Los antecedentes del presunto abusador de Las Cañitas y por qué estaba libre desde hacía un par de semanas
Paulo Díaz está detenido por el abuso sexual a la empleada de una panadería en Las Cañitas, Palermo. Cuenta con varios antecedentes, incluida otra agresión sexual, y fue liberado a mediados de octubre.
Paulo Antonio Díaz, detenido este miércoles como el supuesto autor del abuso sexual que el domingo pasado sufrió una empleada en una panadería de la zona porteña de Las Cañitas, en Palermo, cuenta entre sus antecedentes con una condena por haber agredido sexualmente en 2019 de una adolescente de 15 años, a diez cuadras de donde en 2003 asesinaron en Núñez a Lucila Yaconis durante otro ataque de la misma índole.
El dato se desprende de la sentencia -a la que accedió la agencia Télam-, que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de la Capital Federal le impuso a Díaz (35) el 20 de diciembre de 2020 como autor de un "abuso sexual agravado por el uso de armas", ya que abordó a la chica con un cuchillo Tramontina.
Si bien el fiscal de ese juicio, Oscar Ciruzzi, había pedido una pena de tres años y medio de prisión por este hecho, el juez Alejandro Noceti Achával condenó al acusado a dos años y seis meses de cárcel y el hombre terminó con una pena unificada de seis años porque tenía condenas previas en otras causas.
Aquel hecho ocurrió el lunes 8 de abril de 2019, cerca de las 13, en la calle Iberá entre 3 de Febrero y Grecia, en el barrio de Núñez, a metros de un paso bajo nivel de las vías del ferrocarril Mitre.
Se trata de un sitio ubicado a tan solo diez cuadras del cruce peatonal de la calle Paroissien y las vías del mismo tren, donde el 21 de abril de 2003 un hombre nunca identificado -pese a que se obtuvo su ADN-, asesinó sofocando a la adolescente de 16 años Lucila Yaconis durante un abuso, en uno de los crímenes impunes más resonantes de los últimos 20 años.
Volviendo al antecedente de Díaz, una chica de 15 años caminaba por Iberá rumbo a la avenida Cabildo, cuando fue abordada por este sujeto, quien le preguntó si tenía "una moneda". Cuando la chica le respondió que no, "se le abalanzó arrinconándola contra la pared, extrajo un cuchillo que ocultaba en uno de los puños del buzo que vestía y se lo exhibió a modo de intimación", según detalla el fallo.
"Por el miedo que esta situación le generó, la víctima se quedó inmovilizada, circunstancia que fue aprovechada por el agresor para cruzarle uno de sus brazos por la espalda y sujetarla con fuerza de sus glúteos por sobre la ropa, al tiempo que le tiró el cuerpo encima como apoyándose en ella", señalaron al describir el hecho.
La adolescente logró zafar y salió corriendo hacia la avenida Cabildo, donde a los pocos metros fue asistida por una mujer que le compró una botella de agua y la acompañó hasta su colegio, ubicado en la intersección de la mencionada avenida e Iberá, donde se reunió con su mamá y juntas fueron a la Comisaría 13-B de la Policía de la Ciudad a radicar la denuncia.
En esa seccional estaba ya detenido el sospechoso, porque 50 minutos después del abuso sexual a la menor, había asaltado en el mismo cruce de Iberá y Grecia a otra adolescente de 14 años, a quien le sacó su celular amenazándola también con un arma blanca.
Un policía había logrado apresarlo y le secuestró entre sus ropas el cuchillo serrucho de 12 centímetros de largo y con el mango de plástico negro, y en una de sus manos el celular Huawei P8 Light, con una carcasa protectora plástica negra y rosa que le había robado a la joven.
Las coincidencias físicas -petizo, de tez trigueña, contextura robusta, ojos marrones, de unos treinta y pico años-, de las ropas -buzo azul, un pantalón gris y con una mochila negra-, y del elemento empleado hicieron que el acusado quedara detenido por ambas hechos. .
En la sentencia por este abuso en Núñez, el juez Noceti Achával mencionó "el grado de marginalidad en que se encontraba el imputado" al señalar que "puede apreciarse que Díaz es una persona joven, con estudios primarios incompletos, que desde que abandonó la escuela vivió en situación de calle y que se inició en el consumo de estupefacientes a los once años".
Por este caso, le impuso un castigo de dos años y medio de cárcel, pero a la hora de evaluar el monto de la pena única, tuvo en cuenta que ya había sido condenado el 19 de junio de 2019 por sus colegas del TOC 28 a tres años de prisión por el robo del teléfono a la adolescente y a una pena única de cuatro años y ocho meses de prisión por sus antecedentes.
Por eso, lo volvió a declarar reincidente y le unificó todas sus causas en seis años de prisión.
Al hacer el cómputo, el TOC 7 dejó asentado en el fallo que Díaz estaba preso en la cárcel de Marcos Paz desde el día del hecho -8 de abril de 2019-, pero que a lo largo de las cinco investigaciones previas que tenía en Capital Federal y San Isidro desde 2016 y 2020, llevaba detenido "cuatro años, un mes y ocho días", por lo que para terminar de cumplir los seis años que le impusieron, le restaba "un año, diez meses y veintidós días" y dispuso que la pena única vencía "el 21 de noviembre de 2022".
Este mismo año tuvo otra imputación por tentativa de robo que lo mantuvo bajo arresto tres meses hasta que recuperó la libertad el 14 de octubre pasado.
Su última acusación
Díaz fue atrapado ayer por detectives de la División Delitos contra la Integridad Sexual de la Policía de la Ciudad en la localidad bonaerense de Maquinista Savio, partido de Escobar, como acusado de haber sido el autor del asalto y el abuso sexual que el domingo pasado por la mañana sufrió una empleada de 20 años de una panadería ubicada en la calle Soldado de la Independencia al 700 de Las Cañitas, en el barrio de Palermo.
Más allá de que había quedado filmado por las cámaras de seguridad del local, la clave de la investigación por la que se logró identificarlo, fueron las huellas dactilares que el sospechoso dejó en un envase tipo tetrabrik de litro de jugo Cepita del Valle, sabor naranja, y que los peritos de Policía Científica recuperaron para cotejarlas con distintas bases de datos.
Díaz quedó detenido a disposición del juez en lo Criminal y Correccional 5, Manuel de Campos, que podría indagarlo en las próximas horas junto al fiscal 42 del mismo fuero, Carlos Velarde, quien dirigió la investigación.
El hecho ocurrió pasadas las 7.30 en el café y panadería "Craft Vegan Bakery", ubicado en Soldado de la Independencia 772, entre Matienzo y Jorge Newbery.
La joven trabajadora había dejado aún la cortina baja, pero la puerta de esa persiana estaba abierta, ya que esperaba la llegada del proveedor que todas las mañanas le entrega el pan y el resto de los productos.
Aprovechando que esa puerta estaba sin traba, el delincuente entró al local para concretar primero el robo del dinero de la caja y luego el ataque sexual.