Presenta:

Arroz con leche como el de antes: receta paso a paso con truco final

Cómo lograr el punto justo, qué arroz conviene usar y un toque sorpresa que lo vuelve irresistible. Todos los secretos del clásico que no puede faltar en la mesa del 25.
Así se hace hoy un buen arroz con leche.
Así se hace hoy un buen arroz con leche.

No hay postre más simple y entrañable que el arroz con leche. A muchos nos conecta directo con la infancia, con la cocina de la abuela, con la cuchara de madera que no se podía tocar mientras se revolvía. Si alguna vez intentaste hacerlo y no te quedó como ese que recordás, probablemente te faltaron un par de detalles para tomar en cuenta.

Lo primero es elegir bien el arroz porque no cualquier arroz sirve. El ideal es el doble carolina, que tiene más almidón y permite que la preparación espese sin hacerse engrudo. Segundo tip: nunca se cocina directamente con leche desde el arranque. Primero se hierve con agua y una pizca de sal, como si fuera arroz blanco común, hasta que el grano esté apenas cocido. Ahí sí, se cuela el agua (si sobró) y se suma la leche caliente.

La cantidad de leche depende de cuán cremoso te guste, pero una buena proporción es 1 litro por cada taza de arroz. Se cocina a fuego mínimo, revolviendo cada tanto para que no se pegue ni se corte. En este punto entra un buen pedazo de cáscara de limón, un palito de canela y un chorrito de esencia de vainilla. No se le pone azúcar de entrada porque eso va al final.

Una vez que la leche se redujo bastante y el arroz está ultra tierno (puede llevar 40 minutos), se suma el azúcar, entre 150 y 200 gramos por litro de leche. Se revuelve bien y se apaga el fuego. El arroz se termina de hidratar con el calor residual. Si querés un final glorioso podés sumarle una cucharada de crema de leche justo antes de servir. Le da una untuosidad perfecta y rompe con lo lineal del postre clásico.

Se puede comer tibio o frío, y si querés llevarlo más allá, espolvoreá con azúcar y quemalo con soplete, tipo crème brûlée. También le podés sumar un puñado de pasas hidratadas en coñac, o dulce de leche.

El arroz con leche es de esas recetas que cuando se hacen con amor y un poco de técnica, se convierten en caricia. Imperdible para este 25 de mayo.