La joya que resiste al avance urbano, a 30 minutos de Mendoza y es cuna de grandes vinos
En medio de la presión inmobiliaria, una privilegiada región de Luján sigue manteniendo el espíritu vitivinícola con destacadas bodegas y emprendimientos enoturísticos.

El renovado camino y por momentos todavía en obra de la Ruta Provincial 82 deja en su andar una panorámica especial a solo 30 minutos de la Ciudad de Mendoza. Se trata de la “batalla” entre el crecimiento urbano y la resistencia de históricas zonas de la vitivinicultura mendocina, donde en algunas zonas el primero de ellos parece haber ganado la guerra y en otras algunos bastiones resisten a fuerza de tradición y vinos de primera clase mundial.
Con un paisaje totalmente renovado al de algunas décadas que los memoriosos todavía tendrán en su mente, existe una zona que, pese a su extensión de apenas cuatro kilómetros cuadrados resiste a la presión inmobiliaria que no pudieron aguantar otras zonas de Luján de Cuyo. Se trata de Las Compuertas, una privilegiada y emblemática región que ha sido cuna de grandes vinos y hogar de algunas de las bodegas de mayor renombre en la actualidad.
Te Podría Interesar
Ubicado del lado Norte del río Mendoza, al oeste de Vistalba, Las Compuertas guarda una especial relación con el desarrollo agroindustrial de la provincia. El distrito debe su nombre justamente a la construcción en 1785 del dique “Toma de los Españoles”, durante el Virreinato del Río de la Plata, la primera obra de ingeniería hidráulica para los mendocinos que se hizo para regular las crecidas del cauce que lleva el nombre de la provincia y evitar así las inundaciones.
Aunque hacia finales del siglo XIX la zona era reconocida principalmente por la ganadería bovina y la producción de alfalfa, sobre todo en la zonas cercanas a la estación Blanco Encalada, una emblemática parada del tren trasandino. Desde allí se concentraba el ganada y se enviaba a Chile. Pero las condiciones únicas de suelo, clima y su privilegiado acceso al agua, más el impulso gubernamental, le dieron impulso a la industria del vino.
Al día de hoy esa tradición se mantiene y es cuna de proyectos como Finca Bandini, propiedad donde se ubicaron las compuertas originales del dique, Durigutti Family Winemakers, Riccitelli Wines, Lamadrid Estate Wines, Cheval des Andes y otros proyectos más nuevos como Maal y Cittanina, el desarrollo de Lautaro Martínez y Agustina Gandolfo. Justamente esos proyectos y otros como la destilería The Williams Casanegra han contribuido a la resistencia de Las Compuertas.
Un baluarte de la historia de la vitivinicultura
Uno de los grandes intangibles de la zona es la antigüedad que tienen sus viñedos. Para Guillermo Corona, geofísico y autor de libros especializados en la vitivinicultura como “Geografía del Vino” y “Raíces del Vino”, esta zona es “refugio de la viña vieja” por la cantidad de plantaciones centenarias que se pueden encontrar.
Para el experto, la extensión de sólo 330 hectáreas planteadas lo convierten en “un microterruño que se puede recorrer en media hora”. “Es un espacio de dos kilómetros por dos kilómetros que es el refugio de la viña vieja. El 30% de lo que hay plantado es viña centenaria y el 80% es viña vieja. No existe otro terruño con esas características. Allí sobrevive el viñedo y también la parte cultural”, destacó Corona.
Otra de sus curiosidades es que esas 330 hectáreas cultivadas no tienen posibilidad de extenderse, pese a que su superficie total es de casi 1.000 hectáreas y su privilegiado acceso al riego, por su cercanía al río Mendoza. Como en muchas otras zonas de Luján de Cuyo y de la provincia, el Malbec es el varietal más plantado, pero también es posible encontrar algunas “joyas” inéditas, como la Criolla o el Cordisco, y otros más tradicionales como el Cabernet Franc o Bonarda.
La presión inmobiliaria, el gran enemigo
Con el caso testigo de su vecino inmediato Vistalba como gran antecedente, la presión inmobiliaria es uno de los grandes temores de la vitivinicultura de la zona. En una reciente entrevista con MDZ Online, Juan Bruzzone, enólogo de Fabre Montmayou, bodega que posee viñedos en Las Compuertas, aseguró que es fundamental “seguir defendiendo con uñas y dientes” los viñedos de la zona.
De todas maneras, planteó que es comprensible que productores elijan vender sus cultivos dados los bajos rendimientos que dan las viñas viejas y la baja rentabilidad. “En el caso de Vistalba, la viña que rodea nuestra bodega, por ejemplo, fue plantada originalmente en 1908. Son viñedos irremplazables por la calidad que ofrecen, pero naturalmente producen apenas entre 4.000 y 5.000 kilos por hectárea. ¿Quién puede sostener eso? Solo una empresa que tenga cómo valorizar esa uva a través de un producto terminado. Un productor independiente difícilmente pueda subsistir con esos rendimientos, porque nadie le paga lo suficiente ni siquiera para cubrir los costos”, contó.
“Entiendo el cambio, porque es una realidad, la presión inmobiliaria existe y el valor de la tierra para urbanizaciones es mucho más alto que la rentabilidad que deja un viñedo. Aun así, no deja de ser triste. En nuestro caso, afortunadamente, tenemos nuestros propios viñedos, no solo en Vistalba sino también en Las Compuertas, la zona vecina. Cuando Vistalba desaparezca, Las Compuertas será lo que siga, y mientras tanto, seguiremos defendiéndolos con uñas y dientes, todo el tiempo que podamos”, completó sobre lo que está sucediendo en varios distritos de Luján de Cuyo.