El enigma de Rambo

Por que Cristina sigue sosteniendo a un Berni cuestionado y aislado políticamente

El polémico ministro de Seguridad bonaerense y su relación política con Cristina Fernández de Kirchner empieza a ser uno de los grandes interrogantes dentro del Frente de Todos. Peleado con los intendentes, se lleva mal con Kicillof y Máximo. ¿Cuál ser ale próximo destino político de Berni?

Beto Valdez
Beto Valdez viernes, 26 de marzo de 2021 · 06:54 hs
Por que Cristina sigue sosteniendo a un Berni cuestionado y aislado políticamente
Sergio Berni ¿Hasta dónde Cristina lo seguirá respaldando?

                     A medida que sigue generando polémicas y peleas, resulta cada vez más enigmático el futuro del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Si bien no cabe ninguna duda que cuenta con el aval más que explícito de Cristina Fernández de Kirchner, el médico militar es un verdadero jeroglífico dentro del armado político del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires ¿Hasta dónde la vicepresidenta está decidida a sostener a un personaje que le causa tantos dolores de cabeza y que no se muestra orgánica en una estructura tan verticalista como el kirchnerismo?

                         ¿Por qué Cristina tolera y sostiene a una figura política que parece situarse en las antípodas del ideario más izquierdista del Instituto Patria? Son muchas las preguntas que no tienen pocas respuestas concretas. Berni es resistido por la amplia mayoría de los intendentes peronistas del PJ, tiene una convivencia forzadas con el gobernador Axel Kicillof y no se lleva muy bien con Máximo Kirchner y muchos de sus referentes de La Campora. Y tampoco cicatrizaron las heridas en el vínculo con Sergio Massa y Malena Galmarini luego del episodio de 2013 cuando un prefecto irrumpió en la casa del matrimonio en la localidad tigrense de Rincón de Milberg.

                         “El Loco –como le dicen en el oficialismo- es una debilidad política de la Doctora, se conocen desde hace muchos años”, dicen en el kichnerismo. Agregan que ella sabe que es popular y, por su estilo, tiene llegada a sectores que no comulgan con la fuerza política de la vicepresidenta. “La mamá de Maia en seguida pidió hablar con él”, dicen las fuentes. Su perfil mediático a los Rambo es bien recibido en sectores medios y bajos del Gran Buenos Aires. Es conocido por sus apariciones televisivas y sus recorridas en moto por el territorio bonaerense.

                          Se sabe que Berni tiene aspiraciones de ser gobernador y hasta de competir en las legislativas de este año. Pero, a pesar de eso, no le tembló el pulso a la hora de pelearse con los operadores de Máximo en el armado de la lista única para la nueva conducción del PJ bonaerense. Pidió tres lugares, sólo le ofrecieron uno y pateó el tablero. Quedó voluntariamente afuera de las futuras autoridades del peronismo. Al mismo tiempo, se suele comentar que CFK lo ve como un buen candidato de una colectora que vaya por afuera del Frente de Todos para sacarle votos a Juntos por el Cambio.

                          Mientras tanto, los dirigentes del peronismo no K comentan que tienen vínculo con el ministro de Seguridad. Hasta algunos sueñan con seducirlo y llevárselo a sus filas. Parece que Berni coincide mucho en privado con el discurso duro de Miguel Pichetto. Se siente más cerca del ex compañero de fórmula de Mauricio Macri y de Patricia Bullrich que del garantismo de izquierda que caracteriza a figuras destacadas del Instituto Patria. Incluso, durante la búsqueda de la chica desaparecida la semana pasada se mostró muy cómodo trabajando con el vicejefe porteño, Diego Santilli, que con los representantes del área a nivel nacional.

                          Es obvio que siente rechazo por su colega Sabina Frederic, aunque esa tirria se vio sobreactuada sólo para molestar al presidente Alberto Fernández, cometan quienes lo conocen. Subestima políticamente al jefe de Estado. Lo considera un calco del ex vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez en términos ideológicos y por su dedicación al trabajo. Muy probablemente esa sea la mirada actual de Cristina sobre Alberto y su mesa chica. El desprecio al peronismo porteño que nunca gana elecciones.

                         Hace rato que Berni viene diciendo en privado que no se siente cómodo y se quiere ir del cargo. Pero eso va a depender de la última palabra de su jefa política. Igualmente, no la tiene fácil para seguir conviviendo con funcionarios, intendentes y legisladores que no lo quieren, sobre todo si quiere ser el sucesor de Kicillof. Los más arriesgados lo ven reemplazando a Frederic. No parece que Fernández y, sobre todo, sus funcionarias con Vilma Ibarra a la cabeza no lo acepten mansamente. Es un “Jarrón Chino”, nadie sabe dónde ponerlo. Sólo Cristina que mantiene en secreto su próxima misión.

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