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Cobos firmó una bandera, recibió un jamón y revivió la "cletomanía"

Si bien durante casi toda la jornada en la cuadra de la casa del vicepresidente reinó la tranquilidad, hubo algunas acciones que le dieron color a la tarde de espera de la prensa. Quien en su arribo a Mendoza le arrojara una bandera, ingresó a la casa de Cobos y recobró la bandera, ahora, autografiada. Más tarde recibió a dos oriundos de San Martín, que le traían un jamón.
Cobos recibe a la prensa luego de su retiro a la montaña mendocina. Foto: Gerardo Gómez / MDZ
Cobos recibe a la prensa luego de su retiro a la montaña mendocina. Foto: Gerardo Gómez / MDZ

Desde la mañana de hoy viernes y hasta pasadas las 18.17, la calle Alpatacal al 800 estuvo vigilada tanto por la prensa que ansiaba una nota con el vicepresidente Julio Cobos como por los efectivos de la Policía Federal y los guardaespaldas que todo momento se mantuvieron a metros de la puerta de entrada de la casa del funcionario.

Si bien la tranquilidad reinó en la cuadra de la vivienda de Mendoza del vicepresidente durante casi toda la jornada, algunas manifestaciones de los simpatizantes “del Cleto” despertaron la “cletomanía” que se había aplacado durante los días que duró el descanso que se tomó en la montaña.



Antes de las 16 comenzaron los movimientos en la puerta de la casa del vicepresidente. Fue cuando arribó hasta el hogar de Cobos la hermana de su esposa Cristina, acompañada por su pareja.
Cerca de las 16.33, su hija Eugenia, llegó hasta la casa donde había estado todo el día el ex gobernador de Mendoza. Con una sonrisa Eugenia recibió los requerimientos de la prensa, solamente confesando que durante las vacaciones “descansamos muy bien”.

A las 16.48, montado en un cuatriciclo, arribó al lugar Mario Bassi, el hombre que en la noche que llegó Cobos a su hogar -desde Buenos Aires por vía terrestre-, le arrojó desde la muchedumbre la bandera que había quedado colgada en el balcón y que luego recogió el vicepresidente.

Ante la sorpresa de los periodistas, Bassi ingresó a la casa de Cobos y luego de unos breves minutos salió con la bandera, que ahora estaba autografiada con la firma del mismo “Cleto”.

Mario batió sus brazos con la bandera en alto. La besó, atendió a la prensa y luego volvió a montarse en su cuatriciclo, aunque esta vez, con la bandera alrededor de su cuello.

Pasadas las 17, frente a la casa de la familia Cobos arribó su hijo Agustín.

Llegó a bordo de un Corsa verde musgo acompañado por un amigo.

Ambos, mirando de reojo a la prensa que estaba apostada descendieron del automóvil y raudamente ingresaron al hogar donde se reencontraron con el vicepresidente.

A esa altura de la tarde ya los periodistas rogaban por una breve nota con Julio Cobos y hasta pergeñaban alguna estrategia para que los atendiera.

Antes de las 18, a la cuadra de la casa del vicepresidente, arribó un humilde Ford Taunus color bordó que llegada desde la región del este mendocino. Venía de San Martín con dos hombres, uno de apellido Cobos y el otro de apellido Pérez. Fue cuando Pérez confirmó que su acompañante no era pariente de Cobos.

Ya en medio de la calle, Pérez contactó por teléfono a Horacio Cléricci, asesor de Cobos, para que mediara en la entrega del jamón que traían desde el departamento del este. “Estaba durmiendo la siesta. Me dijo que golpee o que hable con la seguridad”, reveló Pérez luego de hablar con Cléricci.

Dicho esto, la prensa se encolumnó tras a Pérez y a las 18.12 se abrió la puerta de Cobos con la novedad de que finalmente se asomó el vicepresidente. En cuestión de segundos el vicepresidente quedó rodeado por los periodistas y la guardia de seguridad que en todo momento cuidó al funcionario.

Cobos recibió el jamón y acto seguido se dedicó a atender a la prensa por menos de dos minutos.

El vicepresidente no reveló si estuvo alojado en Uspallata: “Estuvimos en la montaña”, dijo con cierta ironía Cobos.

Cobos y su esposa subieron a su auto y se despidieron. Tras de ellos arrancó la guardia del Corolla gris acerado.

A las 18.14 salió su hija Eugenia, cargando una mochila junto a su novio con quien se alejó de su hogar caminando.