Tres pueblos de Uruguay con mar para unas vacaciones de verano tranquilas
En la costa uruguaya existen pueblos que combinan playas hermosas, ambiente relajado y ese ritmo pausado que se busca al salir de vacaciones.
Los pueblos de la costa uruguaya ofrecen mar, tranquilidad y veranos sin apuro.
ShutterstockUruguay es un destino clásico para el verano, pero más allá de sus balnearios famosos hay pueblos costeros que siguen conservando un ritmo pausado, casas bajas, playas amplias y un mar que invita a quedarse todo el día. Son lugares donde la vida cotidiana se mezcla con la temporada, sin perder la esencia de aldea frente al Atlántico.
Elegir uno de estos pueblos para veranear es apostar por un descanso más simple: caminatas por la arena, baños de mar sin apuro, ferias de artesanías, pescadores que vuelven al atardecer y noches de cielo despejado. Tres destinos que resumen lo mejor del verano uruguayo más tranquilo.
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Punta del Diablo
En el departamento de Rocha, Punta del Diablo pasó de ser un pequeño caserío de pescadores a convertirse en uno de los pueblos costeros más atractivos del país, sin perder su aire rústico. Sus playas, como la de los Pescadores o la Playa de la Viuda, ofrecen arenas amplias, olas para quienes quieren surfear y sectores más calmos para quienes solo buscan bañarse y descansar al sol.
Las calles de arena, las casas de colores y los puestos de artesanías le dan un encanto bohemio. De noche, los bares y restaurantes frente al mar arman un clima relajado, con luces bajas, música suave y platos basados en pescados y mariscos frescos. Es ideal para quienes quieren combinar mar, ambiente joven y una atmósfera informal.
Punta del Diablo, uno de los pueblos más encantadores de Rocha, mezcla playa, surf y ambiente bohemio.
La Pedrera
También en Rocha, La Pedrera es un pueblo chico, colgado sobre los acantilados frente al Atlántico. Su playa principal es perfecta para nadar, caminar y pasar el día entre reposeras y sombrillas, con una vista abierta al mar. El contraste entre las rocas, la arena y el agua le da una estética muy particular que muchos eligen para veranear año tras año.
El pueblo tiene pocas calles, pero bien aprovechadas: bares, cafés, almacenes, casas de alquiler y posadas que mantienen un perfil simple. A la noche, la movida se concentra en la calle principal, con música, ferias y un clima distendido. Es una gran opción para quienes quieren un punto medio entre la calma y un poco de vida nocturna sin exagerar.
La Pedrera mantiene su espíritu de pueblos chico con acantilados, buena playa y vida tranquila.
Cabo Polonio
Cabo Polonio es el más singular de los pueblos de esta lista. Sin calles pavimentadas ni autos particulares, se accede únicamente en vehículos especiales que cruzan las dunas desde la ruta. Ese aislamiento hace que el lugar conserve un carácter único: dunas inmensas, casitas frente al mar, faro y playas prácticamente vírgenes.
Durante el día, el plan es simple y perfecto: bañarse en el mar, caminar por la arena, descansar al pie de las dunas o acercarse a las colonias de lobos marinos que habitan las rocas. De noche, el cielo se enciende de estrellas y los generadores se apagan temprano, lo que suma un silencio profundo. Cabo Polonio es para quienes buscan desconexión total y un verano lo más cerca posible de la naturaleza.




