Entrevista

Eugenia Guerty: “Todo el ataque a la cultura y a los artistas es para la distracción”

La talentosa actriz protagoniza “Cae la noche tropical” en el Teatro Astros junto a Leonor Manso e Ingrid Pelicori. En diálogo con MDZ, habló sobre la obra y más.

Pablo Gordon
Pablo Gordon viernes, 23 de febrero de 2024 · 11:11 hs
Eugenia Guerty: “Todo el ataque a la cultura y a los artistas es para la distracción”
Eugenia Guerty La actriz protagoniza "Cae la noche tropical" en el Teatro Astros Foto: Alejandra López

De chica, Eugenia Guerty pasó muchas horas en un geriátrico. “Me crié ahí”, reconoce la actriz que acompañaba a su mamá al hogar para ancianos que administraba. Inquieta, salía a recorrer los pasillos del lugar y a charlar con “los viejitos y las viejitas”, quienes, de vez en cuando, le regalaban “alguna cosita”.

Admite que la gente mayor la conmueve. La movilizan sus historias de vida, ver todo su camino recorrido y cómo salieron adelante. Por eso, no es extraño que se emocione cuando, detrás de bambalinas, escucha a Leonor Manso e Ingrid Pelicori recitar sus textos en Cae la noche tropical. Ellas se ponen en la piel de dos hermanas octogenarias que viven en Río de Janeiro, hablan del pasado y opinan sobre los amoríos de una vecina más joven. “Es impactante escuchar a las chicas y ver cómo con su voz llevan al público a lugares tan espectaculares. Destaco esto porque no es algo tan habitual. Escucho a mis compañeras que las admiro y las admiro mucho más”, señala.

Lo maravilloso de esta obra, escrita por Manuel Puig en 1988, cuenta Guerty, es cómo estas mujeres ven la vida. “No quiero spoilear mucho… pero cada una de ellas arranca de una manera y termina de otra. Hay un traspaso de energía, de belleza, de felicidad, de que ‘nunca es tarde para’ y que siempre uno puede salir de un momento feo y encontrarle la vuelta a disfrutar de las cosas y a ir hacia adelante, aunque te quede un tramo corto. Aunque, nadie sabe qué tramo le queda”, detalla.

Leonor Manso dirige la reposición de "Cae la noche tropical" / Foto: Ana María Ferrari

- Pasaron más de tres décadas desde que Puig escribió el texto. ¿Qué tan vigente está?
- Lo está por el relato, que habla sobre la resistencia, de los prejuicios, del ablandarse, del entregarse a los vínculos y a la aventura. La novela son cartas y en la adaptación para una obra escénica se le dio un giro. Te mete en un mundo tropical y a la vez con viejitas, porque cuando uno habla de tropical enseguida piensa en playas, cuerpos deseantes y deseados, hegemónicos, calor… y acá es sobre dos hermanas pícaras y compinches. La respuesta del público es maravillosa. La gente se conmueve. Habla de las hermanas, madres, hijos… y no hay una persona que no quede atrapada. En algunos momentos, se escucha a la gente sonándose la nariz. Es que claro, te toca unas fibras… A mí me pasa casi todas las funciones cuando ellas hablan de su mamá. Mientras te lo cuento, me conmuevo. Es que ver a dos viejitas hablar de su mamá, es muy muy conmovedor. Habla también de la importancia de ser criados con amor.

- En tu familia muchos se dedican al arte. ¿Cuál fue tu primer contacto con él?
- Lo iniciático podría ser cuando mi hermana Marcela, que también es actriz y tiene 7 años más que yo, me llevó a ver Narices de Hugo Midón. Me encantó. Las canciones me las acuerdo hasta hoy. De mis hermanos somos varios los que nos dedicamos a esto, pero mi papá era anestesista y mamá, ama de casa. Cuando mi papá se fue ella salió a trabajar todo el día… quería ser abogada, nada que ver. Marce fue la que le dijo a mamá que quería estudiar en la escuela de arte dramático. Le dijo la famosa frase “me preocupa de qué vas a vivir” y como a ella le hubiera gustado ser algo y no pudo, tuvo la sabiduría y no le dijo que no. A los 13 empecé a estudiar, que me becaron. Mamá no tenía plata y a los 15 empecé a trabajar para pagarme los cursos de actuación, hasta poder ir al Conservatorio. No tenía muy claro si quería vivir de eso porque me anoté para medicina, quería ser obstetra y en paralelo tenía las dos cosas. Si recuerdo una vez ensayando unas escenas que una chica me preguntó “¿vos lo hacés por hobbie a esto?”. Esa palabra me ofendió dentro y ahí me lo empecé a plantear. Me decidí y dije “vamos por acá… si total, todo es difícil”.

