Dos pueblos bonaerenses que parecen salidos de otra época
En la provincia de Buenos Aires existen dos pueblos capaces de transportar a quien los visita a un tiempo lejano.
Estos pueblos bonaerenses permiten viajar al pasado sin salir de la provincia, entre castillos, callejones y leyendas.
Agustina Castro / MDZCorrían otros tiempos, cuando los juglares llenaban las plazas con historias y los castillos dominaban los horizontes. En la provincia de Buenos Aires, hay pueblos que rescatan ese aire de fantasía y lo combinan con el arte y la historia.
Estos pueblos son Campanópolis, en La Matanza, y Castelforte, en Almirante Brown: dos enclaves que logran lo impensado, hacer que el visitante se sienta dentro de una novela de caballeros y misterios.
Te Podría Interesar
En el corazón de González Catán se levanta Campanópolis, una aldea creada por Antonio Campana, un visionario que dedicó más de dos décadas a construir su propio mundo. El resultado es una mezcla fascinante de estilos europeos, con callejones adoquinados, torres, recovecos y pasajes que parecen diseñados para perderse en el tiempo. Las doce casitas del bosque, los lagos, puentes de quebracho, molinos y capillas coloniales componen una escenografía tan real que cada rincón parece contar una historia distinta.
Entre los imperdibles de este singular pueblo se encuentran el Museo Las Rejas, el Pasaje del Búho, la Casa Proa de Barco y el Cabildo. También una locomotora antigua, un museo de caireles y rincones escondidos donde el silencio se mezcla con el canto de los pájaros. Todo en Campanópolis es una invitación a recorrer el pasado con la mirada de un niño curioso.
Campanópolis, en La Matanza, es uno de los pueblos más singulares de Buenos Aires, con torres, pasajes y construcciones de estilo medieval.
A menos de una hora de allí, en Adrogué, se encuentra Castelforte, una joya arquitectónica que deslumbra por su elegancia y sus secretos. Construido en 1874 por el arquitecto genovés José Canale, el castillo está inspirado en un palacio bizantino del siglo XIII de Venecia, ciudad donde su creador había vivido. Su estilo italiano y sus detalles ornamentales hacen de este edificio una de las residencias más singulares del Gran Buenos Aires.
Pero lo que realmente cautiva de Castelforte son los misterios que guarda: túneles subterráneos que recrean las catacumbas, leyendas familiares que aún susurran entre los muros y un aire de solemnidad que envuelve cada uno de sus salones. Este pueblo, con sus calles arboladas y su entorno tranquilo, conserva el espíritu de antaño y el magnetismo de las grandes historias.
Castelforte, en Almirante Brown, guarda el encanto de un pueblo antiguo donde la historia y el misterio se entrelazan en cada rincón.
En ambos destinos, la magia se siente en cada piedra, en cada sombra y en cada torre que se recorta contra el cielo. Son lugares donde el pasado parece haber encontrado refugio, recordando que los sueños —como las leyendas— nunca pasan de moda.



