¿España debe disculparse con México por los abusos durante la Conquista?
El pasado lunes López Obrador en su conferencia mañanera, y en vísperas de viajar a Tabasco para conmemorar la Batalla de Centla entre indígenas chontales y los españoles que comandaba Hernán Cortés, declaró que había mandado un par de cartas dirigidas a Felipe VI rey de España y al papa Francisco en las que les pide reconocer que hubo abusos y que se cometieron errores, y les pide una disculpa a los pueblos originarios para buscar la reconciliación histórica.
El pasado lunes López Obrador en su conferencia mañanera, y en vísperas de viajar a Tabasco para conmemorar la Batalla de Centla entre indígenas chontales y los españoles que comandaba Hernán Cortés, declaró que había mandado un par de cartas dirigidas a Felipe VI rey de España y al papa Francisco en las que les pide reconocer que hubo abusos y que se cometieron errores, y les pide una disculpa a los pueblos originarios para buscar la reconciliación histórica.
Los ecos no se hicieron esperar en ambos lados del Atlántico. En España hubo un rechazo amplio de su clase política, empezando por el PSOE y Pedro Sánchez, quien rechazó "con toda firmeza" pedir disculpas. Hubo respuestas más polémicas como las de los políticos de Partido Popular o los ultraderechistas de Vox. Pablo Casado, del PP, dijo que España no acepta "difamaciones" sobre su historia, mientras que Vox escribió en un twitter que "López Obrador, México y toda América deberían agradecer a los españoles que llevaran la civilización y pusieran fin al reinado del terror y barbarie al que estaban sometidos". Mención aparte merece la majadera respuesta del escritor (y plagiario) Arturo Pérez Reverte, aunque ya no sorprende la soberbia y las vulgaridades con las que el autor expresa algunas de sus opiniones.
- "El nivel de debate y de apasionamiento que generó lo dicho por López Obrador demuestra que, independientemente del posicionamiento, el tema no es inocuo, ni anacrónico ni se encuentra superado", Javier Buenrostro, historiador por la Universidad Nacional Autónoma de México y McGill University.
En contraparte, una de las pocas voces que le concedió la razón a López Obrador en España fue Juan Carlos Monedero, de Podemos, quien afirmó que era una cuestión de sentido común. El Vaticano, por su parte, recordó que, en Santo Domingo, el 12 de octubre de 1992, Juan Pablo II pidió perdón a las poblaciones americanas por las "injusticias" cometidas contra sus antepasados mientras que Francisco, en un viaje a Bolivia en 2015, pidió "humildemente perdón" no sólo por "las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América".
En México la polémica y contraste ha sido amplio y se puede dividir en al menos cuatro corrientes claras. Una de ellas del sector conservador, que coincide con las posturas de los políticos en España y considera que no hay nada que se deba perdonar. Además, para algunos, como la diputada Cecilia Soto, hay quienes parecen súbditos del rey de España y lo llama Su Majestad. Otro sector supone irrelevante para la política actual que España pida perdón por lo sucedido hace 500 años y reconoce lo complejo del proceso. Un tercer grupo observa que es necesario que se admita la violencia del proceso de conquista como inicio de un proceso de reconciliación. Y un último grupo demanda que las disculpas las deben dar la España y el México actual por los megaproyectos que están en curso y afectan a los pueblos originarios de la actualidad.
El perdón como un proceso de reconciliación
El nivel de debate y de apasionamiento que generó lo dicho por López Obrador demuestra que, independientemente del posicionamiento, el tema no es inocuo, ni anacrónico ni se encuentra superado. El proceso de conmemoración relativamente reciente que nos puede arrojar luz sobre este tema es el del V Centenario del "descubrimiento de América". El eslogan institucional fue "Encuentro de dos mundos" con representaciones muchas veces falsas e idílicas. Muchos pueblos originarios reivindicaron que no hubo un "encuentro", sino un "genocidio". Al mismo tiempo, mesas redondas en la academia discutían conceptualmente sobre la "conquista", "descubrimiento" o la "invención" de América, dependiendo de la filiación hermenéutica que se haya decidido adoptar. Estos revisionismos fueron los que dieron origen a múltiples reconocimientos de violencia y disculpas, incluyendo la del papa Juan Pablo II.
