Los dandidatos

Qué está en juego en las internas del radicalismo bonaerense que disputan Abad y Posse

Los orígenes y la actualidad diferencian a los candidatos del radicalismo bonaerense. El domingo 21 de marzo será la interna que empezará a definir si la alianza de Juntos por el Cambio continúa como está o se tensará de tal manera que nadie puede prever su futuro electoral.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare viernes, 19 de marzo de 2021 · 09:09 hs
Qué está en juego en las internas del radicalismo bonaerense que disputan Abad y Posse
Maximiliano Abad Foto: El Cronista

Las figuras de Maximiliano Abad, representante de la lista 23, y Gustavo Posse, por la 14, quienes disputarán la interna de la Unión Cívica Radical del próximo domingo representan dos modelos y esquemas políticos muy diferentes y por eso es que podrán incidir tanto en el futuro de Juntos por el Cambio.

Maximiliano Abad

Abad es un joven producto de la necesidad que tenía el radicalismo bonaerense de emanciparse de los viejos “líderes”. Para eso el entonces presidente partidario, el mendocino Ernesto Sanz, eligió a uno de los jóvenes que siempre lo acompañaban. Casi una prueba de un trasvasamiento generacional y de formas que aún no llegó.

Con Abad también estaban otros referentes sin territorio propio, ya que el actual presidente del bloque de diputados provinciales del Juntos por el Cambio es oriundo de Mar del Plata, localidad muy importante pero administrada, en aquel momento, por el peronismo.

Maximiliano Abad. Foto: Télam

Eran momentos donde PRO dominaba la escena y todo apuntaba a que Cambiemos tenía chance cierta de llegar al poder. Entonces, los dirigentes tradicionales no tenían demasiada idea sobre qué hacer en esa relación inequitativa de fuerzas.

Hasta que la negociación se tensó de tal manera que la alianza opositora estuvo a punto de estallar por el aire en la Provincia. Cristian Ritondo había sido mencionado como compañero de fórmula de María Eugenia Vidal. Fue en ese momento que Sanz activó su última palabra de censura sobre algunos acuerdos y llegó Daniel Salvador, ex legislador pero con pocos votos en su pueblo, San Fernando, pegado a San Isidro en el norte del conurbano, a la fórmula bonaerense.

Así, con Salvador en el Senado, ya que al ser el vice presidió ese cuerpo, y Abad manejando el bloque oficialista empezaron a trabajar en tándem con un único objetivo: ubicar en las próximas elecciones a la mayor cantidad de dirigentes propios en las listas locales y provinciales, algo que consiguieron no sin dejar muchos heridos en cada cierre electoral.

Hoy Abad es respaldado por todos los que consideran que es imprescindible la continuidad de Juntos por el Cambio. En su tren se suben personalidades como Andrés Malamud, Facundo Manes, Héctor Negri, Alfredo Cornejo y Gerardo Morales, entre otros. Hasta Luis Brandoni salió en su respaldo.

Gustavo Posse

Posse es otra cosa. Diferente en todo sentido. El es el dueño de su propia agenda y sistema de alianzas. Con un distrito absolutamente único, San Isidro ha impuesto una marca que lo identifica como “distinto”. Y eso, que podría aparecer como sectario u oligarca, “San Isidro es Distinto” es el lema, la hace, a su vez, atrapante.

El intendente heredó la necesidad de estar siempre presente en la política bonaerense. Su padre, Melchor, fue el creador de un movimiento que siempre se presentó, la mayoría de las veces en minoría, frente a otras corrientes como Renovación y Cambio u otras más efímeras, en las que Leopoldo Moreau se aliaba con el propio Salvador o este con Ricardo Alfonsín.

Gustavo Posse. Foto: Radio Rivadavia

Creído que era momento de generar un espacio más amplio, su Melchor, compañero de fórmula de Graciela Fernández Meijide en la fórmula bonaerense de la Alianza, que perdió contra Carlos Ruckauf y Felipe Solá, participó, tres años después, de un extraño acuerdo con Adolfo Rodríguez Sáa y Aldo Rico. Gustavo, quien ya era intendente, miró de reojo ese pacto. El mayor de los Posse fue expulsado del partido.

Ese intento por ampliar el alcance del radicalismo habría sido lo que lo empujó a Gustavo a creer en la Concertación Plural ya en 2007, en el que tuvo un rol muy activo para su conformación junto con el también mendocino Julio Cobos. De hecho, la zona norte del Conurbano tuvo un rol fundamental porque el también radical e intendente de Vicente López, Enrique García, participó también con mucho fervor.

Antes creó el grupo Olavarría, con Mario Meoni, actual ministro de Transporte, y Margarita Stolbizer, que terminó yéndose de cualquier atisbo radical y creó su propio espacio, el GEN. Aquel intento fue un embrión, desde el radicalismo, de lo que luego hizo Sergio Massa en el Peronismo, al fundar el Frente Renovador.

Más acá en el tiempo, participó como aliado en el Frente Renovador hasta que, en 2015, fue un activo militante del macrismo. En un momento tuvo la promesa de ser su candidato a gobernador. Algo pasó. Desde ese entonces, las relaciones con el espacio que creó Mauricio Macri tuvo más diferencias que coincidencias.

De hecho el actual intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, fue candidato en las PASO de 2015 en San Isidro en representación del PRO puro. Posse ganó, pero fue el único intendente de Cambiemos que tuvo que convalidar una interna.

Ahora, con el apoyo de su amigo de toda la vida, Enrique Coti Nosiglia, quien aprovechó para poner a Martín Lousteau en la campaña, consiguió que varios huérfanos del macrismo, como Emilio Monzó, ayuden a su candidatura, que es vista con mucho entusiasmo por las autoridades del gobierno nacional.

Sergio Massa, antiguo compañero de aventuras del intendente de San Isidro, es uno de los que ya hacen apuestas en su favor. Sabe que su victoria provocará una crisis en el espacio opositor, no porque pueda facturarse, sino porque tensionará muchísimo el futuro de Juntos por el Cambio.

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