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El ritmo de la devaluación, punto de discordia en la negociación entre el FMI y Argentina

El acuerdo por un nuevo programa de Facilidades Extendidas entra en terreno de definiciones, pero aún hay importantes "cabos sueltos". El país necesita dólares contantes y sonantes, pero del otro lado reclaman políticas que el Gobierno duda en implementar en medio de la campaña electoral.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño martes, 4 de julio de 2023 · 13:30 hs
El ritmo de la devaluación, punto de discordia en la negociación entre el FMI y Argentina
Las negociaciones con el Fondo siguen su curso pero Argentina necesita cerrar un nuevo programa lo antes posible para garantizarse dólares frescos. Foto: EFE

Para Argentina, el ritmo de devaluación del peso con la estrategia del crawling peg (deslizamiento gradual y controlado del tipo de cambio) es el adecuado y estaría mostrando resultados. Y, si bien podría acelerarse, puede mostrarse que con los datos de junio se logró superar la devaluación real contra la inflación y la evolución del tipo de cambio alternativo y los dos financieros, MEP y CCL.

Para el Fondo Monetario Internacional (FMI) la situación es diferente. El staff técnico del FMI considera que el ritmo de devaluación del peso contra el dólar oficial mejoró el tipo de cambio real, pero a una velocidad acumulada en el año mucho menor a la inflación, y sin poder de reacción a una evolución hacia el resto de 2023.

La diferencia de criterio es esencial para resolver el capítulo clave para cerrar el próximo acuerdo que reemplace el programa de Facilidades Extendidas vigente: con este nivel de tipo de cambio y de ritmo devaluatorio del oficial, es imposible que el organismo que conduce Kristalina Georgieva pueda aceptar girar unos U$S 10.000 millones para solucionar las presiones sobre el mercado local. Y, en todo caso, sólo se podrían negociar los vencimientos actuales y la devolución de unos U$S2.800 millones. Pero no mucho más.

Duras negociaciones con escasos resultados, por el momento. 

La hora señalada

Con el problema sobre la mesa, habría llegado así el momento que el equipo económico tome una decisión política sobre el acuerdo con el FMI que deberá regir hasta fin de año.

Este es el escenario sobre el que las partes negocian en el marco de la décima jornada de negociaciones entre Argentina y el Fondo. Y, se presume, que si bien podría no ser la última, hacia el viernes podría comenzar a definirse un acuerdo final que sucederá hasta fin de año al programa de Facilidades Extendidas firmado en marzo del 2022, y que tendrá una versión extendida hasta diciembre.

Luego, las partes ya lo saben, habrá tiempo para rediscutir la totalidad de la relación entre el país y el organismo multilateral de crédito, ya con el sucesor de Alberto Fernández en la Casa Rosada.

Hay una novedad que se espera para las próximas horas. O días. Si bien aún no se verá el encuentro presencial entre Sergio Massa y Gita Gopinath (este se reservará para el momento final de las firmas), sí habrá reunión de máximo nivel con personajes de ambos bandos con capacidad de negociación y rubricas.

Sergio Massa tiene buen diálogo con Gita Gopinath, la número dos del FMI. 

Por el lado argentino, estarán presentes en la capital norteamericana el viceministro, Gabriel Rubinstein y el jefe de asesores, Leonardo Madcur. Por el lado del staff del FMI, por primera vez estará cara a cara con los argentinos el chileno Rodrigo Valdes, la persona que sucedió al brasileño-israelí Illan Goldfajn en la gerencia para el Hemisferio Occidental del organismo. Valdes estará acompañado por el jefe del caso argentino, el venezolano Luis Cubeddu, quienes tendrán la responsabilidad institucional de dar los puntos finales a la negociación técnica con Rubinstein y Madcur. 

Los próximos pasos

El viernes Argentina giró los U$S 2.700 millones necesarios para no entrar en cesación de pagos, a la espera del cierre de las negociaciones. Fue una forma de no caer en default. Las normas del organismo que maneja Georgieva no tienen tolerancia de tiempos para los países miembros que no cumplan con los vencimientos de los acuerdos vigentes, y quedan calificados en default de manera inmediata.

La situación actual del país es de negociaciones abiertas para una nueva versión del programa de Facilidades Extendidas, con metas más flexibles de reservas a acumular en el BCRA y el reconocimiento de los efectos de la sequía en las metas comprometidas ante el FMI en el acuerdo firmado en marzo del año pasado, y que hasta enero del 2022 no hubo mayores problemas en cumplir.

Las reservas del Banco Central, en el centro de la mirada del Fondo.

Desde el comienzo del nuevo programa de Facilidades Extendidas ya se cerraron cuatro revisiones, todas exitosas en cuanto a las metas de reservas, déficit fiscal y emisión monetaria, lo que llevó a la aprobación general del 2022. Todo ahora está suspendido hasta que se llegue a una solución final, para bien o para mal.

Las partes saben que Argentina no cumplió las metas de reservas, y que las otras dos necesarias para recibir los avales pasaron a convertirse en anualizadas y no tomadas como cuatrimestrales. Los negociadores discuten la nueva meta de reservas, mientras que las de un déficit de 1,9% para todo el año y una emisión monetaria máxima de 0,6% del PBI están en observación.

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