Opinión

Cristina husmea el carrito del supermercado para hacer campaña

La ex presidenta refina su discurso para simplificarlo: esquiva temas estructurales y juega con la memoria emotiva del consumo. 

sábado, 27 de julio de 2019 · 21:03 hs

Cristina Fernández de Kirchner tiene una estrategia de campaña muy refinada. Tan exquisitamente pensada que es simple: se mete dentro de la heladera de los argentinos, husmea en el carrito del supermercado; da golpes bajo con una de las claves del “ser argentino”: los bienes aspiracionales.

La manteca Sancor, las zapatillas de marca que son "copiadas", y hasta la ilusión de comprar dólares. Sencillo, pero efectivo para la construcción discursiva que busca cementar como candidata y como ex presidenta.

Ya había logrado instalar el tema en otra “presentación” de su libro. Que toda Argentina hable de las marcas “pindonga y cuchuflito”. Ahora le sumó un agregado de su hijo Máximo: “La cadorna”. Pero en el mismo plan, Cristina le puso marcas a su discurso. Y habló de la imposibilidad de comprar manteca Sancor.

No es casual. En la lista de lácteos la manteca se usa como antonomasia de abundancia. “No tirés manteca al techo”, reza la frase popular que busca ilustrar el derroche. Sancor es, también, una marca emblema para el país que entró en crisis. Ella lo usó como sinónimo de calidad relatando incomprobables anécdotas con su abuela para decir que ahora los argentinos no pueden comprar manteca Sancor.

Llevó a tal extremo su discurso, que por primera vez en la campaña habló de Venezuela. No para analizar cuestiones geopolíticas, ni criticar el Gobierno de ese país o el intento de intervención de otros países. No, mencionó a Venezuela para hacer una comparación peyorativa: aseguró que las carencias alimentarias de Argentina son iguales a las que se viven en el país gobernado por Nicolás Maduro.

Cristina simplifica inteligentemente su discurso apelando a la memoria emotiva; a la reacciones epidérmicas que generan los recuerdos del consumo masivo. No le hace falta teorizar sobre economía y política. Cristina apuesta a la campaña góndola.