Entrevista

Palermo: "Le pido al gobernador respeto y que nos dejen trabajar"

El juez de la Suprema Corte aseguró que deber ser la Justicia quien resuelva la crisis institucional desatado por la designación de María Teresa Day y le pidió a Rodolfo Suarez que "confíe en su Poder Judicial". "El conflicto es grave y serio", aseguró en una entrevista con MDZ.

Marcelo Arce
Marcelo Arce sábado, 1 de agosto de 2020 · 07:01 hs
Palermo: "Le pido al gobernador respeto y que nos dejen trabajar"
Foto: Alfredo Ponce/MDZOL
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En menos de 48 horas Omar Palermo recorrió más de 2000 kilómetros en auto para estar, el miércoles por la tarde, en Buenos Aires y asistir a la presentación que hizo Alberto Fernández en la Casa Rosada de la reforma judicial. Y a las pocas horas, el jueves por la mañana, haber vuelto a Mendoza para encabezar la audiencia pública que se realizó, bajo su amparo, para debatir la pregunta que tiene en vilo a la institucionalidad de la provincia desde hace casi dos meses: si María Teresa Day alcanza o no los requisitos constitucionales para ser miembro de la Suprema Corte de Justicia.

El juez que más enfrentado está en la actualidad con el gobierno (e históricamente con Alfredo Cornejo) sostiene que la Corte debe votar sobre la legalidad de la designación de quien fuera propuesta por Rodolfo Suarez para ese sillón y le pide al mandatario que “confíe en la Justicia de Mendoza” y “que sea respetuoso del camino institucional que estamos siguiendo que es el judicial y que es el que corresponde”.

Para Palermo, la salida de Jorge Nanclares de la Corte obedeció a “motivos oscuros”. O como se explayó: “No está bien que un presidente de la Corte renuncie en el despacho de un gobernador”.

A días de haber sido designado por Alberto Fenández como uno de los once integrantes del comité de juristas que propondrán qué cambios deberían implementarse en la Justicia federal en un proceso que ha sido muy cuestionado por la oposición, este jurista de prestigio vinculado al kirchnerismo accedió a una entrevista con MDZ y explicó lo fundamentos que, a su entender, desencadenaron su convocatoria.

“Lo que vamos a discutir (en el comité) es lo que nos pidió por el Presidente que discutamos. Es una comisión de juristas muy heterogénea. Yo tengo muy excelente relación con Enrique Bacigalupo, profesor argentino que está en España, desde ahí quedó una buena relación académica y personal con él. Es el más cercano en lo técnico, porque el resto de los integrantes más bien no son penalistas y dentro de esos penalistas yo me siento muy cercano política y científicamente con Bacigalupo porque estamos en la misma linea de pensamiento jurídico penal. Él se formó en Alemania y yo también, así que tenemos una muy buena relación. Está todo por verse lo que se va a discutir. Después de la presentación todos los juristas tuvimos una reunión con el presidente en su despacho y yo noté una amplitud de criterio absoluta: el presidente dijo ayúdenme a que tengamos una mejor Justicia. ¿Cómo me ayudan? Siéntense ustedes y me dicen, yo lo que quiero es mejorar la Justicia. Contó una anécdota: contó que su padre era juez, que vivían en el barrio y en el barrio él era el hijo del juez, que era una cosa muy prestigiosa. Y de algún modo él aspiraba a recuperar ese prestigio del juez. Y a mí eso me pareció una imagen muy clara de lo que quiere el presidente. Y bueno… nosotros aportaremos las mejores ideas que tengamos para que ese sueño sea el sueño de todos que es mejorar la Justicia.

- Hubo cuestionamientos hacia los juristas que integran ese comité...
- (Interrumpe) Siempre hay más gente que se queda afuera que adentro. Siempre va a haber cuestionamientos de ese tipo…

- Está bien, pero esas no fueran las principales críticas. Hay una mirada de que este comité de juristas que va a estudiar cambios en la Justicia tiene un perfil kirchnerista.

