El cuento que anticipó el futuro de Huawei: ¿vanidad o estrategia contra Nvidia?
El plan de Huawei para competir con Nvidia enfrenta una amenaza silenciosa: la dependencia de las máquinas de litografía de ASML y el poder de bloqueo de EE.UU
Huawei exhibe poder, pero su futuro depende de las máquinas que aún controla ASML en China.
Había una vez un cuervo que había robado un buen trozo de queso y se posó en la rama de un árbol. Lo sujetaba fuerte con el pico, decidido a no soltarlo. Entonces apareció una zorra que, con hambre y con astucia, ideó un plan. Se detuvo bajo el árbol y comenzó a halagarlo: “¡Qué plumaje más brillante tienes! ¡Qué porte más majestuoso! Si tu canto fuera tan bello como tu apariencia, serías el rey de las aves”. El cuervo, encantado con tanta adulación, quiso demostrar que también sabía cantar. Abrió el pico para lanzar su graznido, y en ese instante el queso cayó al suelo. La zorra, que lo esperaba justo para eso, lo atrapó y se lo comió con calma. El cuervo quedó arriba, burlado y sin nada, víctima de su propia vanidad.
Hoy esa fábula resuena en otra rama, mucho más alta y moderna: la de la industria tecnológica china. Huawei, con su plan a tres años para destronar a Nvidia, se comporta como ese cuervo. Exhibe su canto en público, presenta hojas de ruta y proclama independencia tecnológica. Anuncia chips Ascend, memorias propias y superclusters. Pero el queso real no está en su pico, está en las máquinas de litografía DUV que todavía mantiene ASML en suelo chino. Sin ese soporte, sin repuestos ni calibración, la producción avanzada se degrada y el sueño de la autosuficiencia se evapora.
Te Podría Interesar
La zorra en esta historia no necesita moverse mucho: Estados Unidos observa, espera y llegado el momento presionará a Holanda para que corte el mantenimiento. Cuando eso ocurra, el canto orgulloso de Huawei habrá sido la causa de su caída. Igual que el cuervo, habrá perdido lo que más necesitaba por la necesidad de mostrar poder y mantener el “face”.
La moraleja, la misma de Esopo, se repite: la arrogancia y el deseo de reconocimiento pueden ser más peligrosos que la fuerza de un enemigo. Y así, otro sueño chino se convierte en un queso perdido.
Las cosas como son

