9 de julio

Lo que dice nuestra Declaración de la independencia

Este 9 de julio se cumplen 204 años de la Declaración de la Independencia argentina, un acto que en 1816 representó el culmen de una serie de acciones llevadas adelante por un nutrido grupo de patriotas encaminados a conseguir la anhelada emancipación de la Corona española.

MDZ Política
MDZ Política jueves, 9 de julio de 2020 · 07:00 hs
Lo que dice nuestra Declaración de la independencia
Foto: Archivo

Este 9 de julio se cumplen 204 años de la Declaración de la Independencia argentina, un acto que en 1816 representó el culmen de una serie de acciones llevadas adelante por un nutrido grupo de patriotas encaminados a conseguir la anhelada emancipación de la Corona española, en una época signada por los ideales de la Ilustración posrevolucionaria que se expandían con rapidez por el continente y comenzaban a configurar lo que serían las corrientes de pensamiento político latinoamericanas de las décadas subsiguientes.

Para 1816, España se había liberado de los franceses y Fernando VII había vuelto al trono, por lo que se predisponía a recuperar los territorios americanos que estaban en manos de los revolucionarios que desde 1810, cuando la metrópoli europea caía bajo las tropas napoleónicas, luchaban con mayor o menor éxito por la independencia de las antiguas colonias. Así, el ejército realista avanzaba victoriosamente por toda la región, subyugando a buena parte de los movimientos independentistas. En aquel escenario, las Provincias Unidas del Río de la Plata se reunieron en un congreso para decidir qué hacer ante esta crítica situación.

Sin embargo, el panorama en los futuros territorios argentinos tampoco era idílico. Algunas provincias como Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y Misiones, junto con la Banda Oriental (hoy Uruguay), tenían serias diferencias con el resto de las jurisdicciones del otrora virreinato, impulsadas especialmente por la enemistad del caudillo oriental José Gervasio Artigas con el Directorio comandado desde Buenos Aires. La frontera norte, por otra parte, era contenida por las tropas del salteño Martín Miguel de Güemes para evitar los asaltos del ejército realista que ya había ocupado buena parte del Alto Perú (la Bolivia actual), y en tanto, José de San Martín afinaba los preparativos de la expedición libertadora a Chile y Perú que iniciaría solo seis meses después.

En ese marco, más de una treintena de representantes de todas las provincias fueron convocados a principios de 1816 a participar del Congreso General Constituyente que daría vida a la Declaración de la Independencia y el respecto acta en que se dejó constancia de la plataforma institucional que se intentaba construir para el futuro del nuevo país.

Por ende, MDZ repasa las principales frases contenidas en el Acta de la Independencia y su relación con el contexto de la época.

"[...] el Congreso de la Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto, y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman":  El Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica había decidido sesionar en San Miguel de Tucumán para limar las asperezas entre Buenos Aires y las provincias cuyas relaciones estaban deterioradas. Sin embargo, las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Santa Fe y la Banda Oriental, agrupadas en la Liga de los Pueblos Libres o Liga Federal, bajo protección de Artigas, resolvieron no concurrir a Tucumán como consecuencia de la oposición del caudillo oriental a la firma del acuerdo de paz definitivo alcanzado en el Pacto de Santo Tomé.

El 24 de marzo de 1816 fue finalmente inaugurado el Congreso en Tucumán. El porteño Pedro Medrano fue su presidente provisional y los diputados presentes juraron defender la religión católica y la integridad territorial de las Provincias Unidas.

"Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España": En el marco de las filosofías del iluminismo, muchas de ellas inspiradoras de diversos movimientos independentistas, la “emancipación” era concebida como la instancia en que un sujeto adquiere la “mayoría de edad”, pero ya no sólo en el ámbito de lo “doméstico” o en el mundo privado, sino en la vida social, política e histórica. La independencia, concebida como “emancipación”, aparece así como el deseo social de vivir sin tutela. Si en 1816 los congresales reclamaban al mundo el reconocimiento de un nuevo “sujeto político”, en la actualidad distintos grupos sociales -desde los movimientos feministas a los inmigrantes, de los jóvenes a los pueblos originarios- en el acto mismo de peticionar por sus derechos, exigen ser reconocidos como “sujetos”.

