El lado B de la banda cambiaria: economistas anticipan caída del consumo y altas tasas de interés
Mientras el Gobierno inaugura con optimismo una nueva etapa de su plan económico, los especialistas advierten por el impacto de las medidas. Qué puede esperarse para las próximas semanas.
Finalmente llegó a buen término el acuerdo con el Fondo Monetario Intencionalidad (FMI) y, junto al ingreso de los US$12.000 millones correspondientes al nuevo paquete de asistencia financiera, arrancó la fase 3 del plan económico del gobierno de Javier Milei, con su jugada estrella: el tipo de cambio con flotación entre bandas.
Más allá del optimismo oficialista, los economistas analizan el nuevo escenario y proyectan una caída del crecimiento de la actividad económica en el futuro cercano.
Entre las principales consecuencias negativas que detallan los expertos se encuentra la suba de las tasas de interés para los créditos en dólares y en pesos. El fenomenal aumento que registraron estos productos financieros daría un giro, al punto que el crédito perdería su atractivo luego de la aplicación del nuevo esquema de cotización de divisas, debido al aumento en los costos.

“Las tasas van a ser más volátiles y probablemente más elevadas en términos reales”, advirtió al diario Ámbito Financiero, Sebastián Menescaldi, director de la consultora EcoGo. Desde su punto de vista, la devaluación impactará directamente sobre el recargo que deben abonar aquellas personas o empresas que tomen un préstamo. De esta manera, la tendencia al alza de este tipo de operaciones no será la misma que en 2023.
”El cepo antes te permitía tener financiamiento barato en pesos, pero dado que las personas físicas pueden arbitrar, deberías tener tasas en pesos más altas, y eso va a impactar en el crédito nuevo y la economía. “Probablemente el crecimiento se va a achicar”, explicó el experto.

Otra de las voces autorizadas que mostró preocupación por el desenlace del plan del Gobierno fue Haroldo Montagu, líder de la consultora Vectorial. Desde su experiencia y conocimiento entiende que la flotación entre bandas tendrá dos consecuencias principales: la pérdida de la capacidad adquisitiva y el enfriamiento de la economía. “Habrá menos ingreso disponible para destinar al consumo y por ende una caída en la actividad”, sostuvo.
“No hay que celebrar un dólar tan bajo”, aseguró Orlando Ferreres, quien alertó sobre la dificultad que la nueva cotización de la divisa puede generar para abastecer las reservas del Banco Central de la República Argentina. Días atrás, el economista se aventuró y anticipó que la inflación podría llegar a tocar el 5% en abril.

Del análisis de los expertos surge otra bandera roja a tener en cuenta: las exportaciones. Si bien una desvalorización del peso puede provocar un aumento en el volumen de productos que se venden al exterior, contribuyendo a equilibrar la balanza comercial, las materias primas que se despachan desde Argentina dependen de los precios internacionales.
La disputa comercial entre Estados Unidos y China, principalmente a raíz del esquema de aranceles que impuso Donald Trump, afecta directamente la cotización y la demanda, tanto de los commodities agrícolas como de los bienes manufacturados que se comercian en todo el mundo.
“Esta devaluación tampoco impactaría en mayores exportaciones, considerando que hubiese sido una consecuencia positiva”, afirmó Montagu sobre este punto del análisis.

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