Por otra parte, para los que dicen que pedir perdón significa un anacronismo hay varios casos en los que se ha hecho como parte de programas de reconciliación. Además de las disculpas de Juan Pablo II y Francisco sobre las injusticias y violencias durante la conquista de América hay otros casos. Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, planteó en 2017 que el papa Francisco pidiera perdón públicamente por el maltrato de misioneros de la Iglesia católica hacia indígenas de su país y apenas el mes pasado se disculpó en nombre de Canadá por el confinamiento forzoso de miles de indígenas del Ártico, los inuit, a mediados del siglo XX. Hace un año Theresa May se disculpó ante líderes de la Commonwealth por el trato que recibieron los ciudadanos de sus países llegados al Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial. François Hollande y Emmanuel Macron han admitido la responsabilidad del Estado francés en crímenes cometidos en Argelia durante más de cien años de pasado colonial y también por la tortura y desaparición de personas durante el movimiento armado por su independencia.
- "Ningún proceso histórico debe ser clausurado como si de verdad existiera el fin de la historia que nos quisieron vender hace algunos años", Javier Buenrostro, historiador por la Universidad Nacional Autónoma de México y McGill University.
España también se ha disculpado y no solo con palabras. En 2015 aprobó un decreto de ley para otorgar la nacionalidad a judíos sefardíes descendientes de los expulsados de España hace más de cinco siglos. La normativa pretendió corregir "una injusticia de más de 500 años". En 2000, el presidente alemán Johannes Rau pidió perdón al pueblo judío y a Israel por los crímenes cometidos durante la época nazi en el mismo parlamento israelí. En 2015, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, mostró un profundo remordimiento y se disculpó por el daño que hizo su país durante la Segunda Guerra Mundial. Y la lista podría seguir con Holanda, Estados Unidos, Indonesia, etc. Incluso el gobierno mexicano, en la misma carta que solicita una disculpa a España, ofrece disculparse por los abusos y el exterminio que llevó contra los grupos indígenas de yaquis y mayos así como contra los chinos en tiempos del porfiriato y la revolución. No se puede argumentar que solo se ve la paja en el ojo ajeno.
Un debate no superado
Dos conclusiones se desprenden de una simple petición en términos diplomáticos y que además no es nueva, pero que terminó por incendiar las redes sociales y produjo escozor en ambos lados del Atlántico. Una es que el debate no está superado ni es anacrónico, sino no se hubieran encendido tantas pasiones; es un planteamiento legítimo, aunque sea para su discusión y análisis. El revisionismo es una constante en la historiografía y más en fechas fundacionales y conmemoraciones. Si no hay disculpa habrá debate y discusión en términos hermenéuticos, conceptuales e históricos pero ningún proceso histórico debe ser clausurado como si de verdad existiera el fin de la historia que nos quisieron vender hace algunos años y eso ya debería ser un motivo de celebración.
La siguiente conclusión debería ser poner más énfasis en los pueblos originarios actuales y no enarbolar solamente la grandeza del "pasado prehispánico" a la vez que ignoramos las problemáticas actuales. El Estado mexicano tiene la responsabilidad de reconocer constitucionalmente los derechos de los pueblos originarios y respetar el Convenio 169 de la OIT. Los megaproyectos, el neoextractivismo y la violencia que se genera alrededor de ellos también dará mucho que hablar en los siguientes meses por lo que se deben buscar mecanismos más democráticos y transparentes para las consultas populares que se llevarán a cabo, además de mejores formas para lidiar con las oposiciones y disidencias que seguramente existirán.
Cajón de sastre
1. A los que dicen que la petición de López Obrador es anacrónica habría que preguntarles que piensan que en el siglo XXI sigan perviviendo institucionales medievales como la monarquía.
2. Así como el Estado mexicano se ha comprometido a disculparse con víctimas recientes como los yaquis, los mayos, la comunidad china y los miles de desaparecidos, a España no le caería mal hacer un mea culpa a profundidad por los crímenes de la dictadura fascista que fue el franquismo para su propia reconciliación nacional.
3. La disculpa la pide el Estado mexicano a la Corona española, porque es algo simbólico. Jamás se le solicitó a los ciudadanos de un pueblo hermano porque la motivación no es el rencor ni el conflicto social, sino la reconciliación histórica.
Por Javier Buenrostro, RT.