"Aguantando": qué evalúa el Gobierno para decidir si Mendoza retrocede de fase

El 22 de septiembre está en el horizonte. Ese día vencen las nuevas reglas del distanciamiento social obligatorio que impuso el Gobierno para tratar de bajar la movilidad y la cantidad de contagios. Pero es solo una marca temporal, no una certeza. Es que la situación sanitaria es delicada y por eso analizan si hace falta aumentar las restricciones.

Los datos de hoy y mañana serán clave, pues marcarán un panorama más claro de la situación epidemiológica. La presión ahora viene desde adentro del sistema, pues directores de hospitales y otros referentes advierten acerca de la inminente saturación. 

"Aguantando". Esa es la palabra que más resuena en Casa de Gobierno, porque quieren estirar lo más posible cualquier decisión drástica. En ese sentido, si hay retroceso de fase, buscarían que sea lo menos dramática posible. Pero además de Mendoza, siguen de cerca lo que pasa en otros distritos donde se volvió a atrás y hubo reacción social.

Es lo que ocurrió, por ejemplo, en varias ciudades de Santa Fe, donde hubo marchas masivas de protesta luego de que el gobernador Omar Perotti decidió cerrar actividades en Rosario, San Lorenzo, Caseros, Constitución y General López (Venado Tuerto).

Creen que en Mendoza puede ocurrir lo mismo y que es muy difícil restringir todo. "Dejamos desamparados a muchas personas si lo hacemos", analizan en el Ejecutivo. Volver al aislamiento, como propone la Nación, significaría el cierre de todos los comercios e incluso la suspensión de profesiones independientes. Como efecto dominó, los servicios (como la justicia) volverían a restringirse. 

Hay actividades que mostraron un leve repunte, como la construcción, y otras muy sensibles, como el comercio, que en el Ejecutivo no quieren frenar. La restricción más suave sería frenar todas las actividades recreativas para amenguar más la circulación de personas. 

Entre los datos clave que se analizan está la ocupación de camas de terapia, que están al límite, pero también la contagiosidad, la edad de las personas internadas y también otra información que no tiene que ver directamente con lo sanitario. Se trata de la movilidad; cuántas personas circulan y qué medio de transporte usan. Así se evalúa si las últimas medidas tienen efecto o no. 

Al mismo tiempo aún no se hacen del todo operativas las medidas anunciadas hace una semana. El "hospital IMPSA" todavía no está disponible, pues en Salud analizan qué tipo de personas van a ser derivadas allí. Los insumos que llegaron desde la Nación están comenzando a distribuirse. Los 60 respiradores fueron derivados a distintos hospitales críticos del sistema público y también privados para ampliar la capacidad de las UTI.