La coexistencia gana premios: rankings mundiales coronan a bodegas chilenas del eje minero
Santa Rita y VIK lideran los listados internacionales desde el corazón cuprífero de Chile frente al Valle de Uco.
Viña Santa Rita, en Chile.
Santa RitaMendoza se encuentra en una encrucijada productiva. De un lado, observa a la Región de O'Higgins, su vecina trasandina, consolidarse como un complejo exportador de clase mundial, donde la coexistencia entre industrias resulta un pilar. Del otro, la provincia argentina, con el Valle de Uco como ejemplo, persiste en la decisión de eliminar sectores económicos estratégicos, postergando el desarrollo de su potencial integral.
Los datos comparativos demuestran que el camino de la diversificación productiva y el modelo de industrias complementarias funciona, y lo hace justo al frente. La evidencia de dos de los rankings vitivinícolas más prestigiosos del mundo resulta incontestable.
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Liderazgo global
Los indicadores internacionales ofrecen la prueba definitiva: la excelencia vitivinícola es compatible y prospera junto a la actividad minera y la agroindustria. El ranking "The World's 50 Best Vineyards 2025" coronó a la chilena Viña VIK en el número uno del mundo. Este éxito en enología y turismo ocurre en la localidad de Millahue, Región de O'Higgins, una zona clave para el desarrollo de un complejo exportador integral.
La Región de O'Higgins y el Valle de Colchagua muestran una intensa actividad minera del cobre y una fuerte potencia en la exportación agrícola. La evidencia demuestra el funcionamiento de este modelo diversificado: el corazón de la producción de cerezas, el producto chileno que copa el mercado asiático con miles de millones de dólares, concentra a sus principales actores en esta misma zona. Este éxito en el desarrollo de complejos productivos demuestra una realidad distante del debate que caracteriza a provincias como Mendoza.
La exitosa convivencia de esta agroindustria multimillonaria y la minería del cobre con la vitivinicultura de clase mundial (como VIK, junto a Montes y Viu Manent que están en el Vale de Colchagua y también están en en ranking) consolida una idea. La coexistencia exitosa entre muchos sectores productivos es posible. El territorio fomenta la inversión de capital, la tecnología y el know-how entre distintos rubros, potenciando una matriz exportadora múltiple.
El eje minero-citivinícola que conquista Forbes
La revista Forbes lleva esta confirmación al plano estratégico y empresarial. En su listado "The World’s 50 Best Wineries 2025", coronó a la Viña Santa Rita como la número uno a nivel global. Santa Rita superó a emblemáticas bodegas mundiales al cumplir rigurosos criterios de sostenibilidad, responsabilidad social e innovación.
Santa Rita es la matriz de la bodega mendocina Doña Paula Winery, la cual obtuvo el Oro Internacional en los premios Best Of Wine Tourism 2026 en Burdeos. Ambas bodegas son parte del grupo chileno Elecmetal, un conglomerado que tiene como matriz la minería y resulta líder en el sector, con ventas anuales superiores a los US$1.100 millones.
Este hecho resulta crucial: el mismo músculo financiero y estratégico proveniente de la minería que algunos frenaron Mendoza, impulsa a su bodega filial, Doña Paula, al reconocimiento global, y posiciona a la matriz, Santa Rita, como la mejor del mundo. Esto confirma la absoluta posibilidad de coexistencia exitosa de estas industrias. Demuestra que el capital minero no solo resulta compatible con la excelencia vitivinícola, sino que puede impulsar el liderazgo mundial.
La paradoja: potencial global y una decisión limitante
Mendoza mantiene una sólida posición global en vinos, con seis bodegas en el top 50 del ranking mundial de viñedos. Esto subraya el potencial y la calidad intrínseca de la vitivinicultura mendocina.
Sin embargo, al rechazar la inversión y la tecnología proveniente de industrias complementarias y compatibles, la provincia limita su propia capacidad de crecimiento. La experiencia de O'Higgins, con su convivencia exitosa de viñedos de clase mundial, minería de cobre y agroindustria de cerezas, y el éxito consecutivo en rankings globales de bodegas como VIK y Santa Rita, confirman que el modelo económico más fuerte es aquel que fomenta la coexistencia en lugar de imponer la exclusión. Mendoza tiene a la vista la hoja de ruta para una matriz productiva diversificada y globalmente competitiva. El camino hacia el pleno desarrollo pasa por adoptar la evidencia empírica que le llega del otro lado de la Cordillera.
Cifras de la coexistencia en O'Higgins
Para dimensionar la magnitud de esta convivencia productiva que Mendoza observa desde lejos, los datos de O'Higgins son contundentes. Esta región alberga a El Teniente, la mina subterránea más grande del mundo perteneciente a Codelco, que en 2024 ocupó el lugar 11 global en producción con 356.000 toneladas de cobre fino.
En el mismo territorio minero, la cereza lidera las exportaciones nacionales. Al cierre de la temporada 2024-2025, Chile exportó 625 mil toneladas de este fruto, lo que equivale a los mencionados US$3.700 millones, representando un 43% del valor total de la fruta fresca del país. Las regiones de Maule y O'Higgins agrupan el 83% de la superficie cultivada. La prueba final de esta coexistencia operativa es que cuatro de los cinco principales exportadores de cerezas trabajan desde esta área minera: Garces Fruit, Dole Chile, Verfrut y Frusan.