- Yo no creo que la comisión tenga un perfil kirchnerista. Es una comisión muy heterogénea y me pareció que el presidente tiene una intención auténtica de que la comisión trabaje libremente e independientemente. Es una comisión de juristas, así que vamos a trabajar sobra la idea de un mejor servicio de Justicia. Entiendo la pelea mediática, la discusión en la arena política, pero nosotros vamos a hacer un trabajo absolutamente técnico y eso es lo que vamos a ofrecerle al presidente. Después el presidente y la política harán con esas ideas lo que crean que tengan que hacer, pero nosotros estamos al margen de cualquier discusión política.

- ¿La ampliación de los integrantes de la Corre Suprema va a ser uno de los temas centrales de discusión?
- Va a ser uno de los temas, no el central. El tema central va a ser cómo mejorar el funcionamiento de de la Corte. Me parece que el primer trabajo es identificar los problemas y sobre esa base ver qué soluciones existen para esos problemas De esos problemas puede surgir la ampliación de los miembros de la Corte o no. El presidente no nos ha dado ninguna sugerencia. Al contrario, nos dijo que trabajemos con autonomía e independencia y que digamos lo que nos parezca. Esa es la ayuda que necesito que me den,dijo. Ni siquiera creo que sea el tema central y veremos qué surge de la discusión de esta comisión.

- ¿Usted considera necesario ampliar la cantidad de jueces de la Corte nacional?
- Me gustaría primero conocer a fondo cuáles son los problemas que tiene la Corte. Puedo decir mi sensación personal como juez de Corte. Yo siento que, en el caso individual, fui mucho mejor juez de tribunal oral que juez de la Corte. Porque he perdido el contacto con el caso, con el testigo, con el perito, con la declaración del imputado… La gran cantidad de casos requiere que estudiemos cada caso de manera exhaustiva. En la cantidad de sentencias que se firman, se pierde la calidad en el contacto individual con el caso. Yo me siento mejor juez de Cámara que juez de Corte. Cualquier reforma tiene que intentar fidelizar al máximo esa vinculación del juez con el caso individual. No sé si para eso hacen falta más jueces, o rediseñar, en el caso nuestro, las salas. Hay que generar rediseños que permitan el mejor contacto del juez con la causa.

- Ahora este comité tiene noventa días para trabajar...
- No es suficiente para armar un proyecto, porque los tema son muy heterogéneos. A título personal, lo que creo es que lo que debemos aspirar es ofrecerle al presidente los lineamientos de una reforma judicial, no los elementos detallados de una reforma.

