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La playa de Buenos Aires que pocos conocen y parece el Caribe

En la playa de Los Pocitos, el mar se mezcla con la calma de un pueblo detenido en el tiempo.

La playa de Los Pocitos sorprende con su arena blanca y aguas turquesas, dignas del Caribe.

La playa de Los Pocitos sorprende con su arena blanca y aguas turquesas, dignas del Caribe.

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Por un momento, al mirar el color del agua y la suavidad de la arena, uno podría pensar que está en alguna playa del Caribe. Sin embargo, este tesoro se encuentra mucho más cerca: en el sur de la provincia de Buenos Aires, dentro del partido de Patagones.

Se trata del balneario Los Pocitos, una villa marítima fundada en 1959 que conserva la esencia de los antiguos pueblos costeros bonaerenses.

Esta playa te enamora con sus colores

A solo 80 kilómetros de Carmen de Patagones y 50 del polo pesquero de Bahía San Blas, esta playa se abre paso entre la costa y los médanos, ofreciendo un paisaje sereno, perfecto para quienes buscan desconectarse del ruido. Su historia se remonta a una estancia llamada del mismo modo, donde los lugareños extraían agua dulce de cinco pozos excavados en la tosca costera. Con el tiempo, esas tierras dieron origen a una comunidad pequeña y tranquila.

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En este rincón bonaerense, la playa y el silencio se combinan para crear un refugio perfecto frente al mar.

En este rincón bonaerense, la playa y el silencio se combinan para crear un refugio perfecto frente al mar.

Aunque su población es reducida, cada verano recibe a quienes buscan un descanso distinto. La playa se extiende sobre una bahía de arenas blancas y finas, donde el agua adquiere un tono verde esmeralda que recuerda a los mares tropicales. El contraste de los colores, sumado al silencio y la sensación de aislamiento, convierte a este rincón en uno de los secretos mejor guardados de la costa bonaerense.

Uno de sus grandes atractivos son las ostras. En la orilla crecen las mejores de la región, y cada enero la comunidad celebra la Fiesta Provincial de la Ostra, con música, danzas y degustaciones. La paella de ostras es el plato estrella, preparada por los vecinos en grandes sartenes frente al mar.

La vida en Los Pocitos gira en torno a su playa, su muelle de madera de 240 metros —ideal para caminar y mirar el horizonte— y su ambiente familiar. Hay cabañas y casas para alquilar, dos mercados, una proveeduría y espacios para el descanso. Durante las mareas bajas, el agua retrocede tanto que deja al descubierto los bancos de ostras, creando un paisaje casi irreal.

El balneario también integra la Reserva Natural de Usos Múltiples Bahía San Blas, un humedal de 16.000 hectáreas donde anidan flamencos australes y gaviotas cocineras. Por eso, además de ser una playa paradisíaca, es un destino ideal para el avistaje de aves y la fotografía de naturaleza.