Un mensaje y una supuesta internación: el perfil del femicida de Maipú
El femicidio de Sonia Garberoglio (51) a botellazos conmocionó a la provincia. Sin embargo, el entorno familiar y vecinal dio detalles sobre la relación que la pareja mantenía. Incluso, narraron cuál fue la reacción del padre de la víctima al contarle sobre el crimen.
Maipú sigue conmocionada tras el brutal femicidio de Sonia Garberoglio (51), asesinada a botellazos por su pareja y padre de sus dos hijos, Juan Carlos Romero (51). Pese a que, durante las últimas horas, uno de los hijos de la pareja publicó un mensaje en las redes sociales en el que remarcaba que ambos "se amaban", la relación no era sana. De hecho, vecinos relataron violentas situaciones de golpes e, incluso, una desaparición e internación reciente por problemas psiquiátricos.
El lunes por la noche, la situación terminó de la peor manera: tras una discusión, Juan Carlos Romero tomó una botella de vidrio y atacó a su esposa Sonia Garberogio. Luego, el femicida llamó a su hija y le confesó que "había peleado con la madre y se habían golpeado".
Los gritos desesperados de la hija generaron que varios vecinos salieran a la calle y comenzaran a llamar a la Policía, mientras les solicitaban la presencia de ambulancias. A su vez, algunos contenían a la joven que estaba totalmente conmocionada, mientras que otros dos vecinos decidieron ingresar al domicilio para ver en qué podían ayudar.
"Agarré un cuchillo de cocina porque lo conozco (refiriéndose a Romero) y entré con otro vecino de acá. Llegamos a la cocina y lo vimos arrodillado al lado de ella. Estaba bañado en sangre de ella, el pelo de él era rojo y el cuerpo también. Estaba serio", confió el vecino en diálogo con MDZ.
"Me da tristeza porque era una excelente vecina, lo que hizo no tiene perdón. La había lastimado por todos lados. No se si fue solamente con una botella, pero si lo fue, era impresionante".
Un mensaje
Tras el femicidio, uno de los hijos de la pareja decidió escribir un mensaje en sus redes sociales en el que explicó que "sus padres se amaban". Sin embargo, la declaración de los vecinos e incluso una denuncia judicial remarcaron que "existía violencia".
Personal de Análisis informó que Juan Carlos Romero tenía antecedentes de violencia de género que datan del 27 de noviembre de 2017, bajo el expediente 158088/17. La denuncia había sido realizada por la madre del ahora presunto femicida, quien observó que su propio hijo le propinó golpes a su nuera y decidió denunciar. Pero todo quedó en la nada porque Sonia decidió dejar de lado la acción penal.
De la misma manera, vecinos destacaron que la mujer era golpeada por Romero y, esta situación, era conocida por todos. "Una vez yo lo vi cuando estaba lavando la vereda y justo la mujer salió desde el portón de la casa. El tipo le amagó a pegar una trompada con el secador de piso. Otro vecino que vive al lado ha visto y escuchado los cachetazos que le daba", detallaron en diálogo con este diario.
Aunque el femicidio, para la gente de la calle Alem, era la crónica de una muerte anunciada, puntualizaron que los vecinos "no se metían" en la situación porque "varias veces lo hicieron y la mujer después negaba lo que había pasado". Además, después tenían problemas graves con el agresor.
Celos, problemas vecinales y ¿una internación?
Carina, la mamá de una compañera escolar del hijo de Sonia, explicó -conmocionada hasta las lágrimas- que se encontró varias veces con la mujer y que "era un sol". "Nunca hablaba de los problemas en su casa, siempre estaba alegre, se mostraba sonriente ante todos", aseguró. Sin embargo, todos conocían las reacciones de Juan Carlos Romero, quien "vivía celándola".
"Ella trabajaba y tuvo problemas una vez porque el tipo (hablando de Romero) fue a pelear con los compañeros de ella por celos. Eran tantos los celos y la obsesión de él que la mujer casi ni nos saludaba por miedo, aunque era divina como persona", dijo un vecino cercano a este diario.
Y agregó: "Sabemos que Sonia iba a visitar a sus padres cuando el loco este no estaba en la casa, porque él no quería que los viera. Incluso, cuando le fui a avisar a los padres que el tipo había matado a Sonia, su padre estaba sentado en un sillón y dijo: 'Sabía que iba a pasar esto'".
En diálogo con MDZ, los vecinos de la calle Alem de Maipú explicaron que la violencia de Romero no era solamente con su esposa, sino con todos. El hombre tuvo problemas con una mujer por tres perros, incendiaba la basura que sacaban los vecinos porque "le molestaba" y hasta llegó a prender fuego una casa de perro que había construido otro vecino para los animales de la calle.
"Lo vimos todos quemando la casa de pallets que era de los perros. Después vino a decir que 'quién podía ser tan malo para quemar la casa', como si no supiéramos que era él. En otra oportunidad, se agarró a piñas con otros vecinos frente a una plazoleta", puntualizaron.
En ese contexto, afirmaron que "intentaban no meterse con él" porque le tenían miedo. A su vez, y según su relato, una vez le hicieron un allanamiento porque tenía armas dentro de su casa.
Finalmente, agregaron que durante las últimas semanas tanto Sonia como Juan Carlos no salían de la casa y "se los veía muy poco" porque luego de una desaparición repentina del sujeto se enteraron que había sido internado en un hospital psiquiátrico.