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Producción nacional e importación: la clave de un negocio familiar que proyecta US$10 millones de facturación

AltoRancho prevé cerrar el año con US$10 millones de facturación, tras producir 50.000 artículos y sumar más de 80.000 importados.

Son cinco primos y crearon una empresa que combina la producción nacional con la importación de productos.

Son cinco primos y crearon una empresa que combina la producción nacional con la importación de productos.

La empresa argentina de muebles y decoración AltoRancho proyecta alcanzar una facturación de US$10 millones en 2025, con un esquema que combina producción nacional e importación de artículos de tendencia. Fundada en 2019 por cinco primos de la familia Ribatto Crespo, la firma emplea hoy a 120 personas y se consolidó como una de las pymes de mayor crecimiento en el sector.

En lo que va del año, la compañía fabricó más de 50.000 productos en su planta de Béccar y sumó más de 80.000 unidades importadas. Este modelo híbrido le da flexibilidad para sostener el abastecimiento en un mercado sujeto a restricciones cambiarias, y ciclos de apertura y cierre de importaciones.

El balance entre la producción nacional y la importación

“AltoRancho encontró un punto de equilibrio al ofrecer un producto de diseño a un precio competitivo, con entrega inmediata gracias a contar con stock disponible”, señaló Joaquín Ribatto Crespo, socio y gerente de producción. Según explicó, la estandarización de procesos en la planta les permitió aumentar el volumen sin perder la calidad del diseño.

El crecimiento del negocio también se refleja en el empleo: la empresa incrementó su plantilla en un 30 % en el último año, en un contexto de estancamiento del trabajo formal privado. La expansión se apoyó en la apertura de locales en Nordelta, San Isidro y Belgrano, además de un canal online que hoy representa una parte relevante de la facturación.

04. La fábrica en Béccar, una pieza clave para el éxito de la pyme que emplea a más de 100 personas.
La fábrica en Béccar emplea a más de 100 personas.

La fábrica en Béccar emplea a más de 100 personas.

Lucila Ribatto Crespo, socia y gerenta de importación, destacó que la clave está en sostener un balance entre ambos frentes: “Las ventajas de importar y fabricar nos permiten ofrecer variedad, precios competitivos en grandes volúmenes y, al mismo tiempo, mantenernos a la vanguardia con productos propios”.

Por su parte, Santiago Ribatto Crespo, responsable del área de marketing, subrayó que el modelo fue una respuesta a la dinámica de la economía local: “Nos desarrollamos en un país atravesado por la inflación y políticas comerciales cambiantes. Eso nos obligó a construir una estructura flexible, capaz de responder a cada coyuntura”.

Con una proyección de ventas récord y un esquema que integra producción nacional con importación, AltoRancho busca consolidar un negocio que combina escala, diseño y capacidad de adaptación a la volatilidad de la economía argentina.