Cosecha gruesa: el dato que enciende las alarmas en el Gabinete de Javier Milei
De cumplirse el pronóstico de siembra de maíz 2024/25, se estaría frente a una reducción relativa del área, algo que no ocurre hace 17 años. Las razones detrás de estas preocupantes estimaciones.
La ventana de siembra de los cultivos de verano (maíz, soja, sorgo) en el país comienza a fines de agosto y se extiende hasta noviembre en el caso de la oleaginosa. Por eso ya empiezan a conocerse algunas estimaciones de lo que puede suceder con estos cultivos esenciales para las exportaciones y la liquidación de divisas.
Este jueves la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) reveló en su último informe que el área sembrada de maíz caería un 21%, lo que implica un equivalente a 2 millones de hectáreas.
Estas proyecciones responderían a dos factores clave: por un lado, la incertidumbre del clima; y por el otro, el impacto de la chicharrita, la plaga que en la última campaña afectó a las plantaciones de maíz. En este sentido, enfatizaron en que "de materializarse estas primeras intenciones de siembra, no habría habido una reducción relativa de área de esta magnitud en 17 años en este cereal".
Cabe recordar que, desde el ciclo 2014/2015 el maíz tuvo nueve campañas consecutivas en las que el área no paró de crecer hasta el reciente 2023/24 cuando marcó un récord de siembra.

Cabe destacar, que, el campo es el principal generador de dólares gracias a sus exportaciones. Como efecto dominó, sin el nivel de siembra es menor, ingresarán menos divisas al país, y por ende, también se verán afectadas las arcas del Banco Central. Esto representará un dolor de cabeza para el presidente Javier Milei, cuyo Gobierno enfrenta importantes vencimientos de deuda en 2025 y constantemente está peleando contra la fuga de dólares.
Siembra: cuál es la situación en cada región
En el norte del país los rindes han caído entre un 50 y 70% y las pérdidas van del 25 al 60% del área total cultivada. Chaco y Santiago del Estero son las dos provincias más afectadas con intenciones de siembra que se desploman hasta un 80%.
"Allí manifiestan que esta campaña es definitoria para gran parte del sector: no pueden fallar este año para seguir en el negocio de la producción agrícola", advirtieron.
En el centro y norte de Córdoba y Santa Fe, las pérdidas de área (superficie que no pudo ser cosechada) por los efectos de la chicharrita van del 20 al 35%. La caída en la intencionalidad de implantación manifestada va de 30 a 50% en las zonas mencionadas.
Siguiendo la información brindada por el Siber, de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, la caída en la intención de siembra de maíz estaría en torno de 30%. Lo mismo se manifiesta en la región núcleo. El centro y sur de Buenos Aires y la provincia de La Pampa no han registrado el impacto del achaparramiento que conlleva la chicharrita en los rindes de la campaña 2023/24 y, en principio, manifiestan una intención de siembra 2024/25 similar a la de la campaña precedente.
¿Qué pasa con la chicharrita?
La chicharrita afecta principalmente a las siembras tardías y los peores efectos se han visto en los lotes sembrados después del 10 de diciembre. En este orden, la Bolsa de Cereales precisó que en la campaña 2023/24 se sembró el 65% del maíz en forma tardía, esto es, después del 15 de noviembre.
La incertidumbre respecto de la población de chicharrita y los efectos sufridos por esta enfermedad son los principales motivos manifestados para querer evitar estas fechas de siembra.
Nivel de precipitaciones
Ello lleva a que se dependa aún más de las lluvias de septiembre y octubre en un año en el que se espera que comience a actuar una "Niña" moderada a partir de setiembre/noviembre. Por lo que, según el informe, "es muy importante entender que las intenciones manifestadas pueden cambiar ante buenas lluvias, o su ausencia".
En los primeros días de agosto hubo lluvias importantes sobre el este del país, sobre todo en Buenos Aires, que permiten seguir estimando 6,7 M ha sembradas con trigo en toda Argentina. Aún está sembrándose trigo, los últimos lotes, en Buenos Aires y La Pampa, con grandes expectativas productivas.

Más allá del deterioro por falta de agua y fuertes bajas temperaturas en el oeste del país, existen buenas perspectivas de alcanzar una muy buena campaña de trigo en Argentina para el ciclo 2024/25. Con 6,72 M ha de superficie sembrada con trigo y un área promedio no cosechada de 200.000 ha, se continua proyectando una producción de 20,5 Mt.
Cabe destacar que, en las últimas cuatro campañas las lluvias de septiembre han estado bastante lejos de cumplir con las estadísticas mensuales de precipitaciones. El de este año plantea un panorama muy difícil y de alta incertidumbre para el maíz, que se ve reflejado en un fuerte retraso de ventas de insumos. Aún en el mejor de los casos, en el que llueva en la primavera como el sector espera, gran parte de la siembra maicera argentina quedaría concentrada en fechas tempranas y con un alto riesgo climático ante falta de lluvias en el periodo crítico, es decir, entre diciembre y enero.

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