La obra del siglo

Made in China: quién lidera el grupo que puede quedarse con Portezuelo del Viento

Mañana se abren los sobres de la licitación de Portezuelo del Viento y hasta ahora hay un solo grupo interesado. El consorcio es encabezado por una empresa china, seguido por tres firmas mendocinas. Las dudas que generó le reacción de la Nación en contra de la obra.

Pablo Icardi
Pablo Icardi jueves, 2 de julio de 2020 · 11:04 hs
Made in China: quién lidera el grupo que puede quedarse con Portezuelo del Viento
Foto: Gobierno de Mendoza

Se vence el plazo para abrir los sobres y conocer cuál es el interés real por la obra Portezuelo del Viento y en el Gobierno hay nervios. La obra más cara de la historia de Mendoza, y que se ha convertido en una "bandera" de la pelea contra la Nación, será Made in China: la única oferta confirmada hasta ahora es la que encabezará la empresa Sinohydro, un gigante chino que será la cabeza del consorcio donde estará IMPSA y otras dos empresas mendocinas como subsidiarias: CEOSA y Obras Andinas. 

La empresa que pica en punta para hacer Portezuelo ya ha participado de otras licitaciones en la zona, como la represa El Tambolar, en San Juan. El gobernador Rodolfo Suarez estuvo con directivos de esa firma antes de asumir en el cargo, cuando fue parte de una comitiva oficial que visitó el país asiático. 

Detrás del gigante chino se espera que estén todas las empresas locales. Es decir, que el fin original de la construcción de Portezuelo del Viento (que era generar dinamismo en la economía para resarcir los perjuicios que ocasionó la promoción industrial) dependerá de los contratos que se firmen detrás de un consorcio. 

La apertura de sobres está programada para mañana a la mañana y será el punto final de la primera etapa de un proceso complejo. El Gobierno fue intransigente al pedido de algunas empresas mendocinas de escalonar la apertura de sobres y permitir completar las exigencias del pliego según el cronograma. Por eso por ahora hay un solo consorcio que puja por la obra. Incluso las empresas que lo forman terminan de reunir la documentación necesaria, pues están en una situación económica complicada (IMPSA, por ejemplo, es una empresa que está en venta y en proceso de reestructuración).

La licitación fue compleja y hubo cuestionamientos en el proceso porque las condiciones impuestas excluían a muchas empresas argentinas de la posibilidad de participar. Al principio, por ejemplo, se exigía que la empresa líder del consorcio tenga como antecedente haber construido tres represas similares en los últimos 15 años, requisito que solo cumplían empresas chinas. Luego se reinterpretó esa cláusula para hacerlo más amplio. Allí reapareció el interés de algunas empresas argentinas, como Techint, pero al parecer no alcanzó para que participaran de la competencia por la obra. 

Distorsiones

A los problemas propios se le sumó el ruido político que generó el freno que le intentan poner la Nación y las provincias del COIRCO. El cuestionamiento al estudio de impacto ambiental regional, decisión avalada por el COIRCO, generó dudas en el exterior a la hora de prestar las garantías necesarias. 

La puja generó una reacción interna a nivel político que no ocurre en otros planos. Como adelantó MDZ, Anabel Fernández Sagasti y Julio Cobos hicieron lobby juntos para generar un vínculo con la Nación. Claro que el resultado en el COIRCO no fue positivo. El gobernador Rodolfo Suarez reunió a los intendentes el martes para hablar del tema. Allí estuvo el senador Cobos y en ese momento hubo comunicación con el presidente Alberto Fernández. Hay un proceso de mediación política en curso, donde Cobos, Fernández Sagasti y Suarez funcionan con sinergia, aunque sin garantías. La reunión terminó con algo inesperado y fuera de foco: en ese momento los intendentes se enteraron que serían testigos de la jura de la intempestiva jura de María Teresa Day como ministra de la Corte. 

Portezuelo del Viento tiene un presupuesto oficial que ronda los 600 millones de dólares. Mendoza tendrá disponibles para la ejecución 1023 millones de dólares, siempre y cuando la Nación cumpla con los pagos. El problema es la falta de competencia para conocer el precio real de la obra. Es decir el costo, y no el precio que le ponga el único oferente. 

La represa será de hormigón compactado a rodillo, con una altura de 185 metros. El embalse tendrá 2 mil hectómetros cúbicos de agua, es decir casi 4 veces más que el dique Potrerillos. En realidad se trata de "muchas obras" en función de una represa para regular el río Grande. Además del paredón y la central hidroeléctrica, se debe construir un pueblo nuevo, tres rutas, una línea de alta tensión y una larga lista de obras complementarias. Por eso la posibilidad de diversificar los trabajos. La clave está en cómo se conforma el consorcio y si las empresas mendocinas que puedan sumarse son parte de la UTE, si se asocian o si son subcontratadas luego. 

La obra fue elegida por Mendoza como forma de resarcimiento por los perjuicios que generó la promoción industrial ejecutada en provincias vecinas. La Provincia demandó a la Nación y antes de que se emitiera un fallo favorable para que Mendoza sea indemnizada, se hizo un acuerdo extrajudicial para que en vez de dinero, la Nación pagara una obra. Portezuelo del Viento fue el trabajo elegido. El acuerdo lo firmaron Néstor Kirchner y Julio Cobos en 2007. Pero recién en la gestión anterior Alfredo Cornejo y Mauricio Macri hicieron ejecutivo el convenio para que se pagaran 1.023 millones de dólares a Mendoza para hacer Portezuelo del Viento u otras obras hídricas. Hasta ahora se pagaron tres cuotas de ese plan y a mediados de este mes debe hacerse efectivo el cuarto desembolso. En el medio, el presidente Alberto Fernández debe decidir en el marco del COIRCO si le da la razón a Mendoza o a las otras cuatro provincias para que se vuelva a hacer el estudio de impacto ambiental regional, tema que puede demorar más el inicio de la "obra del siglo". 

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