La Junta Electoral se reúne ahora para resolver el conflicto entre el PJ y la UCR por las "boletas truchas"
El organismo compuesto por el juez Bento, el presidente de la Cámara Federal y el titular de la Corte provincial definirá desde el mediodía si son válidas o no las boletas de Cristina que no cumplen con todas las características de los papeles oficiales. El PJ insiste en que sólo conviene usar las que estarán en el cuarto oscuro.
La Junta Electoral Nacional se reunirá desde el mediodía para resolver el conflicto planteado por el Partido Justicialista respecto de las boletas supuestamente truchas de candidatos.
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Fue el presidente del PJ, Rubén Miranda, quien ayer denunció públicamente la existencia de boletas apócrifas de Cristina y responsabilizó al radicalismo por el reparto de los papeles.
Pero, a la vez, el oficialismo provincial elevó una denuncia formal a la Junta que este organismo tripartito tratará de resolver a partir de las 12.30, según informó uno de sus miembros, el juez federal con competencia electoral Walter Bento. Los otros miembros son el presidente de la Corte provincial, Alejandro Pérez Hualde, y el el presidente de la Cámara Federal, Alfredo López Cuitiño.
Los peronistas pidieron en su planteo que la Junta informe a la ciudadanía que serán válidos el domingo sólo los votos emitidos con boletas oficializadas o, en su defecto, los que el organismo expresamente autorice.
Según explicó la presidenta provisional del Senado, Miriam Gallardo, los peronistas hicieron la denuncia para evitar "conflictos entre presidentes de mesa y fiscales el domingo". Asimismo, consideran que ese día existirá el riesgo de que queden anulados los votos emitidos con las boletas que no cumplen estrictamente con las características de los papeles oficiales.
Lógicamente, el planteo judicial encubre otro de tipo político: el peronismo quiere embarrar el camino para el corte de boletas, eje de la estrategia electoral de la UCR, y tiene la certeza de que sus militantes están repartiendo boletas cortadas con Cristina para la categoría presidencial y Roberto Iglesias para la gobernación.
El punto de conflicto es que el PJ ha detectado algunas boletas de Cristina aparentemente impresas por el propio radicalismo y que no revisten las características de las oficiales. Por ello, Gallardo insistió hoy en que los votantes deben utilizar las boletas que están en el cuarto oscuro y cortar en todo caso esos papeles, indudablemente legales, y no los que previamente puedan haber recibido en la calle o en sus casas con el corte ya realizado.
En todo caso, las diferencias entre la oficial y la no oficial es mínima: Gallardo reconoció que lo más "grave" es que en la segunda no aparece, en el tercio superior, una línea blanca que separa la agrupación política de los candidatos. También hay una pequeña diferencia de tamaños entre una y otra.
En medio de este tironeo, la Junta deberá decidir si privilegia una cuestión reglamentaria sobre las boletas o "la voluntad del elector", un principio importante que las boletas truchas no parecieran vulnerar.
El justicialismo, que está en guardia ante cualquier maniobra radical, sostiene de todos modos que la Junta debe emitir "una resolución clara, si no, se va a complicar el escrutinio".
Lógicamente, el planteo judicial encubre otro de tipo político: el peronismo quiere embarrar el camino para el corte de boletas, eje de la estrategia electoral de la UCR, y tiene la certeza de que sus militantes están repartiendo boletas cortadas con Cristina para la categoría presidencial y Roberto Iglesias para la gobernación.
El punto de conflicto es que el PJ ha detectado algunas boletas de Cristina aparentemente impresas por el propio radicalismo y que no revisten las características de las oficiales. Por ello, Gallardo insistió hoy en que los votantes deben utilizar las boletas que están en el cuarto oscuro y cortar en todo caso esos papeles, indudablemente legales, y no los que previamente puedan haber recibido en la calle o en sus casas con el corte ya realizado.
En todo caso, las diferencias entre la oficial y la no oficial es mínima: Gallardo reconoció que lo más "grave" es que en la segunda no aparece, en el tercio superior, una línea blanca que separa la agrupación política de los candidatos. También hay una pequeña diferencia de tamaños entre una y otra.
En medio de este tironeo, la Junta deberá decidir si privilegia una cuestión reglamentaria sobre las boletas o "la voluntad del elector", un principio importante que las boletas truchas no parecieran vulnerar.
El justicialismo, que está en guardia ante cualquier maniobra radical, sostiene de todos modos que la Junta debe emitir "una resolución clara, si no, se va a complicar el escrutinio".

