Opinión

Premios Oscar 2024: las películas que ganarán y las que deberían

La nueva edición de la gala más famosa del cine reúne un puñado de títulos que alternan entre el entretenimiento y la cinefilia. Los pronósticos y deseos que podrían concretarse esta noche.

Laureano Manson
Laureano Manson domingo, 10 de marzo de 2024 · 18:01 hs
Premios Oscar 2024: las películas que ganarán y las que deberían
Oppenheimer, la favorita para llevarse el Oscar a Mejor película Foto: UIP

Este domingo, la gala más famosa del cine intentará que los ojos del mundo estén una vez más expectantes, desde la alfombra roja hasta el anuncio del premio más codiciado, el Oscar a Mejor película. Como en cada año, hay films y artistas que son ganadores cantados, aunque también se espera que los votantes de la Academia de Hollywood le aporten una pizca de sobresalto al evento disparando alguna sorpresa.

A favor de la evolución de los premios Oscar, hay que reconocer el esfuerzo por volver más diverso el menú de títulos nominados, con una impronta que combina el divertimento con la cinefilia, a través de figuras detrás de cámara del renombre de Martin Scorsese, Yorgos Lanthimos, Jonathan Glazer, Wim Wenders y Hayao Miyazaki; por sólo mencionar algunos de los realizadores cuyas películas están nominadas en distintas categorías.

En los rubros más comentados, que son los de actuación, dirección y película; hay victorias prácticamente certificadas como la de Da'Vine Joy Randolph como Mejor actriz de reparto por Los que se quedan. Más allá de que su seguro galardón despejará la acusación que recae frecuentemente sobre los votantes de los premios Oscar, tantas veces tildados de "so white", la labor de la artista que interpreta a una cocinera que procesa un duelo familiar es clave en los logros del film de Alexander Payne que en estos días quedó envuelto en un escándalo por un supuesto plagio de guion. Además, la candidata en el mencionado rubro viene de cosechar galardones en los más variados certámenes, por lo que otras talentosas nominadas como Jodie Foster por Nyad y America Ferrera por Barbie, no tendrán siquiera que preocuparse por preparar un discurso de agradecimiento.

Paul Giamatti, en el centro de la imagen, y Da'Vine Joy Randolph, a la derecha, nominados como Mejor actor protagónico y Mejor actriz de reparto por Los que se quedan. Foto: UIP.

Si vamos al apartado de Mejor actor de reparto, los pronósticos indican que el ganador será Robert Downey Jr. por Oppenheimer, aunque el distinguido debería ser Robert De Niro por su punzante interpretación de un personaje que oficia en Los asesinos de la luna como síntesis del historial norteamericano que combina paradigmas de hipocresía y racismo. Aquí hay que cuestionar además que el legendario intéprete haya sido postulado en el grupo de actores de reparto, cuando su rol es claramente central.

En la categoría Mejor actriz protagónica, Lily Gladstone figura como la triunfadora en casi todas las apuestas por la citada película de Martin Scorsese. Su inquietante performance lejos de todo ejercicio catártico merece con creces ser premiada, pero da la impresión de que aquí la Academia va en búsqueda de la corrección política, ya que la artista se convertiría en la primera actriz nativa en ganar un Oscar; y además su personaje está en las antípodas de los estereotipos que Hollywood tantas veces manipuló sobre la población indígena. Si hablamos en términos de potencia, las vencedoras deberían ser Emma Stone por Pobres criaturas y Carey Mulligan por Maestro. Mientras que en complejidad, sin dudas la labor más destacable entre las candidatas es la de Sandra Hüller por Anatomía de una caída

Emma Stone y Mark Ruffalo, nominados al Oscar a Mejor actriz protagónica y Mejor actor de reparto por Pobres criaturas. Foto: Fox.

Otro trofeo que parece casi anticipado es el de Cillian Murphy por su trabajoi como Mejor actor protagónico en Oppenheimer. Si bien su interpretación hace gala de un variado rango de matices, a nivel general responde a los cánones de solemnidad que tanto veneran los integrantes de la Academia. En cambio, Paul Giamatti, el único que podría dar la sorpresa en este rubro, despliega en Los que se quedan una actuación cristalina, que esta noche los premios Oscar deberían reconocer, en honor a la carrera que este gran artista de bajo perfil ha construido durante décadas, siempre ajeno a los patrones de glamour y estelaridad.

En la antesala del galardón más esperado de la noche, llegará el destinado a la Mejor dirección, y aquí Christopher Nolan asoma como otro de los ganadores cantados. Con una extensa filmografía que incluye títulos como Memento, El caballero de la noche, El origen y Dunkerque; el cineasta inglés nunca ganó un Oscar y pareciera estar en la previa de su gran noche. En este tándem, los vencedores deberían ser Martin Scorsese por la depurada síntesis de estilo que logró en Los asesinos de la luna, o bien Jonathan Glazer por su destreza para retratatar al jerarca nazi que comandó el siniestro campo de concentración de Aushwitz en Zona de interés, film en que el realizador hace un magistral uso del off visual y sonoro para evitar el regodeo en la crueldad, acompañando además la acción con una cámara emplazada a una prudente distancia. Mención aparte merece Justine Triet, quien debería ser la gran honrada en este rubro por su minuciosa labor al mando de Anatomía de una caída, una película en la que la cineasta se luce como gran directora de actores, pero también como orquestadora de una puesta tan precisa como sugerente.

Anatomía de una caída, el notable film dirigido por Justine Triet al que los Oscar le darán la espalda en la categoría Mejor película. Foto: Diamond Films.

Finalmente, los vaticinios en la categoría Mejor película para estos premios Oscar, ubican a Oppenheimer como la preferida para el trofeo más anhelado. De esta manera, la Academia cumpliría con distinguir a uno de los tanques comerciales de la gran industria de Hollywood de la temporada pasada, después de insólitamente ningunear a la directora y a la protagonista del gran fenómeno de 2023 en la taquilla, Barbie. El film de Nolan tiene todos los condimentos que agradan a los paladares de los votantes, que van desde un relato de larga duración basado en hechos históricos, hasta la voluntad de expiación de culpas en el contexto de un hecho abominable. Aquí la ganadora debería ser con todas las letras Anatomía de una caída, pero la brillosa estatuilla dorada suele esquivar historias dotadas de sutilezas que no le temen a la incertidumbre. En cambio, los Oscar siempre han oficiado como la reivindicación del discurso moralizante con vocación de "mensaje". Será entonces cuestión de esperar unas horas, para ver si llegando a la medianoche esta premisa vuelve a repetirse en modo piloto automático.

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