Mercado vitivinícola

Crisis mundial de consumo de vino: un experto reveló que tienen que hacer las bodegas argentinas para exportar más

Un reciente informe mostró el oscuro panorama por el que están pasando los mercados mundiales de vino. Los contundentes números de la caída del consumo y qué deberían hacer los productores argentinos.

Sol Devia
Sol Devia viernes, 9 de agosto de 2024 · 20:30 hs
Crisis mundial de consumo de vino: un experto reveló que tienen que hacer las bodegas argentinas para exportar más
Más allá del complejo panorama que presenta el país y el mundo para el vino, las bodegas tienen oportunidades de crecimiento. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

La crisis mundial en el consumo de vino es un secreto a voces para la industria. Desde hace ya años, con un paréntesis para la pandemia de coronavirus, el consumo en todo el mundo viene en declive, achicando cada vez más los márgenes de ganancia para las bodegas, no solo de Argentina, sino de todo el planeta. Puertas adentro, la pregunta pasa por cómo pueden los productores argentinos por medio de las exportaciones salir ganando o lo menos golpeados posible de la caída en los principales mercados mundiales. 

Para discutir al respecto, Bodegas de Argentina (BdA) y Banco Supervielle realizaron un encuentro con referentes de la industria para analizar la situación global, donde Javier Merino, responsable del Centro de Estudios Económicos de Bodegas de Argentina (Ceeba), expuso el Informe Estadístico del Sector Vitivinícola del Primer Semestre de 2024. 

El complejo contexto mundial

Los números expuestos por Merino son contundentes. En primer lugar, la facturación de las bodegas argentinas ha caído un 41,8% desde 2010 a mayo de 2024, llegando a un valor mínimo histórico. Esto se ha dado tanto en volumen, con 20,3% menos, como en valor, con una merma de 26,9% en ese periodo. Como lo señaló el experto, esto tiene influencia de factores internos y externos, la recesión de la economía argentina es uno de ellos, pero también afectaron la retracción del mercado mundial y la inflación y la falta de competitividad de los vinos de nuestro país. 

Ante este panorama, un dato a marcar es que desde diciembre de 2023 las bodegas argentinas parecen haber cambiado su estrategia comercial aumentando el precio promedio general luego de un largo periodo de caída, pero con menores volúmenes exportados. Sin embargo, este aumento en la facturación no se advierte como un fenómeno sostenido. De todas formas, la facturación de los últimos meses a la exportación fue mejor que los dos últimos años. 

La caída de la facturación de las bodegas en los últimos 15 años. (Captura informe Ceeba)

Este escenario para las exportaciones se combina con un alicaído mercado doméstico. Hoy en día, la facturación del mercado local es casi la mitad de lo que era una década atrás, con caídas de precios tanto en las líneas más bajas como en las gamas más altas de precios. Asimismo, el volumen despachado en el país está en su piso histórico, con 89 millones de cajas de 9 litros a mayo de 2024. 

De acuerdo al análisis de Merino, el mercado doméstico presenta poco espacio para la expansión de las bodegas, por lo que las empresas habrían de volcar sus esfuerzos para competir en el mercado internacional. 

Sin embargo, los números marcan que las bodegas argentinas no la tienen nada fácil: entre 2023 y 2024 el país está ante la menor facturación en más de dos décadas. A su vez, el volumen en 2024 es el más bajo, con 23 millones de cajas sumando embotellado más granel. Por otra parte, los precios promedios se ubicaron este año en promedios similares a los de la última década, pero con la discontinuidad de las franjas de precios más bajos en muchos mercados. 

Otro dato marcado por Merino es que en los tres mercados más relevantes para el vino argentino, que representan el 48% de las exportaciones, han tenido bajas en el último año (Estados Unidos, Reino Unido y Brasil). Así mismo, los tres tipos de vino más exportados (90% sobre el total) tienen saldo negativo en 2024: Malbec, Cabernet Sauvignon, Blends y otros. 

(Captura informe Ceeba)

Cómo salir fortalecidos de la crisis

Para Merino, algunos de estos datos que se presentan como negativos pueden interpretarse como una oportunidad para las bodegas para crecer en las exportaciones, pero para eso, deben adecuar su plan exportador a las tendencias mundiales y las demandas específicas de cada mercado.

De acuerdo al informe presentado por Centro de Estudios Económicos de Bodegas de Argentina, se pueden señalar cinco tendencias correspondientes al análisis de las consultoras más respetadas para el sector. Las mismas deberían ser tenidas en cuenta por las bodegas para diseñar futuras estratégias para la exportación y así aprovechar el contexto mundial a su favor.

Primero, la demanda global de vino continúa estancada: “Si bien el consumo de vino ha experimentado un crecimiento constante en las últimas décadas, la tendencia parece estar estabilizándose o incluso disminuyendo en algunos mercados maduros. Esto presenta un desafío para los exportadores, quienes deben encontrar nuevas formas de impulsar la demanda y diferenciarse de la competencia o poner en marcha estrategias más agresivas para desplazar competidores”, explicaron al respecto.

Segundo, el crecimiento de los mercados emergentes: “Se observa un aumento del consumo de vino en países como China, India y Brasil, lo que presenta oportunidades significativas para los exportadores que pueden adaptarse a los gustos y preferencias de estos nuevos mercados”. 

La tercera tendencia es que la popularidad de los vinos tintos ha cambiado: si bien siguen siendo los más populares del mundo, los vinos rosados y espumantes están ganando terreno, sobre todo en los más jóvenes. 

Otra tendencia es el mayor interés por la sostenibilidad: “Los consumidores son cada vez más conscientes del impacto ambiental y social de sus elecciones de compra, lo que impulsa la demanda de vinos producidos de manera sostenible”, señalaron en el informe. 

Por último, el crecimiento del comercio electrónico: su auge presenta a los exportadores nuevos canales para llegar a los consumidores y expandir su alcance. En este aspecto, Merino señaló que las bodegas deben preguntarse qué están haciendo para mejorarlo y cuánto invierten en este aspecto. 

Con estas cartas sobre la mesa, las proyecciones indican que en 2024 y los próximos años la competencia mundial de vino se tornará más feroz, ya que se espera que el mercado continúe creciendo a un ritmo moderado, impulsado por los mercados emergentes. Por tal motivo, las bodega deberán trabajar en cinco aspectos: diferenciación, sostenibilidad, marketing digital, adaptación a los gustos locales y fortalecimiento de marca. 

Como lo señaló el experto, todos estos datos podrían ser una buena noticia para los productores argentinos, ya que en todas las tendencias, las bodegas no han llegado al máximo de su potencial, por lo que todavía tienen mucho terreno por recorrer y mercados por conquistar en estos aspectos. Así mismo, destacó que para ello es necesario la inversión, sobre todo en activos intangibles. 

La recomendación de Merino a las bodegas es concentrarse en aspectos tales como la elaboración de vinos de alta calidad, la diversificación de la oferta, hacer inversiones en marketing y formar alianzas estratégicas con importadores, distribuidores y minoristas en sus mercados objetivos. 

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