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Se demoran los acuerdos con Estados Unidos y Mercosur-UE pese a los récords de exportaciones

El agro argentino espera precisiones sobre la letra chica de los acuerdos, en un contexto de fuerte crecimiento de sus exportaciones y un "boom" del precio internacional de la carne vacuna.

El volumen de las exportaciones de carne vacuna marcaron un aumento superior al 26% respecto al mismo lapso de 2024.

El volumen de las exportaciones de carne vacuna marcaron un aumento superior al 26% respecto al mismo lapso de 2024.

Mientras la Unión Europea vuelve a postergar su exigencia de “libre de deforestación”, ahora al 31 de diciembre de 2026, para las exportaciones que ingresen a su territorio, sigue sin haber mayor información sobre el eventual Acuerdo UE-Mercosur que se debería firmar antes de este fin de año.

Las especulaciones no son pocas de ambos lados. Para el Viejo Continente, y escudados en Francia, los productores agropecuarios y de alimentos resisten un acuerdo con la mayor región generadora de alimentos (y sin subsidios), mientras que para compensar, aunque parezca anacrónico, Europa reclama muy fuerte por los temas ambientales, en Sudamérica, y más especialmente en la región de Amazonia, el mayor repertorio de agua dulce del planeta.

Pero también parece “demorada” la definición final sobre la letra chica del acuerdo con los EE.UU. que ya debería haberse conocido, al menos, para saber los niveles arancelarios que fija finalmente el acuerdo, y otros datos comerciales como los productos que están contemplados, las cuotas, etc.

Algo similar ocurre con la parte financiera, los alcances reales, y los compromisos para el país, mientras el Congreso insiste en revisar los documentos bilaterales.

Crecen las exportaciones

La situación se da en un momento especial de la Argentina agroindustrial, con crecimiento de las principales producciones previstas para el ciclo 25/26, y con un fortalecimiento de los precios internacionales que marcan una clara recuperación respecto a la tendencia 24/25.

Por caso, en cuanto a la carne vacuna, si bien el volumen exportado en los primeros 10 meses del año es 8,5% inferior al de igual lapso del 2024, el monto ya superó los U$S 3.155 millones, según el Rosgan. Y esto implica un aumento superior al 26% respecto a entonces, debido al fortalecimiento internacional que está registrando el producto.

Lo interesante es que la suba se da simultáneamente a la consolidación relativa también del consumo interno, que muestra un crecimiento interanual de 5%, a pesar de los mayores precios al mostrador.

Igualmente, el total de las exportaciones agroindustriales muestra hasta octubre un incremento superior al 7%, con un total de U$S 41.817 millones encabezado por los complejos sojero, carne vacuna/cueros, y el girasol. Las proyecciones indican que la agroindustria podría rondar, entonces, los U$S 50.000 millones en este 2025.

De acuerdo al análisis del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), los montos exportados mensualmente son los mayores desde 2018, y solo el maíz, la cebada, el sector vitivinícola, algodón y apicultura mostraron resultados negativos respecto al comportamiento en igual lapso de 2024, entre una cuarentena de rubros.

Por supuesto que la soja, con sus más de U$S 17.000 millones exportados en lo que va del año (+ 15,4% vs 2024) sigue liderando el comercio exterior argentino.

El clima no perdona

Mientras las agendas sigue complicadas por la cantidad de reuniones atrasadas (por las aleaciones y la política en general, los productores eran de trabajar todo lo más aceleradamente posible para completar las siembras de la nueva campaña 25/26 que también apunta para récord.

Los pronósticos, sin embargo, no son demasiado alentadores ya que después de los picos de bajas temperaturas de días pasados, ahora se prevé una nueva ola de calor para los que vienen, lo que sería coronado con nuevas lluvias el próximo fin de semana, lo cual puede complicar más a las amplias zonas ya anegadas del corazón de la Pampa Húmeda, en el norte y centro de Buenos Aires, según se destaca de los informes de Geo Clima de la Bolsa de Comercio de Rosario.

La entidad, que este jueves enfrenta elecciones con renovación de autoridades, y lista dividida (el actual presidente, Miguel Simioni no puede ser reelecto), acaba de lanzar un nuevo instrumento para el sector agroindustrial: el IACA, Índice de Actividad de la Cadena Agropecuaria, que arranca en los '90 “identificando períodos de crecimiento sostenido, desaceleración y tramos de alta volatilidad, donde inciden el contexto internacional, el clima y las políticas macroeconómicas”.

El estratégico IACA brindará información mensual del sector responsable del 20% del PBI, y el 60% de las exportaciones del país, permitiendo el seguimiento de su actividad “en tiempo real”.

A partir de este trabajo, que toma como índice base 100 al 2013, arrancando desde 30 en 1993 para llegar ahora a alrededor de 110-115 puntos, tras remontar fuertemente en los últimos años, después de la sequía 22/23 que lo desmoronó hasta 75 puntos, y merced a la quita de trabas y las mejoras relativas operadas, es fácil apreciar también el impacto de distintas medidas económicas a lo largo de las tres décadas.

Del análisis, surgen 3 etapas muy claras, con el fuerte crecimiento inicial de los '90, impulsado por la incorporación de los transgénicos (OGM), la siembra directa, los silos bolsa y la eliminación de las retenciones que duró hasta 2002, aunque el impulso continuó hasta 2008 con precios internacionales récord. Tras esto vino el “derrumbe”, especialmente por la sequía del ciclo 2008/09 y los acontecimientos de la Resolución 125 que marcaron un quiebre.

Con las lluvias, y el rechazo a la 125, vino un renovado impulso de crecimiento con un nuevo pico, cortado otra vez por la sequía 2011/2012 que terminó la menor siembra de trigo en 100 años, y la pérdida en aquella época de alrededor de 11 millones de cabezas vacunas (que nunca se recuperaron totalmente).

La eliminación de los ROEs y los DEx (Derechos de Exportación) en 2016 generó un nuevo impulso, otra vez cortado por la sequía 17/18, tras lo cual se recuperaron los niveles anteriores con producciones que rondaron los 140 millones de tn, hasta la sequía 22/23 que hizo retroceder el índice hasta los 75 puntos, para subir fuertemente a partir de entonces hasta la actualidad.

El índice, tan interesante para el análisis histórico, como útil para seguir la evolución permanente de la agroindustria, fue elaborado por uno de los equipos económicos institucionales más sólido y estable del país, armado en su momento por el destacado Rogelio Pontón, sucedido hasta hoy por Julio Calzada, y varios especialistas de distintas disciplinas.