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El pueblo de Chile que enamoró a Pablo Neruda y que está a pocas horas de Mendoza

Conocido por su vínculo con Pablo Neruda, Isla Negra combina mar, cultura y gastronomía, y se ha convertido en un destino imperdible para quienes viajan desde Mendoza.

Isla Negra es una localidad ubicada en la zona sur de la comuna de El Quisco, región de Valparaíso Foto: Shutterstock
Isla Negra es una localidad ubicada en la zona sur de la comuna de El Quisco, región de Valparaíso Foto: Shutterstock

La región de Valparaíso, en Chile, es reconocida como uno de los grandes destinos turísticos de Sudamérica. Sus playas, montañas y bosques conviven con importantes centros urbanos, pero en medio de esa diversidad hay un pequeño pueblo que brilla con luz propia: Isla Negra.

Con una vista privilegiada hacia el océano Pacífico, este rincón se convirtió en refugio del poeta Pablo Neruda, quien eligió vivir allí rodeado de calma y mar. El nombre no corresponde a una isla, sino a la inspiración que le provocó una roca negra que emerge con fuerza desde las aguas frente a su casa. "El mar me pareció más limpio que la tierra, por eso me vine a vivir en la costa de mi patria entre las grandes espumas de Isla Negra", escribió Neruda sobre ese encuentro con el paisaje.

Entre mar y cultura

El corazón de este pueblo late en la Casa Museo de Pablo Neruda. Allí se conserva parte de su mundo: colecciones marítimas, objetos personales y recuerdos que revelan su vínculo profundo con el océano. Un recorrido por sus salas es también un viaje por la vida y la obra del escritor chileno.

A pocos pasos, la playa de Isla Negra invita a caminar junto al oleaje que golpea con fuerza las rocas. No es un lugar para nadar, pero sí para detenerse a contemplar cómo la naturaleza despliega toda su energía. A eso se suman los talleres y ferias donde artistas locales exhiben artesanías, pinturas y esculturas, reflejo de una identidad cultural que se renueva entre visitantes y residentes.

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Con apenas 1.800 habitantes, Isla Negra mantiene un ritmo tranquilo y una hospitalidad que hace sentir al viajero parte de la comunidad. La cercanía de sus pobladores permite descubrir el pueblo desde adentro, con historias y gestos sencillos que se vuelven memorables.

Sabores que cuentan historias

La experiencia no estaría completa sin probar la gastronomía chilena que se disfruta en la zona. Las empanadas son un clásico imperdible, acompañadas de vinos locales que ganan prestigio cada año.

Según la estación, los sabores cambian: en invierno predominan platos calientes como el charquicán, la cazuela o las sopaipillas con pebre, ideales para el frío costero. En verano, el maíz toma protagonismo con preparaciones como el pastel de choclo o las humitas. Y para refrescarse, nada mejor que un mote con huesillo, la bebida tradicional hecha con trigo y duraznos secos.

Isla Negra está a unos 440 km en auto desde Mendoza, lo que se traduce en aproximadamente 5 a 6 horas de viaje por carretera.

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