Creyeron que eran petardos pero les estaban baleando la casa

Durante los últimos años, la pirotecnia ha sido severamente cuestionada por los efectos nocivos que tiene sobre las personas y animales. Sin embargo, otra de las consecuencias es la confusión que se genera por el parecido al sonido de explosiones o disparos. Vecinos de la calle Héctor Cámpora, de la ciudad de Centenario en Neuquén, escucharon algunas detonaciones, pero creyeron que se trataba de petardos. Rápidamente se dieron cuenta que no era así: les estaban baleando la casa.

El hecho ocurrió después de las 6 de la mañana del día sábado, en el inicio de la Navidad. La Policía acudió al lugar, luego de que los vecinos explicaran que había un hombre disparando. Sergio Ranguiman, comisario de la Policía, confirmó la situación e indicó que, cuando los efectivos policiales se acercaron al lugar, el hombre que estaba baleando la casa se dio vuelta y les apuntó.

"Se trataba de un hombre de 43 años, que tenía en su poder un pistolón de dos caños, con dos cartuchos", explicó el comisario.

Luego de la amenaza, efectivos policiales comenzaron a disparar con cartuchería antitumulto para convencer al hombre de finalizar su actitud. De esta manera, lograron reducirlo y aprehenderlo. Por su parte, el arma fue secuestrada por la Policía.

Piedrazos y armas

Aunque parecía que el hecho había finalizado, no fue así. Cuando los efectivos buscaban más información en la casa baleada, "un grupo de personas que no se sabe si son amigos o familiares, arremetieron con piedras contra los efectivos y los móviles". En este contexto, para evitar que el conflicto creciera, la Policía se retiró del lugar junto al hombre demorado.

En el caso tomó intervención a la Fiscalía de Delitos Flagrantes, a cargo de la asistente Inés Novoa, para que resuelva la situación del hombre que quedó demorado en la sede policial del Casco Viejo.

Cerca de las 9 del día sábado, la Policía de Centenario tuvo que intervenir nuevamente a raíz de un alerta emitido por vecinos que daban cuenta de un grupo de jóvenes que se encontraban en calle Leopoldo Lugones, amedrentando a los vecinos.

"Cuando observan la llegada de los efectivos, uno de los jóvenes descartó un elemento que luego se comprobaría que era un arma de fuego. Se trataba de un revólver calibre 22 largo", contó Ranguiman.

El arma de fuego fue secuestrada, pero no hubo demorados porque los jóvenes eran, en su totalidad, menores de edad. Por este motivo, se dio intervención a la Unidad Fiscal de Delitos Juveniles y se determinó que fueran entregados a sus progenitores o tutores.