Entremedios

Javier Milei necesita con urgencia un puente entre lo viejo y lo nuevo

El Gobierno de Javier Milei está travesando una fuerte turbulencia luego del escándalo de los alimentos y en una semana a puro acuerdo para sacar adelante la Ley Bases.

Damián Fernández Pedemonte
Damián Fernández Pedemonte domingo, 9 de junio de 2024 · 07:03 hs
Javier Milei necesita con urgencia un puente entre lo viejo y lo nuevo
Presidente Javier MIlei. Foto: NA

Para Freud los lapsus lingüísticos son interferencias del inconsciente que nos llevan a expresar lo que realmente sentimos, pero no querríamos que se supiera. Algo de esto le debe haber pasado a Guillermo Francos cuando se refirió a su ascenso como Jefe de Gabinete ante los medios: “el Presidente me elige a mí porque se da cuenta que con la política argentina a él se le hace complicado porque no la entiende”. 

Javier Milei no sólo no entiende de esa política, sino que no le interesa entenderla, le aburre. El Presidente se dedica a trazar el rumbo económico, lo único que le ocupa, hacia el desiderátum libertario del Estado mínimo. Empoderar a Francos como puente con el sistema político es un buen signo, aunque es más que probable que no alcance. 

Guillermo Francos, jefe de Gabinete. Foto: NA.

La crisis que dejó afuera a Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, como toda crisis implicó una reacomodación del poder, como dice Luciano Elizalde, es decir, de los puntos que los diferentes funcionarios hacen frente a Milei (mientras que los funcionarios que quedan se preguntan quién será el próximo en caer en desgracia). 

El Presidente se dedica a trazar el rumbo económico, lo único que le ocupa

A Milei solo le interesa la macroeconomía y es en el único terreno donde dispone de cucardas para premiar al “rockstar”, el Ministro de Economía, Luis Caputo. Todo el resto lo había delegado en el Ministerio de Capital Humano armando para Sandra Pettovello, a quien, por lo menos, le queda muy grande el engendro, que abarca nada menos que Educación, Trabajo, Cultura y Niñez, Adolescencia y Familia, entre otras áreas. En todas ellas hay graves conflictos sociales no resueltos. Milei está enfrentado con el sistema político entero y apuesta todo a la su alianza con sus seguidores, por un lado, y con eventuales inversores que no dudarían en apostar por él cuando el déficit y la inflación estén controlados. No hay más intermediarios de esta doble alianza, con el pueblo y con los empresarios, contra la casta. 

La rebelión del público, reciente libro del experto en geopolítica Martin Gurri documenta (a través de los ejemplos de la primavera árabe, Indignados, Occupy Wall Street entre otros movimientos), la irrupción en el mundo de audiencias digitales informadas y movilizadas que se levantan contra la autoridad. Se trata de la indignación de la gente de la “Frontera” (que no llega con un programa de gobierno alternativo) contra el “Centro” (instituciones, sistema político, autoridad de políticos, periodistas, intelectuales, etc.). Según esta descripción Milei sería un emergente de la Frontera que llegó al poder. En una entrevista periodística Gurri ha dicho sobre él: “Si uno es anti-institucionalista y es elegido al mando de las instituciones, ese es un problema que muy pocos populistas o gente de la frontera ha podido resolver. Si hablamos de Milei, yo creo que él es diferente por dos razones. Primero, él no se considera populista. Él ataca a los kirchneristas por ser populistas. Segundo, tiene un programa libertario, puede ser que lo ponga o no, pero es un programa”.

La rebelión del público Martin Gurri.

Podrían contestarse ambas diferenciaciones. Ningún populista acepta el rótulo de populista, tampoco lo aceptaba Cristina Kirchner. Pero desde una perspectiva discursiva Milei cumple punto por punto con la caracterización del populismo de derecha: creación del enemigo, división de la sociedad en dos bloques, violencia verbal, contacto directo con el pueblo a través de las redes sociales, ir contra los medios…Es verdad que tiene unas metas libertarias, pero no está claro que tenga un programa -un método realista- para alcanzarlas. Un obstáculo importante para ello es que es el único libertario integral, incluso dentro de su gobierno. Los empresarios seguramente han visto en Milei la oportunidad que se les abre con un líder pro mercado en el poder, aunque no suscriban el dogma libertario. 

Luego del escándalo de los alimentos el gobierno está en un punto de quiebre. Necesita de la casta para destrabar la gestión, para convencer a los inversores sobre la gobernabilidad, para darle señales concretas cuanto antes a una mitad de la población que deposita mucha o algo de confianza en él -y sólo en él- a pesar de coincidir todos en estar pasándola mal. 

Aunque se hizo público el último mes –pasó de escándalo circunscripto a escándalo mediático según John Thompson- el reclamo por el reparto de alimentos viene desde principio de año: Juan Grabois presentó la denuncia de que no estaban repartiendo 5 millones de kilos de alimentos en febrero. A partir de esa denuncia el juez Casanello le dio un plazo al ministerio de Capital Humano para que presente un plan de distribución. El gobierno apeló, pero desde Comodoro Py le dijeron que las medidas cautelares deben ser cumplidas mientras se resuelve el fondo. En el ínterin Petrovello le pidió la renuncia a Pablo de la Torre, secretario de Niñez, Adolescencia y Familia (abultando los más de 30 funcionarios que se le fueron en seis meses) y luego lo denunció ante la Oficina Anticorrupción por contratación irregular de funcionarios a través de la OEI. La letrada del Ministerio, Leila Giani (quien fue funcionaria de Cristina, de Macri, de Alberto Fernández y militó la campaña de Massa), protagonizó una escandalosa audiencia con Grabois, a quien la justicia le dio la razón

Sandra Pettovello. Foto: NA.

Luego del escándalo de los alimentos el gobierno está en un punto de quiebre.

El relato del Gobierno fue contradictorio e inverosímil: primero dijo que no iban a cumplir con la orden judicial de repartir los alimentos porque los comedores destinatarios eran truchos o porque estaban destinados a emergencias, luego que no había alimentos a punto de vencer, que la mayor parte era yerba, que eran productos de mala calidad. De golpe mandó repartir los alimentos de manera inmediata, a través de CONIN y el ejército. Cuando la justicia allanó los depósitos encontró leche por vencer en julio, faltantes y contradicciones en los registros. 

Esta crisis tiene todos los elementos de los escándalos de corrupción atribuidos a la casta (denuncias cruzadas de corrupción, falta de transparencia, incumplimiento de los deberes del funcionario público) y es mayor que la otras que llevaron el Gobierno a ceder al detectar su impacto social: la de los aumentos desproporcionados de las prepagas, la de la financiación de universidad pública. Ahora se trata de la comida para los chicos pobres (que en la Argentina son 6 de cada 10). 

Javier Milei está siendo eficaz en exhibir la ineficiencia y la corrupción de la política kirchnerista: la mayor parte de la población no quiere volver ahí. Para poner gobernar hace falta poner algo nuevo donde lo viejo ya no funciona: ya vemos lo que pasa cuando la política se retira de golpe de las áreas más sensibles de la sociedad: el desamparo, primero, y quedar los vulnerables a merced del narco y la violencia social, después. Si esa articulación política entre lo viejo y lo nuevo quedó en manos de Francos, pronto veremos si esa mediación alcanza y si llega a tiempo.  

Damián Fernández Pedemonte.

Damián Fernández Pedemonte (Investigador de la Escuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral y en el CONICET)

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