Frente externo

El FMI, terminante: las metas 2023 no se pueden negociar

El organismo financiero multilateral ya definió la continuidad de las metas fijadas en el marco del acuerdo plurianual alcanzado con el Gobierno argentino, en marzo de 2022. Habrá que seguir reduciendo el déficit fiscal, la emisión monetaria y casi duplicar el nivel de reservas netas del BCRA.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño martes, 14 de febrero de 2023 · 21:00 hs
El FMI, terminante: las metas 2023 no se pueden negociar

Algo quedó en claro en el fin de la primera etapa de fiscalización del Fondo Monetario Internacional (FMI) finalizada el lunes, y que representó la presencia de los funcionarios técnicos del organismo en Buenos Aires. El Gobierno nacional y los visitantes parten de la realidad que no habrá posibilidad alguna de alterar las metas pactadas en el crédito de Facilidades Extendidas firmado el 25 de marzo pasado, correspondientes a este año.

El Ministerio de Economía deberá elaborar toda su estrategia 2023 respetando las tres condiciones básicas que de ninguna manera podrán renegociarse ni elaborar waivers. Sergio Massa y su equipo económico tendrán que cerrar este año un déficit fiscal de 1,9% del PBI; lo que implica un desequilibrio entre ingresos y gastos de no más de $ 2.000 billones. 

El resto del dinero que necesite el Ejecutivo para cerrar sus cuentas públicas deberá surgir de la recaudación extra o de más endeudamiento. Tampoco se podrán superar el 0,6% de emisión monetaria para asistencia del Tesoro Nacional, lo que implica que la ayuda vía lanzamiento de pesos hacia el Gobierno no podrá superar los $890.000 millones; en una evolución que no podrá superar los $140.000 millones en el primer trimestre, $372.800 millones en el segundo y $651.000 millones en el tercero.

Luego podría recalcularse sobre la base de lo que se espere de evolución del PBI real. Si Argentina creciera al 3% y no al 2% pactado con el FMI, podría haber más dinero. Pero sólo así. Políticamente es un problema para el oficialismo, ya que las restricciones podrían flexibilizarse (si el país crece más de lo pactado y que figura en el Presupuesto) en el período octubre- noviembre y diciembre, cuando el proceso electoral ya habría terminado.

Dicho en otras palabras, las probabilidades para un "Plan Platita" están restringidas al mínimo, salvo que el país crezca más que lo comprometido; algo que se sabrá recién cuando las elecciones presidenciales ya hayan pasado, y el país ya tenga nueva gestión elegida. 

Finalmente, el Gobierno deberá cerrar el 2023 con un nivel de reservas no menor a los US$ 9.800 millones dentro del capítulo definido por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) como Reservas Internacionales Netas (RIN). Si se tiene en cuenta que el 2022 culminó con un acumulado de US$ 5.473 millones Argentina tendrá que lograr un azul de U$S 4.400 millones.

Teniendo en cuenta la performance acumulada en lo que va del 2023, es simple concluir que la meta se encuentra en crisis cuando aún no se completaron dos meses del año. Aquellos US$ 5.473 millones del 2022 se lograron con la aplicación de dos planes dólar-soja, que revirtieron también una tendencia negativa; con lo que se descarta que decisiones similares están ya en los planes del oficialismo.

Hay una novedad que ayudará. El ministro de Economía Sergio Massa anunció en la semana que el país se ahorrará en 2023 unos U$S 2.000 millones en reducción de importación de energía; uno de los capítulos donde más sangría hubo el año pasado. 

Los próximos pasos

La relación con el FMI continuará ahora con la revisión técnica en Washington, donde el país será controlado y fiscalizado pero por lo que sucedió en el 2022. Y no se espera que haya problemas para que en los primeros días de marzo, Argentina reciba la buena noticia de la aprobación del acuerdo en lo que representa su primer año de vigencia.

En 2022, el déficit fue menor al 2,5%, la emisión no superó el 0,8% y las reservas subieron más que 4.800 millones de dólares.  En la sede del organismo los números y porcentajes serán analizados por el inglés Nigel Chalk en su rol de director interino para el Hemisferio Occidental.

Elaborará un informe que analizará luego personalmente Gita Gopinath; quién será después la encargada de elevarlo al Board. Éste se reunirá entre la última semana de febrero y la primera de marzo. Antes que termine ese mes, el país deberá recibir el aprobado y el dinero correspondiente al primer trimestre del año, para poder pagar los aproximadamente U$S 4.800 millones que la última semana de marzo habrá que pagarle al FMI.

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