"A su término fueron preguntados si querían que las provincias de la Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli. Aclamaron primero, llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime voto por la independencia del país":  El día 9 de Julio de 1816, tras un trabajo de nueve horas de debate el presidente de aquel momento, Narciso Francisco Laprida realiza la memorable pregunta: "Queréis que las provincias de la Unión sean una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli". Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el 'Acta de la Emancipación'.

"[...] es voluntad unánime e indudable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli": Es la parte clave del documento, ya que aquí se resume el resultado del Congreso y la independencia frente a la Monarquía española. El 19 de julio, a instancias de Medrano, el acta de declaración de la independencia sufrió una modificación al elaborarse el acta de juramento y agregársele que la independencia se declaraba también frente a toda otra dominación extranjera; ello fue con la intención de bloquear algunas opciones que se contemplaban en aquel momento por las que se pasaría a depender de alguna otra potencia distinta de España. De este modo, desde el proceso político iniciado en 1810 con la Revolución de Mayo, se asumió por primera vez una manifiesta voluntad de emancipación.

"Todas y cada una de ellas (las provincias) así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama": Según la historiadora e investigadora del Conicet, Marcela Ternavasio, el acta del 9 de julio "no declaró la independencia de la Argentina, sino de la de un conjunto de provincias que podía variar su composición y su número en el futuro. El concepto de nación que invocaba la declaración de 1816  se inscribió en el uso de la época, que remitía a una comunidad política regida por las mismas leyes. Las naciones podían por lo tanto conformarse según los pactos que contrajeran diversos cuerpos territoriales, y estos se consideraban libres de consentir dichas uniones o de no hacerlo. La nación de esta época no venía definida por el principio de nacionalidad –introducido más tarde por el romanticismo–, según el cual una comunidad caracterizada por ciertos rasgos étnicos podía reclamar sobre la base de ellos el derecho a ser un Estado independiente".

El Acta de Declaración de la Independencia, completa

En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos diez y seis, terminada la sesión ordinaria, el Congreso de la Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto, y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España. Los representantes, sin embargo, consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, la de los pueblos representados y la de toda la posteridad. A su término fueron preguntados si querían que las provincias de la Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli. Aclamaron primero, llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime voto por la independencia del país, fijando en su virtud la determinación siguiente:

“Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia, que regla nuestros votos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a la naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.”

”Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios. – Francisco Narciso de Laprida, presidente. –Mariano Boedo, vice-presidente, diputado por Salta. –Dr. Antonio Sáenz, diputado por Buenos Aires. – Dr. José Darregueyra, diputado por Buenos Aires. – Dr. Fray Cayetano José Rodríguez, diputado por Buenos Aires. – Dr. Pedro Medrano, diputado por Buenos Aires. – Dr. Manuel Antonio Acevedo, diputado por Catamarca. – Dr. José Ignacio de Gorriti, diputado por Salta. – Dr. José Andrés Pacheco Melo, diputado por Chichas. – Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, diputado por la ciudad y territorio de Jujuy. – Eduardo Pérez Bulnes, diputado por Córdoba. – Tomás Godoy Cruz, diputado por Mendoza. – Dr. Pedro Miguel Aráoz, diputado por la capital del Tucumán. – Dr. Esteban Agustín Gazcón, diputado por Buenos Aires. – Pedro Francisco de Uriarte, diputado por Santiago del Estero. – Pedro León Gallo, diputado por Santiago del Estero. – Pedro Ignacio Ribera, diputado de Mizque. – Dr. Mariano Sánchez de Loria, diputado por Charcas. – Dr. José Severo Malabia, diputado por Charcas. – Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, diputado por La Rioja. – L. Jerónimo Salguero de Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. José Colombres, diputado por Catamarca. – Dr. José Ignacio Thames, diputado por Tucumán. – Fr. Justo Sta. María de Oro, diputado por San Juan. – José Antonio Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. Juan Agustín Maza, diputado por Mendoza. – Tomás Manuel de Anchorena, diputado de Buenos Aires. – José Mariano Serrano, diputado por Charcas, Secretario. – Juan José Paso, diputado por Buenos Aires, Secretario”.

Archivado en