Repercusiones del paro: qué dicen los empresarios y cuál es el escenario futuro
Las cámaras empresarias rechazaron la medida de fuerza y, en cambio, solicitaron mejorar el debate por los carriles adecuados. Además, esperan señales del Gobierno y un programa económico concreto.
En medio de una importante puja redistributiva y de reformas radicales que se discuten en el Congreso, la postura de los empresarios es contraria al paro nacional planteado por la CGT. Sin embargo, no se trata de un cheque en blanco debido a que la situación económica es compleja y muchos no ven modificaciones que vayan en pos de mejorar la competitividad privada. Es que la caída en todas las actividades es importante y se combina con aumentos excesivos de costos sin soluciones específicas al respecto.
Más allá de esto -y como tradicionalmente suele ser- las cámaras empresarias se pronunciaron en contra de la medida de fuerza. El argumento principal tiene que ver con que el Gobierno acaba de asumir y que es importante darle tiempo, en especial porque ganó con más del 55% de los votos. Por otro lado, argumentan que la nueva gestión ha puesto sobre la mesa de discusión temas clave y que, más allá de estar de acuerdo o no, se debaten en el Congreso con los legisladores elegidos por los ciudadanos para tal fin.
Desde la Federación Económica de Mendoza (FEM) calificaron al paro como "extorsivo" porque, entre otras cosas, parece desconocer la legitimidad del Congreso para llevar adelante la discusión. "Nos guste o no, este Gobierno ha planteado un debate y no se puede decir que no se va a discutir y que, en cambio, se va a hacer paro", destacó Diego Stortini, vicepresidente de la FEM. Tanto desde esta entidad como desde otras cámaras empresarias instan a sostener el trabajo, así como las fuentes laborales.
El contexto actual no lo hace sencillo debido a las dificultades actuales a las cuales ni el DNU ni la ley ómnibus plantean una salida cierta. Por ejemplo, en el sector de la construcción a nivel nacional y por el freno absoluto de la obra pública, las empresas están en una situación muy difícil, debido a que ya han comenzado los despidos por la incertidumbre sobre lo que puede pasar. "Hay pánico en este sentido y los que quedan quieren resguardar las fuentes de trabajo", comentó un empresario del sector.
Tal vez por este motivo, el comunicado de la Confederación de Pymes Constructoras de Argentina (CPC) se adhiere a lo planteado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME): "Consideramos que el paro general implicará una pérdida económica importante para el sector productivo y comercial de nuestro país y, en consecuencia, para los trabajadores". Desde esta entidad agregaron que más allá de que respetan el derecho a huelga, entienden que la salida a una situación tan crítica como la actual no es a través de un paro sino del diálogo.
Desde la Cámara y la Federación Argentina de Supermercados (CAS y FASA) también rechazaron la medida de fuerza y reiteraron su apoyo al DNU y a los cambios en el área laboral. A través de un comunicado también agregaron que avalan el proceso que recién comienza, sin dejar de lado las críticas proactivas. "Trabajemos juntos y con objetivos comunes, más allá de personalismos e intereses políticos, sectoriales y/o corporativos", expresaron los supermercadistas.
Por su parte, la Unión Industrial de Mendoza (UIM) coincidió con la importancia de sostener la actividad en un contexto como el actual. Por este motivo, instó tanto a los trabajadores en relación de dependencia como los autónomos y sindicatos a sostener el trabajo en líneas generales. Una mirada similar planteó la Asociación Mendocina de Expendedores de Naftas y Afines (Amena) que destacó que "la única manera de levantar al país es trabajando".
Perspectivas inciertas
Más allá del rechazo generalizado a la medida de fuerza, del pedido de diálogo y de mayor tiempo a un Gobierno que acaba de asumir, los empresarios no niegan dificultades. De hecho, explicaron que hoy existen varios frentes abiertos, sin que haya señales concretas por parte del Gobierno. Hay sectores como el de turismo o farmacia que tienen sus propias batallas –con medidas judiciales en el último caso- para evitar las modificaciones que plantea la desregulación de la economía por considerarlas "perjudiciales" tanto para el rubro como para la ciudadanía en general.
Sin embargo, además de la compleja situación de las constructoras nacionales que se han quedado sin trabajo de un momento a otro, casi todas las áreas de la economía esperan alguna señal además del ajuste y la desregulación. Diego Stortini, también empresario vitivinícola y hotelero, destacó que los costos se han incrementado de manera desmedida por la devaluación y la inflación, tanto en dólares como en pesos. "Estamos en el peor de los mundos y se corre el riesgo de un 'industricidio'", graficó Stortini.
Es que el reacomodamiento en precios relativos impactó fuertemente en los costos de los que producen valor agregado con la dificultad para aumentar precios debido a la recesión. Se trata de una pérdida de competitividad, también para los mercados externos en donde todavía no hay perspectivas claras. Esto es porque hasta el momento la desregulación no se ve compensada ni por medidas de alivio fiscal, más bien lo contrario, ni por menores impuestos al trabajo, ni por nuevas leyes de trabajo (en la justicia). Tampoco se ve, entre otros reclamos, una apertura para fomentar la competencia y bajar precios en el área (muy monopolizada) de insumos importados.
A sabiendas de que la situación actual y futura será compleja, tanto para trabajadores como para empresarios, desde Amena destacaron que la mayoría de las estaciones de servicio es explotada por pymes que generan empleo genuino. Desde el sector también esperan una disminución en las ventas por la recesión, más allá de la conformidad por la actualización de precios que estaban desfasados. "Bregamos por una construcción entre todos los sectores de la economía mediante el diálogo y el trabajo conjunto", expresaron los estacioneros.