- Pasando a la realidad local. ¿Qué es lo que está sucediendo dentro de la Corte de Mendoza?
- En la resolución en la que rechacé la pretensión del gobierno de encabezar la audiencia pública, dije que en el conflicto institucional en el que estamos es grave. Es un conflicto serio. Es un conflicto que tuvo un camino institucional que fue respetado desde la designación de la doctora Day. Surgieron cautelares que pretendieron impedir el proceso y la Corte decidió no interrumpir ese proceso y dejar que funcionara democráticamente. Entonces viene la etapa de control judicial de esa designación. Eso es un hecho institucionalmente delicado. ¿Por qué me pareció a mí como presidente que tenía resolver el planteo? Los problemas institucionales se deben resolver con más institucionalidad. ¿Cómo respondemos con más institucionalidad? Con la audiencia pública e involucrando a toda la Corte. A toda la Corte, a toda la Corte (repite). En el Senado se discutió el perfil de la jueza, no se discutieron los requisitos. Si se dan o no, es tema de interpretación constitucional y la Corte es la intérprete de la Constitución. Por eso yo entendí que el planteo del gobierno debía ser rechazado y así lo hice. Se deben respetar los caminos de Tribunales e ir a la audiencia pública. Una audiencia que fue transparente, honesta, abierta, democrática y si no hubo más voces fue porque no quisieron que esas voces se expresaran. Quien no estuvo, fue porque no quiso que lo escuchen o no quiso escuchar. La sigo defendiendo a ultranza a la audiencia pública: nosotros no somos votados por la ciudadanía, no tenemos esa máxima legitimidad democrática y tenemos que escuchar la ciudadanía. A mí me hubiera gustado que el gobierno escuchara a la ciudadanía e hiciera escuchar su voz también. La audiencia pública no tiene nada que ver con la audiencia del Senado, son dos cosas absolutamente distintas. Y la otra pata de la decisión institucional que tomamos es que esto lo vote toda la Corte. ¿Quién sino la Corte va a resolver un conflicto institucional? Hay quienes dicen que porque no se deja esto en manos de conjueces. ¿Vamos a dejar un conflicto de tamaña magnitud institucional en manos de conjueces? ¿Vamos a mostrar que no somos capaces de resolver nosotros como Corte este conflicto? A mí me parece injustificado legalmente, no hay ninguna razón legal para las recusaciones e institucionalmente es lamentable que la Corte no sea capaz de resolver el conflicto. Por eso decidí convocar a todo el tribunal, entonces se acaban las discusiones. Cada uno vota como le parece, pero también eso fue objetado. La salida institucional es, primero la audiencia pública que ya se hizo, aunque fue lastimoso y penoso que no estuvieran todas voces. Y el segundo paso es re-sol-ver (separa las sílabas). Con todos los integrantes. Si la doctora Day se excusa, proponemos a la doctora Aída Kemelmajer. ¡Queremos la verdad! Yo lo que quiero es la verdad. No quiero ninguna otra cosa que no sea lo que he hecho en toda mi vida como juez. Llevo casi treinta años como juez y nunca ejercí la política. Lo único que me interesa es la verdad del caso. Como muestra de esto esto es que hemos convocado a Kemelmajer ¿Qué mejor? Digamos la verdad. ¿Qué mejor que tener a una jurista que por muchos años fue jueza de Corte insospechada, de independencia, de imparcialidad, de conocimientos fuera de toda discusión? ¿Qué mejor? Invitemos a las partes a que expresen su opinión, convoquémosla y constituyamos el mejor tribunal posible. El tribunal más independiente, más imparcial y más erudito posible.



- Rodolfo Suarez hizo jurar de apuro y casi en secreto a Day por temor a que la Corte frenara esa asunción. ¿Eso pudo haber sucedido?

-Era una posibilidad, por supuesto. Teníamos una cautelar que debíamos resolver y una de las posibles resoluciones era impedir el juramento. Mejor dicho, cautelar el juramento. En fin... era una decisión jurisdiccional que se podía tomar después de terminado el proceso de designación, después del acuerdo del Senado. Lo que creo que no se puede hacer es resolver antes de que el Senado votara. No podíamos impedirle al Senado votar, eso no lo podemos hacer. Había que dejar que el Senado se expresara y después viene la etapa de control judicial de esa designación. Acá hay que entender algo: una cosa es discutir un perfil, si cumple o no determinados perfiles de género, por ejemplo y eso forma parte de la decisión soberana del Senado. Después viene la etapa si se dan o no los requisitos que requiere la Constitución. Por ejemplo: si el Senado quisiera nombrar a un ingeniero como juez de la Corte, podría hacerlo. Podría votarlo. Ahora: ¿Podría revisarse judicialmente la designación de un ingeniero? Sí, se puede revisar judicialmente.

