Pobreza cero... en ideas y propuestas para combatirla y erradicarla

Los niveles de pobreza, trabajo informal y desocupación han llegado a horizontes nunca esperados. Todos los indicadores que rodean la economía laboral y la economía doméstica, marcan una caída importante de los ingresos de los argentinos. Esto se debe por factores como la ausencia de un plan en materia económica, en reformas estructurales, que nos lleven a la modernización y a la globalización, y una total falta de previsibilidad a la hora de pensar en invertir en nuestro país.

El clima de los negocios es hostil a las inversiones. Si no pensamos en urgentes soluciones o correcciones, puede pasar que haya un proceso de concentración del poder, con la instalación de un gobierno autoritario, la continuidad del deterioro progresivo que nos lleve a la irrelevancia como Nación y una espiral de violencia del tipo todos contra todos.

Han instalado una batalla de pobres contra pobres, han profundizado en la destrucción de la clase media trabajadora, irritada y cansada de ver cómo un sector de la sociedad ni siquiera produce lo que consume.

Tenemos algo en la estructura del Estado “populista”, o mejor dicho estructura social que demanda del Estado una presencia muy gravitante. Le han metido en la cabeza de un sector de la población que debía pedirle al Estado y éste debía darle, sin escrúpulos, a niveles que en la actualidad ni ellos mismos los pueden parar.

La vista del Estado tiene que darlo todo es una costumbre en la vida de los argentinos, e hizo del Estado una gran empresa para enriquecerse, mientras empobrecieran y formaban "verdaderos ignaros" para llevar a cabo la parodia que “El Estado es el otro”. Hicieron de la pobreza un culto y deformaron el empleo.

Esta clase de gobierno de corte populista, cuyos orígenes son el kirchnerismo, nos llevó a la lógica que el Estado tiene que funcionar como caja sin pensar en el orden fiscal, sin pensar en tener un marco de estabilidad, sin pensar en un futuro. La conclusión es que hoy en nuestro país tenemos un Estado fallido y un gobierno incapaz de solucionarlo.

De no corregir el rumbo en los asuntos más críticos, hay riesgo de aumento progresivo de su fragilidad como Nación. La Argentina del trabajo, del esfuerzo, del desarrollo productivo es la que nos permite pensar en la Argentina del futuro del trabajo.

Por ello, la salida es por medio del trabajo y la producción. Los subsidios y planes sociales sólo te hacen más pobre, te insertan en un círculo vicioso donde la pobreza domina tu forma de vida. Es imprescindible normalizar la economía para garantizar el futuro de las próximas generaciones.

Unificar el tipo de cambio, reducir en forma inmediata el gasto público y dejar de tomar deuda sin respaldo, como así también llevar adelante reformas estructurales en materia laboral, impositiva, tributaria y estatal, entre otras, son políticas que de no tomarlas en forma inmediata complicarían el futuro de nuestra república.

El pobrismo es una deformación, como es también recibir asistencia eterna del Estado y quedarse en la pobreza definitivamente. El trabajo es una formación, es futuro, es dignidad, es tener un plan en tu vida y no depender de la vida de los demás.

El debate que debe darse es si vamos a un capitalismo abierto, moderno e inteligente o nos quedamos en un modelo totalitario, como Venezuela, Cuba, Nicaragua, cuya mimesis en nuestro país, es el kirchnerismo. Hay que derrotar el pobrismo y a aquellos que expresan esas ideas, sea quien sea.

* Juan Pablo Chiesa es abogado especializado en Empleo y Políticas Públicas, escritor, docente y presidente de Aptitud Renovadora.

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