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Tres pueblos costeros de Chile perfectos para una escapada este verano

Estos pueblos de Chile, tranquilos y con encanto propio, son ideales para disfrutar el mar, la gastronomía local y los paisajes del Pacífico sin las multitudes del turismo masivo.

Entre el Pacífico y la cordillera, los pueblos chilenos guardan playas tranquilas y paisajes únicos

Entre el Pacífico y la cordillera, los pueblos chilenos guardan playas tranquilas y paisajes únicos

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Chile tiene más de cuatro mil kilómetros de costa, pero no todos sus destinos se resumen en Viña del Mar o La Serena. En sus pequeños pueblos costeros, el mar se vive con otro ritmo: pescadores que aún remiendan sus redes, mercados con aroma a algas y olas que llegan a playas sin ruido de ciudad.

Elegir uno de estos rincones junto al Pacífico es una manera de conocer la esencia del país vecino. Cada pueblo tiene su carácter: algunos guardan historia, otros tradición artesanal y todos comparten algo en común: la calma que ofrece la vida frente al mar.

Tongoy, uno de los pueblos más hermosos de Chile

Ubicado en la Región de Coquimbo, a unos 40 kilómetros al sur de La Serena, Tongoy es un pueblo costero que combina aguas templadas, playas amplias y una gastronomía marina inigualable. En sus costas se cultiva el famoso ostión del Norte, protagonista de los platos típicos que sirven los restaurantes junto al puerto.

Playas como Socos y Playa Grande ofrecen un entorno familiar y tranquilo, ideal para nadar, caminar o simplemente descansar. Desde su mirador natural se puede observar toda la bahía, y al caer la tarde, la puesta de sol sobre el Pacífico pinta el horizonte de dorado.

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Tongoy, un clásico del norte chileno, combina playas amplias y mariscos frescos.

Tongoy, un clásico del norte chileno, combina playas amplias y mariscos frescos.

Niebla

A solo 17 kilómetros de Valdivia, Niebla se extiende frente a la desembocadura del río del mismo nombre. Este pequeño pueblo combina historia, naturaleza y una atmósfera casi detenida en el tiempo. El Fuerte de Niebla, una fortificación española del siglo XVII, recuerda su pasado estratégico en la defensa del sur chileno.

El visitante puede recorrer sus playas —Chica, Grande o de los Enamorados— y disfrutar de los mercados de pescadores que ofrecen mariscos frescos y empanadas de marisco recién hechas. Niebla es perfecta para quienes buscan desconectar sin renunciar a una postal con mar, historia y tranquilidad.

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Niebla, cerca de Valdivia, mezcla historia colonial y paisajes fluviales.

Niebla, cerca de Valdivia, mezcla historia colonial y paisajes fluviales.

Cobquecura

Más al sur, en la Región de Ñuble, Cobquecura es un pueblo costero que sorprende por su belleza agreste y su ritmo pausado. Rodeado de acantilados y playas amplias, es conocido por sus formaciones rocosas y su colonia de lobos marinos, que se observa desde el mirador de La Lobería.

Aquí la vida gira en torno al mar y a la tradición artesanal: la pesca, la recolección de algas y la gastronomía local marcan el pulso diario. Sus calles de piedra, su iglesia colonial y su ambiente tranquilo hacen de Cobquecura un destino ideal para quienes buscan un Chile costero más auténtico y natural.

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Cobquecura, entre acantilados y lobos marinos, muestra el Chile más natural.

Cobquecura, entre acantilados y lobos marinos, muestra el Chile más natural.