- Ahora el proceso se encamina hacia la votación plenaria de la Corte para resolver la situación de la nueva jueza. ¿Cree que ella debería excusarse de votar?
- Yo no puedo decir qué debería hacer la doctora Day. Ella hará lo que crea que tenga que hacer y nosotros la respetaremos. Se puede integrar el Tribunal si hay alguna excusación, con conjueces de la Cámara. Es aplicar una ley del año cuarenta que dice que los jueces de Cámara Civiles pueden ser los que resuelvan la situación. A mí me parece un camino más transparente, que meter en un brete a un juez civil que va a tener que votar en relación a quien es su superior, que lo mejor era la solución que hemos ofrecido nosotros (la opción Kemelmajer). Pero en todo caso lo que a mí me parece muy importante subrayar, es que acá hubo un proceso de designación constitucional que fue respetado. Ahora existe un proceso de control judicial de esa designación y les pedimos a los poderes del Estado que respeten ese proceso. Si corresponde o no el control y luego de respondida esa pregunta, dan o no los resquisitos, es una decisión ju- di- cial (vuelve a separar las sílabas) que pedimos que se respete. Tanto el proceso como la decisión judicial. Yo convoqué al señor gobernador a que transitemos juntos el proceso institucional de la audiencia y del proceso judicial de revisión de esta situación. Le vuelvo a pedir al señor gobernador que seamos respetuosos de las instituciones. Y si no se está de acuerdo con el proceso, les pedimos que nos dejen trabajar. Que dejen al Poder Judicial hacer su tarea. Se lo pide un juez, que es juez desde el año 93, ya pasé por muchos lugares. Les pedimos especialmente que sea institucionalmente respetuoso, como sé que lo es. Yo prefería que el gobernador se ponga al frente institucionalmente de este caso. pero si no puede hacerlo, le pedimos que sea respetuoso del camino institucional que estamos siguiendo que es el judicial y que es el que corresponde. Me gustaría que el señor gobernador confíe en su Poder Judicial.

- Lo que está pasando en la Corte ¿Es en realidad una lucha por el poder?
- Yo no creo que haya un conflicto de poder dentro de la Corte. Hay un conflicto de miradas. Creo que la salida de Jorge Nanclares fue oscura, precipitada y me parece que eso ha disparado el conflicto mismo. El gran disparador de este conflicto fueron las circunstancias poco claras en las que renunció Jorge Nanclares y a partir de ahí el conflicto se desató a partir de ese origen. No creo que sea un conflicto de poder, es un reacomodamiento después de una salida turbulenta como fue la de Nanclares.

- ¿Por qué dice que fue una salida oscura la de Nanclares?
- A mí no me gusta que un presidente de la Corte renuncie en un despacho de un gobernador, no me gusta. Pero es una cuestión personal. Desconozco las razones, pero ni me pareció que, en el medio de un conflicto judicial, el presidente de la Corte vaya a verlo al gobernador y venga con la renuncia es una salida poco clara. No me parece institucionalmente saludable una decisión así, pero bueno... Es una cuestión que ha quedado ahí y no fue institucionalmente saludable la salida de Nanclares. El conflicto viene de ahí.

- ¿No hay también un conflicto político de arrastre de la gestión de Alfredo Cornejo?
- Bueno … (piensa) ese es el conflicto, diría, menos grave. Es un conflicto de miradas. Me parece más grave que una sola persona intente concentrar, aunque a mi no me corresponde porque soy juez y Cornejo es político, él busca votos y yo busco resolver conflictos judiciales, Cornejo es licenciado en Ciencias Políticas y yo soy profesor de Derecho Penal; no me corresponde tener una discusión con él. Pero lo único que voy a decir es que me parece institucionalmente delicado que una persona intente concentrar todo el poder de los tres estamentos del Estado. Me parece institucionalmente poco sano. Y más todavía cuando esa persona ha dejado de ser gobernador.  Las discusiones internas entre un sector de la Corte y el otro son jurídicas. Pero no quiero entrar en esa discusión, aunque me parece la discusión más auténtica que hay.

- ¿En realidad es una discusión solo jurídica? ¿No es una puja política en definitiva?
- La discusión entre la división de un sector de la Corte y otro no es una discusión que esté en los libros. La discusión manodurismo versus manoblandismo no existe, es una discusión que no tiene ningún asidero científico. Por eso me niego a discutir estos temas. De Derecho Penal hablo con mis colegas... no con Cornejo.

 

- Dos cuestiones se ventilaron en este marco de enfrentamiento suyo con el gobierno. Uno de ellas es que su motivación es, en definitiva, que aspira a llegar a la Corte nacional.
- Insinuar que pretendo proyectarme a nivel nacional instrumentalizando un caso de tremenda gravedad institucional es muy agraviante, es insultante. Es una falta de respeto inadmisible porque llevo 30 años de juez. Jamás se me insinuó una acusación semejante, es institucionalmente corrosiva e inaceptable. No tengo nada que decir a eso: a eso le contesto con mi trayectoria.

