Conocé la historia del Peugeot RCZ

El Peugeot RCZ se convirtió en un ícono de diseño y rendimiento que ha dejado una huella imborrable en el mundo automotriz. Lanzado en 2010, este coupé de líneas puras y espíritu deportivo capturó la imaginación de los fanáticos de la industria en todo el mundo.
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Inspirado en los deportivos clásicos de los años 50, el RCZ presenta una silueta inconfundible, con una doble burbuja en el techo que le otorga un carácter único y elegante. Su diseño, obra de Gérard Welter, combina deportividad y sofisticación, convirtiéndolo en un objeto de deseo para muchos.
Bajo su carrocería esculpida se esconde desde el diésel 2.0 HDi hasta el naftero 1.6 THP en diferentes niveles de potencia. Cada motor está perfectamente ajustado al carácter del automóvil.
En el interior, se destacan los materiales de alta calidad, como el cuero y el aluminio, que crean un ambiente sofisticado y deportivo. Los asientos envolventes ofrecen un excelente soporte lateral, mientras que el volante de pequeño diámetro y el puesto de conducción centrado en el conductor invitan a disfrutar de una conducción apasionada.
La versión más radical del RCZ, el RCZ-R, elevó el listón aún más alto. Con un motor de 270 HP y una puesta a punto orientada al máximo rendimiento, el RCZ-R se convirtió en el Peugeot de producción más potente de su época. Sus prestaciones de vértigo y su comportamiento en carretera lo convirtieron en un auténtico deportivo de raza.
Más allá de su éxito comercial, el RCZ también demostró su valía en competición. El RCZ HDi logró victorias en las 24 Horas de Nürburgring, mientras que el RCZ-R fue la base de la Peugeot RCZ Racing Cup, una competición monomarca que puso a prueba las capacidades de este deportivo.
Aunque su producción se interrumpió en 2015, el legado del Peugeot RCZ perdura. Su diseño atemporal, su rendimiento emocionante y su carácter único lo han convertido en un clásico moderno que sigue siendo objeto de deseo para muchos coleccionistas y entusiastas del automóvil.