Crítica

El poder del perro: la joya de Netflix que merece el Oscar

La directora Jane Campion hace un regreso triunfal al cine con una inquietante historia que combina códigos de western, drama y thriller psicológico. Con una actuación magistral de Benedict Cumberbatch, el film transita entre la violencia agazapada, la represión sexual y el juego de espejos.

Laureano Manson
Laureano Manson domingo, 2 de enero de 2022 · 11:30 hs
El poder del perro: la joya de Netflix que merece el Oscar
Benedict Cumberbatch oferce un protagónico magistral en El poder del perro

Tras doce años de alejamiento del mundo del cine, la talentosa directora neozelandesa Jane Campion (La lección de piano, Humo sagrado, Retrato de una dama) regresa con una inquietante producción de Netflix que combina códigos de western, drama y thriller psicológico. Con el premio a la mejor dirección en el Festival de Venecia y siete nominaciones a los Globos de Oro, incluyendo Mejor Película, El poder del perro se posiciona como una de las favoritas de cara a la próxima entrega del Oscar; a la vez que Benedict Cumberbatch asoma como el predilecto en el rubro actor protagónico por su descomunal labor.

Ambientada en las vastas tierras de Montana hacia 1925, esta historia nos zambulle desde los primeros minutos en un asfixiante juego de doble tensión. Por un lado, la relación de resentimiento e interdependencia entre dos hermanos rancheros, Phil (Cumberbatch) representa al tosco líder de los hombres que arrean el ganado, mientras que George (Jesse Plemons) se encarga de los asuntos financieros y se codea con las esferas del poder. Por otro, la irrupción de una viuda llamada Rose (Kirsten Dunst), encargada de una hostería a la que van a dar los vaqueros a cargo de los estancieros, y su hijo de apariencia andrógina Peter (Kodi Smit-McPhee). Cuando George anuncia tempranamente que piensa casarse con Rose, el agrietado vínculo entre los hermanos empieza a caminar sobre el filo de la destrucción, a la vez que la presencia de Peter desata los bordes más oscuros de la masculinidad tóxica de Phil; que se convierte en una constante amenaza para madre e hijo.

Jesse Plemons y Kirsten Dunst en una escena de El poder del perro.

Basándose en la novela homónima de Thomas Savage publicada en 1967, Campion construye un relato que no apuesta al vértigo narrativo, pero que en su construcción pausada tampoco cae jamás en el tedio. Dos puntales fundamentales en las  atmósferas que propone El poder del perro, se apoyan en la notable fotografía de Ari Wegner y la banda sonora del integrante de Radiohead, Jonny Greenwood. La directora acierta al combinar lo alegórico con lo físico, con varios pasajes en los que un abanico de texturas que van desde la olorosa suciedad de Phil, hasta la permanente embriaguez de Rose; se vuelven prácticamente palpables para el espectador. En este sentido, Benedict Cumberbatch abordó su personaje de una manera tan visceral, que optó por no bañarse durante gran parte del rodaje y aprendió, entre otras cosas, a martillar herraduras.

Kodi Smit Mc-Phee en un tenso momento de El poder del perro, junto a Benedict Cumberbatch.

El poder del perro es un western sin disparos ni agresiones desatadas, que reemplaza la descarga de los golpes de puño por una violencia agazapada que dinamita la psiquis de los protagonistas. La trama deposita con maestría gran parte de su carga dramática sobre un personaje ausente, Bronco Henry, ese mentor al que Phil alude con una sistemática veneración y que de alguna manera se erige como el origen de su trauma. Entre la represión sexual, el desplazamiento de roles, el juego de espejos y la tensión homoerótica; esta joya rubricada por Jane Campion se abre a múltiples lecturas y les da algunos de sus personajes la posibilidad de transitar una gama de matices que no son moneda corriente en el cine actual. Su llegada directa a la pantalla chica a través de Netflix es motivo de celebración por el alcance masivo que está teniendo esta propuesta, pero también de desazón para todo cinéfilo que desde los primeros minutos de esta joya, seguramente lamentará que en un film de estas proporciones no haya tenido su merecido aterrizaje en salas de cine.

The power of the dog / Nueva Zelanda-Australia / 2021 / 128 minutos / Dirección: Jane Campion / Con: Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons, Kirsten Duns y Kodid Smit-Mc Phee.

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