Aperitivos saludables: descubre cómo hacer croquetas de espinacas fáciles
Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unas deliciosas croquetas de espinacas con nuestra receta favorita e imbatible.
Las croquetas de espinacas son un delicioso y versátil platillo que ha ganado popularidad en muchas cocinas alrededor del mundo. Son perfectas para servir como aperitivo, como acompañamiento o incluso como plato principal en una comida ligera. La combinación de espinacas frescas con una cremosa bechamel envuelta en un crujiente rebozado ofrece una textura suave por dentro y crujiente por fuera, haciendo que cada bocado sea una experiencia deliciosa. Además, su preparación es sencilla y rápida, lo que las convierte en una opción ideal para quienes buscan algo sabroso sin complicaciones.

La espinaca, rica en nutrientes como hierro, vitaminas A y C, y antioxidantes, no solo aporta un sabor fresco y ligeramente terroso, sino que también convierte a estas croquetas en una opción saludable y nutritiva. A pesar de su sabor suave, las croquetas de espinacas pueden ser enriquecidas con otros ingredientes como queso, ajo, cebolla o incluso jamón, para crear variaciones llenas de sabor. Ya sea que las disfrutes como un snack o como parte de una comida más elaborada, las croquetas de espinacas son una opción reconfortante que encantará a todos los paladares. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes
Para el relleno: 500 g de espinacas frescas, 1 cebolla mediana, 2 dientes de ajo, 1 cucharada de aceite de oliva, 200 ml de nata líquida (puedes usar nata para cocinar o crema de leche), 1/2 cucharadita de nuez moscada, sal al gusto, pimienta negra al gusto, 50 g de queso parmesano rallado (opcional).
Para la bechamel: 50 g de mantequilla, 50 g de harina de trigo, 500 ml de leche, sal al gusto, pimienta negra al gusto, 1 pizca de nuez moscada.
Para el rebozado: 2 huevos, pan rallado (aproximadamente 200 g), aceite de oliva o de girasol para freír.
Procedimiento
- Comienza lavando bien las espinacas. Si son espinacas frescas, retira los tallos gruesos y trocea las hojas. Si usas espinacas congeladas, asegúrate de descongelarlas y escurrir el exceso de agua.
- En una sartén grande, calienta la cucharada de aceite de oliva y añade la cebolla picada en cubos pequeños y los dientes de ajo picados finamente. Cocina a fuego medio hasta que estén dorados y fragantes, aproximadamente 5 minutos.
- Agrega las espinacas a la sartén y cocina hasta que se ablanden y reduzcan de tamaño. Este proceso tomará unos 5 minutos. Si las espinacas sueltan mucha agua, puedes escurrirlas ligeramente.
- Una vez que las espinacas estén cocidas, agrega la nata líquida, la nuez moscada, la sal y la pimienta. Cocina a fuego lento durante unos minutos, hasta que la mezcla se haya reducido y espesado ligeramente. Si decides usar queso parmesano, agrégalo en este punto y mezcla hasta que se derrita.
- Retira del fuego y deja enfriar mientras preparas la bechamel.
Prepara la bechamel
- En una cacerola, derrite la mantequilla a fuego medio. Cuando esté completamente derretida, añade la harina y revuelve constantemente para hacer un roux. Cocina la mezcla durante unos 2 minutos para que pierda el sabor a harina cruda.
- A continuación, agrega la leche poco a poco, batiendo constantemente para evitar grumos. Cocina la mezcla a fuego medio, revolviendo continuamente hasta que espese y adquiera una consistencia suave y cremosa. Sazona con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada.
- Una vez que la bechamel esté lista, agrega la mezcla de espinacas a la cacerola y remueve bien para integrar ambos componentes. Cocina a fuego bajo por unos minutos hasta que todo esté bien unido y espeso. La masa debe tener una textura densa, ideal para formar las croquetas.
Forma las croquetas
- Deja que la mezcla se enfríe completamente. Una vez fría, forma bolitas o cilindros de masa con las manos. Si la masa se pega mucho a tus manos, puedes mojarte ligeramente las manos con agua.
- Bate los dos huevos en un bol. En otro bol, coloca el pan rallado. Pasa cada croqueta primero por el huevo batido y luego por el pan rallado, asegurándote de que queden bien cubiertas.
- Calienta una sartén con suficiente aceite de oliva o girasol para que cubra al menos la mitad de las croquetas. Cuando el aceite esté caliente (puedes comprobarlo con un trozo de pan que debe dorarse rápidamente), fríe las croquetas en pequeñas tandas para evitar que se enfríen.
- Fríe las croquetas durante 3-4 minutos o hasta que estén doradas y crujientes por fuera. Retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

Si prefieres una opción más ligera, puedes hornear las croquetas a 180°C durante 20-25 minutos en lugar de freírlas.
Puedes añadir un poco de jamón serrano picado a la mezcla de espinacas si deseas darle un toque extra de sabor.
¡Y ya está! Ahora puedes saborear unas deliciosas croquetas de espinacas, perfectas para servir como aperitivo o acompañamiento en cualquier comida. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.

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