Inteligencia artificial: Argentina es uno de los países que más empleo perdió por la automatización
Más de las mitad de las empresas argentinas despidió empleados a causa de la inteligencia artificial y se agranda la brecha para los trabajadores jóvenes

La irrupción acelerada de la Inteligencia Artificial (IA) está teniendo un impacto particularmente profundo en el mercado laboral argentino. Según un nuevo estudio global de IDC encargado por Deel, Argentina se ubica entre los países con mayor nivel de desplazamiento de puestos laborales a causa de la automatización.
Un 53 por ciento de las organizaciones locales afirma que ya eliminó funciones por completo, lo que implica despidos y menor empleo, debido al avance de la IA. El dato coloca al país al mismo nivel que Nueva Zelanda y por encima de economías desarrolladas como Estados Unidos.
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El estudio —basado en encuestas a 5.500 líderes empresariales de 22 países— confirma que la transformación laboral global avanza rápido, pero en la Argentina el impacto es particularmente sensible en los trabajadores de nivel inicial. Dos de cada tres compañías prevén reducir la contratación de personal sin experiencia, lo que profundiza la dificultad para ingresar al mercado laboral y recorta las trayectorias tradicionales de crecimiento profesional.
El 71 por ciento de las empresas consultadas señala que la reducción de tareas iniciales por automatización dificulta la formación de futuros líderes. A esto se suma que el sesenta y nueve por ciento observa menos oportunidades de desarrollo para empleados junior. Los sectores más afectados por esta tendencia en el país son medios de comunicación, comercio minorista, salud, servicios profesionales y logística.
La disminución de puestos “puente” —aquellos que permitían adquirir habilidades básicas dentro de una organización— genera un desafío estructural para el mercado laboral argentino, que depende históricamente de las posiciones de entrada para formar talento.
En paralelo, el estudio revela que el sesenta y siete por ciento de las organizaciones en la Argentina ya invierte en programas de formación en IA para actualizar a sus equipos. Aunque se trata de un avance significativo, las compañías enfrentan obstáculos que frenan el ritmo de adaptación: baja participación de los empleados, limitaciones presupuestarias y dificultades para encontrar instructores con experiencia.
La falta de talento especializado también se volvió un problema crítico. El 62 por ciento de las empresas argentinas declara no encontrar profesionales calificados en IA, una de las cifras más altas de la región.
La distancia entre promesa y práctica es cada vez más visible cuando se habla de inteligencia artificial.
Nuevas habilidades laborales y presión salarial
El informe confirma un giro profundo en las habilidades que buscan las empresas locales. Solo el 5 por ciento considera imprescindible un título universitario para roles de entrada. Por el contrario, se imponen: certificaciones técnicas en herramientas de IA, pensamiento crítico y resolución de problemas, habilidades de comunicación y colaboración.
La demanda por especialistas también está modificando la estructura salarial: en línea con la tendencia global, las empresas argentinas ya están dispuestas a pagar entre un 25 y 100 por ciento más por perfiles de IA frente a otros puestos tecnológicos.
Mientras el impacto laboral avanza, el entorno regulatorio argentino sigue sin acompañar. Solo el 16 por ciento de las organizaciones se considera “muy familiarizada” con las normas locales sobre IA y apenas el veintidós por ciento cuenta con políticas internas que regulen su uso. La ausencia de reglas claras aumenta los riesgos de uso indebido, ralentiza la innovación y expone a las compañías a dilemas éticos y de cumplimiento.
El informe de IDC subraya que la Argentina enfrenta uno de los procesos de transformación laboral más intensos del mundo: altos niveles de desplazamiento, escasez de talento, menor ingreso de jóvenes al mercado y débil infraestructura de formación. Sin embargo, también destaca que el país avanza con inversiones crecientes en capacitación y adopción de IA, un paso clave para sostener la competitividad.
La velocidad del cambio obliga a las empresas argentinas —y al sistema laboral en general— a redefinir cómo se forman, se retienen y se desarrollan los trabajadores. La adaptación, coinciden los especialistas, será determinante para evitar que la brecha de habilidades se agrande y para asegurar que la IA impulse una oportunidad de crecimiento y no un factor de exclusión.
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