y los libres pensadores permitieron, como en el caso del cordobés Gustavo Santos, irse a Europa y aceptar el cargo de la organización mundial de Turismo que tiene un salario en dólares y es incompatible con la banca de diputado. Así se creó la tasa bautizada por Marcela Campagnoli como "tasa Milei" al impuesto aeroportuario, el agregado, impulsado por la legisladora oficialista Paula Penacca, busca financiar con los fondos generados a la Policía de Seguridad Aeroportuaria como se hacía en las épocas de la Policía Aeroportuaria.

El debate en el oficialismo fue mucho más sencillo, la gestión de Sergio Massa había sido cocinada a fuego lento desde que asumió. Prometió y cumplió, y cada uno de los que se sentó con el exintendente tigrense pudo obtener la llamada "ventajita", como lo apoda Mauricio Macri a Massa. Los dirigentes que se entendieron con el ministro, obtuvieron beneficios. Es el caso del peronista Ricardo Quintela, quien obtuvo 47.000.000.000 pesos para una provincia con las peores cifras de inversión privada y altas tasas de pobreza y desnutrición infantil. 

La política entonces jugó a ver quién era más malo, Javier Millei cree que se puede construir evitando dialogar, rompiendo el paradigma del debate dentro de un Congreso, un oximoron para el economista rupturista que promete meterse en un balotaje el año que viene. La sociedad va a tener más impuestos, más tasas, una inflación estimada en 60% que nadie cree que va a existir y va a dar más discrecionalidad a la política, la gran ganadora de la jornada. 

Así entonces, no sorprende nadie la nube de palabras de Jorge Giacobbe, donde tristeza, decepción, corrupción y otros adjetivos Gobiernan las palabras que cristalizan una sociedad entristecida y pobre, con una clase dirigente muy lejos de la pobreza y muy atenta a los cargos que se repartirán el año que viene.

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