- Y protagonizaste varios éxitos. ¿Cómo elegís los proyectos?
- Los proyectos lo eligen a uno, una frase que no es mía (se ríe). Los elijo por ese deseo, por un impulso. Cuando veo que hay algo que no me van a dar ganas de ir a hacerlo, no lo hago. Tengo bastante suerte. El otro día decía que siento que el éxito, desde mi punto de vista, es poder vivir de lo que te gusta. Es la felicidad total y me parece un montón para nuestra realidad, para este país, Latinoamérica y también para el mundo, que conozco gente de otros lugares de Europa en donde tampoco es tan fácil vivir de la profesión. Tengo suerte de poder elegir los proyectos; a veces más, a veces menos. Los proyectos donde he sentido que algo no estaba motivándome, me he ido. Más que nada en teatro. Porque una filmación empieza y termina, hago tripas corazón y ya está. En general, le pongo mucha onda a todo porque creo que es la manera de estar a flote… la resiliencia. Si en teatro hay cosas que no funcionan por el grupo, la forma de trabajo o el modo de encarar el material, me tengo que ir. No puedo.

- ¿Y de Toc Toc por qué te fuiste?
- Me fui embarazada. Ya estaba como de cuatro o cinco meses y cuando terminó la temporada no continué. Ahora lo pienso y era medio una locura lo que hacía corriendo en el escenario y, además, Blanca, mi personaje, no podía tocar nada, ni a nadie… era raro si estaba embarazada (se ríe). Así es que mi hijo Simón estuvo en el escenario de Toc Toc y siempre se lo cuento.

Eugenia Guerty participó en exitosas producciones en televisión, cine y teatro / Foto: Gentileza prensa

- ¿Cine, teatro o tele?
- A mi me encanta todo. La tele me gusta mucho, aunque hay algunos que reniegan ese trabajo. Lo que si me pasa es que el teatro es mi primer amor. El otro día estábamos en un estreno y estaba Imanol Arias que decía que el teatro es analógico y por eso lo amamos tanto. Y claro… la adrenalina del latido del vivo es incomparable, es único y es una emoción que no tiene comparación con nada. El teatro es mi primer y último gran amor. Todas las cosas que te dicen son verdad, que llegás enfermo y te vas sano o que tenías un montón de cosas y después se te pasaron o por ahí las seguís teniendo pero durante la función no. Tiene una mística, una magia y un magnetismo que no hay nada que lo derribe. Hace muchos años decían que con la tele, el cine y con los VHS el teatro iba a morir y ahí estamos… lo mismo con la pandemia. La gente, y en este país hermoso, elige ir al teatro.

- En Argentina estamos viviendo un momento crítico para la cultura, ¿qué sentís ante lo que está pasando?
- Mucha tristeza y descontento. Obviamente estamos preocupados y en estado de alerta, viendo qué es lo que va a pasar… sintiendo que hay una gran confusión y una desinformación muy grande sobre cómo estas instituciones se manejan. Tener que explicar si la cultura se financia o no ya me incomoda. Espero que no tengamos que hablar en algún momento de la industria de la educación. Nosotros tenemos que empezar a justificar y explicar la industria de la cultura, porque la cultura tiene una parte industria, de autogestión, del Estado que genera cultura… La palabra viene de cultivo, de cultivarse y me angustia que tengamos que explicar que cultivar el alma es algo importante. Es un alimento esencial para tener una buena calidad de vida. Por otro lado, parece también una estrategia medio compleja.

- ¿Por qué hablás de una estrategia compleja?
- Por ejemplo, SAGAI y Argentores no tienen nada que ver con el Estado. No reciben un peso. Son como si fuera la mutual… es gente de un mismo oficio agrupada, que cobra por algo que le corresponde, como es el derecho de autor o el derecho de música, con eso hacen una fundación, ayuda, un lugar para vacaciones… O sea, hay alguna de las organizaciones que no reciben plata del Estado y están como en riesgo, no se entiende por qué. También otras cuestiones como el INT o el INCAA, que se cree que hay gente que no recibe dinero porque va a parar ahí y eso no es verdad. Hay una gran confusión, mucho humo. Todo el ataque a la cultura y a los artistas es para el algoritmo, para la polémica, para la distracción. Me da la sensación de que es para que hablemos de eso, porque las personas que trabajan en la cultura tienen un montón de seguidores y llegada. Es como si alguien estuviera pensando estrategias digitales, virtuales… no sé cómo se diría porque tampoco es que conozco tanto. Pero es como el misdirection en la magia. Para mi es notorio porque el deporte también está desfinanciado pero no replica tanto como con artistas populares con mucha exposición. Hay mucha necesidad de protagonismo. Es muy superficial con un contenido profundo y doloroso. Es como si todo se estuviera moviendo para ser nombrado… “Que hablen. Aunque sea para mal, que hablen”. Se me viene esa sensación y me parece infantil, aunque no deja de ser preocupante.

Para agendar

Cae la noche tropical

Leonor Manso, Ingrid Pelicori y Eugenia Guerty en escena / Foto: Ana María Ferrari

Únicas funciones. Domingo 25 de febrero, 3 y 10 de marzo, a las 20 horas, en el Teatro Astros (Av. Corrientes 746, Buenos Aires). Entradas Entrada Uno.

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