- Y la otra que es que, detrás de la embestida de Day, se esconde una intencionalidad política de sectores kirchneristas en Mendoza de llevar la crisis a a tal extremo, que se termine haciendo necesaria la intervención federal de la Justicia por parte de Alberto Fernández.
- Sería muy triste que desde cualquier sector de la política, o de la Justicia de Mendoza , alguien propiciara una salida como esa. Sería la derrota de institucionalidad en la provincia. ¿Qué quiero decir con esto? De ninguna manera podemos decirlo ni sostenerlo, es una locura. Creo que el conflicto de Mendoza se tiene que resolver en Mendoza y con sus intérpretes institucionales, con sus funcionarios y con sus jueces

- Otro de los problemas que enfrenta la Corte es el tema de los equiparados. ¿Por qué la Corte se manejó como lo hizo en los últimos años en relación a la contratación de estos empleados?
- La figura de la equiparación existe por las necesidades de las Cortes de tener funcionarios de primer nivel que colaboren en la función jurisdiccional, en la función de gobierno de las Cortes. Y digo las Cortes, porque esta es una figura que está en todas las Cortes, no es una figura de la Corte de Mendoza ni de esta Corte. Viene de antigua data y es replicada por todas las Cortes. No quiero justificar las razones, simplemente estoy tratando de explicar las razones: el objetivo es tener buenos funcionarios, los mejores funcionarios que estén bien remunerados porque si no se van a magistrados. Para garantizar la calidad se pretende tener buenas remuneraciones, en servicio que es fundamental en el ámbito jurisdiccional y en el ámbito del gobierno de la Corte. Esto ha venido generando distorsiones y esas distorsiones son las que han llevado a esta discusión, más allá de la capitalización política que ha sucedido con la situación del doctor Nanclares. Se pueden discutir esas distorsiones, lo que no se puede negar es la necesidad de funcionarios de primer nivel.

- Sin embargo ¿No es un despropósito que algunos equiparados cobren más que un juez cuando ni siquiera son abogados?
- Es que eso no puede pasar Esa es una distorsión inaceptable, no tengo la menor duda de eso. Eso no se puede aceptar. En fin, pero otra cosa es qué hacer con las distorsiones del pasado, si se pueden afectar o no derechos laborales hacia atrás… En las correcciones al pasado el legislador y el gobierno ha tomado una decisión que también esta sujeta a revisión judicial. Ha elegido sobre qué sectores quiere recaer el legislador y eso también le hace perder legitimidad democrática a la discusión. Eso también genera perdida de legitimidad democrática.

- Más allá de cómo se resuelvan estos conflictos (el de Day y los equiparados ) no hay un daño en la Corte y en el Poder Judicial que ya está hecho?
- Sí, hay un daño efectivamente. Creo que si teneos la suficiente madurez institucional los miembros de la Corte para superar este conflicto, me parece que ese daño es reparable, Que depende de nosotros, que somos los que tenemos que dar muestra de madurez institucional y encontrar una salida que nos permita salir de este conflicto. Eso es posible, todavía confió en tenemos esa posibilidad.

- ¿Cual sería esa salida entonces?
- Que el caso Day se resuelva por los caminos institucionales que correspondan y lo mejor es encontrar un modelo de gobierno de la Corte, un modelo que respete las mayoría y minorías dentro de esa Corte. Si vamos hacia un modelo de mayoría automática, va a ser un modelo de conflicto. Hay que buscar un modelo de consenso, que el que gobierna tenga el gobierno de la Corte como corresponde y que la mayoría de la Corte acompañe ese modelo y sea reconocida como . Ese es un modelo que no hemos alcanzado, pero que confío en lo que lo alcancemos.

- ¿El gobierno va hacia un modelo de mayoría automática, cree Usted?
- No lo sé, todavía no nos hemos podido sentar a diagramar qué modelo de Corte queremos . Mayoría automática es una palabra nefasta para una Corte. Entonces estoy seguro que nadie quiere eso.



 

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