Pandemia

Medio año en pausa: el drama de la pandemia y el único remedio argentino

Se cumplen 6 meses desde que comenzó el aislamiento por la pandemia. La situación sanitaria, económica y social siembran una crisis que preocupa. Los datos de un estado que no tiene fecha de final.

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MDZ Política domingo, 20 de septiembre de 2020 · 10:40 hs
Medio año en pausa: el drama de la pandemia y el único remedio argentino
Foto: BBC

Las escuelas con telarañas y yuyos crecidos. Saludos de hijos a padres adultos mayores a través de un vidrio. Comercios cerrados definitivamente. Familias partidas por límites provinciales bloqueados. Empleos que desaparecen. Trabajadores que reciclan sus saberes. Angustia y un problema: no hay fecha de salida. Hoy se cumplen 6 meses desde que se decretó la primera etapa el aislamiento obligatorio en Argentina, único método hallado para enfrentar la pandemia de coronavirus y la enfermedad que genera; la covid-19

Fueron seis meses en pausa. Y la primavera llega en una situación igual de inédita, con el sistema de salud estresado por la demanda que genera la pandemia. En Mendoza la estrategia de abordaje cambió desde que el gobernador Rodolfo Suarez tomó el control. Suarez se alejó de la idea de aislamiento pregonada por el presidente Alberto Fernández y por eso, salvo el paréntesis de dos días que durará hasta mañana, en la provincia hay actividades permitidas. Sin embargo la crisis golpea igual. Y ahora no tiene fecha definitiva: desde el martes Mendoza vuelve al distanciamiento social, con actividades restringidas y no hay fecha límite. El análisis será diario para evaluar si hace falta sumar restricciones o no. 

Los datos

Desde que comenzó la pandemia en Mendoza se diagnosticaron 18.454 casos de Covid-19, hubo 222 personas fallecidas y ahora llegó el momento crítico. La mayoría de las 10 mil personas que cursan la enfermedad están en aislamiento domiciliario y las camas de terapia intensiva están ocupadas casi al 90%. Hay una desaceleración en los contagios, pues la cantidad de casos entre semana y semana fue más lenta. Pero la "meseta" de casos es alta: se suman entre 400 y 600 casos diarios

La positividad de los test es alta y sugiere un subregistro. Por eso la estrategia de ampliar el diagnóstico con un nuevo sistema de testeo puede arrojar una foto más real del impacto de la pandemia en Mendoza. La cantidad de personas fallecidas crece, pero no la letalidad. El impacto anímico de las muertes por Covid es igual dramático: hay una generación que quedará marcada. "Ya comenzamos en la etapa en la que cada vez más personas tienen algún familiar fallecido; algún abuelo o adulto mayor relacionado", reconocen quienes analizan la situación. 

Las consecuencias sociales y económicas preocupan casi igual que las sanitarias por lo que la pandemia y el aislamiento ha sembrado. La industria del entretenimiento desapareció y con ella los empleos. Lo mismo con sectores relacionados a la educación, como jardines, transporte, logística, alimentos, libros y toda la estructura educativa. Las clases no tienen fecha de reinicio: este año no volverán y la preocupación está en marzo. El ciclo lectivo 2021 será aún sin inmunización masiva. Puede que haya alguna vacuna, pero difícilmente se logre para esa fecha una distribución que permita garantizar una prevención masiva de contagios. La idea de "convivir con el virus" será inevitable. 

La desocupación probablemente supere los dos dígitos en Mendoza, aún con el efecto placebo que generarán los planes sociales que se ejecutan, como el Ingreso Familiar de Emergencia. La pobreza puede superar el 50% en el mediano plazo y con ese diagnóstico proyectan el futuro inmediato de Mendoza, sobre todo para un sector. Los niños y adolescentes no están en la escuela, luego de las vacaciones bajó incluso el vínculo virtual con sus docentes. Y son también los más afectados por la marginación que genera la pandemia. 

No hay datos precisos aún, pero cientos de comercios y empresas desaparecen a diario. El balance entre cierres y aperturas es negativo. Medio año en pausa; medio año en incertidumbre. Ahora viene una etapa aún más desafiante: convivir con el virus y convivir con la crisis que generó. 

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